El senador Lindsey Graham (R-S.C.) discrepó públicamente con el expresidente Donald Trump después de que este último anunciara su plan sobre las conversaciones acerca de una prohibición nacional al aborto.
En un vídeo publicado en Truth Social, el presidente Trump anunció que no respaldaría una prohibición nacional al aborto y dijo que la cuestión debería dejarse en manos de los estados.
“Lo que sea que decidan [los estados] debe ser la ley del país”, dijo el presidente Trump en el video, en el que también anunció su firme apoyo a los tratamientos de fertilización in vitro y alentó a los republicanos a permitir excepciones por violación, incesto y graves amenazas a la vida de la madre.
“Deben seguir su corazón en este tema, pero también deben ganar las elecciones”, dijo el presidente Trump, repitiendo su posición frecuentemente declarada de que una posición demasiado extrema sobre el aborto alienaría a los votantes y costaría victorias electorales a los republicanos.
El Sr. Graham respondió rápidamente al video y dijo que “respetuosamente no está de acuerdo” con la afirmación del presidente Trump de que el aborto es una cuestión de derechos de los estados.
“El movimiento provida siempre se ha centrado en el bienestar del feto, no en la geografía”, dijo Graham en una publicación en X.
En cambio, el Sr. Graham le pidió al presidente Trump que respalde la prohibición al aborto a las 15 semanas, citando el consenso estadounidense contra los abortos tardíos.
«La ciencia es clara: un niño de quince semanas está bien desarrollado y es capaz de sentir dolor», escribió Graham.
El Sr. Graham dijo que seguiría apoyando la prohibición al aborto basándose en que el niño puede sentir dolor.
Sin embargo, Graham también reconoció que el Congreso está muy lejos de tal prohibición.
En su lugar, anunció que introduciría una legislación para exigir que se administre anestesia a los bebés a punto de ser abortados.
Una prohibición de 15 semanas, dijo Graham, es “la posición del mundo civilizado”, citando que las leyes en Europa son similares al estándar que él propone.
Desde que la Corte Suprema revocó el caso Roe vs Wade en 2022, la cuestión ha enardecido a los demócratas y dividido a los republicanos.
Muchos observadores piensan que los temores de los votantes ante la anulación de Roe vs Wade contribuyeron al deslucido desempeño de los republicanos en las elecciones intermedias de 2022, donde, a pesar de obtener la mayoría en la Cámara, ganaron por márgenes más estrechos de lo que esperaban los optimistas.
El presidente Joe Biden ha hecho de la cuestión del aborto un pilar de su campaña, afirmando que, si los republicanos salen victoriosos en 2024, buscarán una prohibición nacional al aborto.
Siendo realistas, es muy poco probable que una prohibición de este tipo llegue a ser aprobada por el Congreso.
Los demócratas son prácticamente unánimes en su apoyo al aborto y se opondrían a cualquier legislación de ese tipo.
Debido al filibusterismo del Senado, se necesitarían 60 votos para que los republicanos instituyan tal prohibición, una eventualidad muy improbable debido a la naturaleza estrechamente dividida del Senado en los últimos años.
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