El gobierno de Perú aclaró su postura sobre la orientación sexual e identidad de género, negando que estos merezcan algún tipo de tratamiento o terapia por no ser considerados como enfermedades.
El Ministerio de Salud peruano emitió un comunicado aclarando que la orientación sexual e identidad de género no son trastornos de la salud física o mental y que, “por tanto, no deben ser sometidas a tratamiento o atención médica ni a las llamadas terapias de reconversión”. Explicó que esto es según la Resolución Ministerial de “Orientaciones técnicas para el cuidado integral de la salud mental de la población adolescente”.
El comunicado también aclara que el ministerio respeta las identidades de género y rechaza la estigmatización de la diversidad sexual en el país.
Sin embargo, ratifica que se mantiene vigente el CIE-10 de la organización Mundial de la Salud (OMS), que es una clasificación de enfermedades en la que los trastornos de la identidad de género, de la preferencia sexual y los trastornos psicológicos y del comportamiento asociados con el desarrollo y con la orientación sexuales, se encuentran en la lista de afecciones poco probables de provocar la muerte.
Esta clasificación está vigente, mientras se implementa paulatinamente la CIE-11, una clasificación publicada desde 2019.
El comunicado surgió después que algunos medios de comunicación informaron que el gobierno de Dina Boluarte, había aprobado catalogar la homosexualidad y el transvestismo como un trastorno mental el pasado viernes 10 de mayo.
Sin embargo, el diario oficial El Peruano dio a conocer ese día la lista de enfermedades asegurables en la que se consideran como problemas de salud mental el transexualismo, el transvestismo de rol dual, el trastorno de identidad de género en la niñez, otros trastornos de la identidad de género no especificado, el transvestismo fetichista y la orientación sexual egodistónica, de acuerdo con el CIE-10.
El Dr. Omar Neyra, especialista en salud pública, explicó en el programa peruano de Noticias Edición Matinal de ATV, que la norma podría derivar en que se permitan tratamientos gracias a que se clasifique como un trastorno a este tipo de preferencias sexuales.
Además, el médico dijo que la implementación de la nueva clasificación CIE-11 en las políticas de salud requiere tiempo por cuestiones técnicas.
El medio peruano hizo una consulta de opinión a transeúntes sobre si consideraban al transgenerismo o la transexualidad como una enfermedad mental. El público estuvo dividido.
Algunos ciudadanos consideraron que es una elección o un gusto. Pero otros consideraron que era un trauma o que era igual a negar la biología.
Una persona expresó que ser transexual sí es una enfermedad con un componente físico y mental, porque la persona “no está maduramente comprometido con lo que piensa para saber ubicarse”.
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