Grecia dijo el 22 de noviembre que está desplegando más guardias fronterizos para «cerrar la puerta» a los migrantes que no tienen derecho a quedarse, la última señal de una postura de endurecimiento contra los solicitantes de asilo desde que se produjo un nuevo aumento en el número de arribos.
El Primer Ministro Kyriakos Mitsotakis dijo al Parlamento que había aprobado la contratación de 400 guardias en la frontera terrestre de Grecia con Turquía y otros 800 guardias para sus islas. Grecia también mejorará sus operaciones de patrullaje marítimo, indicó.
En una entrevista con el periódico alemán Handelsblatt, Mitsotakis habló sobre la actual crisis de refugiados y migrantes a la que se enfrenta Grecia, culpando a Turquía, a la Unión Europea y a los países de Europa del Este por crear la crisis, de acuerdo con la agencia de noticias Greek Reporter.
«La Unión Europea considera a Grecia como un ‘estacionamiento conveniente para refugiados e inmigrantes'», dijo Mitsotakis, según informó la misma fuente.
En la entrevista, Mitsotakis culpó a los miembros de la UE de Europa del Este que se negaron a aceptar su parte de refugiados e inmigrantes de Grecia e Italia.
Turquía utiliza a los refugiados y migrantes como argumento para negociar con la Unión Europea, señaló Mitsotakis.
Grecia fue la principal puerta de entrada a la Unión Europea para más de un millón de personas que huían del conflicto en 2015-2016, en el que participaron Siria e Irak. En ese momento, 211,000 migrantes cruzaron la frontera en un solo mes, informó Voice of America.
La isla griega de Lesbos, así como algunas otras islas griegas, son el principal destino de los migrantes. También son barreras naturales que impiden a los inmigrantes cruzar al continente europeo.
Las llegadas de inmigrantes y refugiados de la vecina Turquía han vuelto a aumentar, y más de 37,000 personas están amontonadas en las instalaciones de las islas griegas, que funcionan muy por encima de su capacidad.
Este año llegaron a las islas unos 44,000 refugiados procedentes de Turquía, lo que representa un aumento del 30 por ciento en comparación con el año anterior, según The New Humanitarian.
«Ahora hay más de 96,500 refugiados y migrantes en Grecia, según la agencia de la ONU para los refugiados (UNHRC)», informó The New Humanitarian.
Para aliviar la situación, el gobierno griego, que asumió el poder en julio, promulgó una nueva ley de asilo en octubre que acelerará la tramitación de las solicitudes de asilo y devolverá a Turquía a las personas a las que se denegó el asilo. La base del retorno de los refugiados a Turquía es el acuerdo UE-Turquía 2016.
El principal objetivo del acuerdo UE-Turquía era impedir que los migrantes cruzaran desde Turquía y reducir la trata de personas. El acuerdo tuvo un éxito parcial, ya que la afluencia de inmigrantes a los países europeos se redujo al principio. Sin embargo, Grecia solo pudo enviar a Turquía un pequeño número de sus refugiados.
Actualmente hay 3.5 millones de refugiados en Turquía. La Unión Europea proporciona ayuda financiera a Turquía para cubrir sus gastos de acogida de refugiados. El acuerdo UE-Turquía expira a finales de 2019 y se está negociando el nuevo acuerdo.
El miércoles, el gobierno griego anunció planes para cerrar los campamentos de refugiados superpoblados en las islas y reemplazarlos con centros de detención más restrictivos. Entre ellos se encuentra el campo de refugiados de Moria en Lesbos, que fue construido para albergar a unas 3000 personas, pero ahora viven allí hasta 15.000 personas, según EuroNews.
Según el gobierno griego, la mayoría de los refugiados que llegan a Grecia son inmigrantes económicos, mientras que el UNHCR afirma que «el 85 por ciento de las personas que llegan proceden de Afganistán, Siria, República Democrática del Congo, Irak u otros países en conflicto violento», según The New Humanitarian.
«Solo los que elegimos son bienvenidos a Grecia. Aquellos que no son bienvenidos serán devueltos», dijo Mitsotakis. «Cerraremos permanentemente la puerta a los traficantes ilegales de personas, a aquellos que quieran entrar a pesar de no tener derecho al asilo».
El gobierno quiere trasladar hasta 20,000 personas al continente para finales de año y espera que las nuevas instalaciones estén listas para julio de 2020.
Médicos Sin Fronteras expresó el viernes su preocupación por los nuevos centros, diciendo que podrían proporcionar mejores condiciones de vida, pero que eventualmente podrían convertirse en prisiones para las personas que buscan seguridad y que ya están atrapadas «en un drama interminable».
Las personas detenidas allí no tendrán la libertad de salir de las instalaciones, dijeron, mientras que las organizaciones no gubernamentales no tendrán acceso al interior.
Reuters contribuyó a este informe.
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