El líder republicano del Congreso se enfrentó el lunes con una legisladora de primer mandato, en señal de una creciente división dentro del partido.
El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), en una declaración a los medios de comunicación dijo que «las mentiras locas y las teorías de conspiración son un cáncer para el Partido Republicano y nuestro país».
«Alguien que sugirió que tal vez ningún avión chocó contra el Pentágono el 11 de septiembre, que los horribles tiroteos escolares fueron un montaje previo y que los Clinton estrellaron el avión de JFK Jr., es que no está viviendo en la realidad», agregó el senador. «Esto no tiene nada que ver con los retos que enfrentan las familias estadounidenses o los sólidos debates que en substancia pueden fortalecer a nuestro partido».
La representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.) especuló en el pasado que los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 fueron una alerta falsa, entre otras teorías.
“El verdadero cáncer para el Partido Republicano son los republicanos débiles que solo saben perder con gracia. Por eso estamos perdiendo nuestro país”, respondió Greene en Twitter.
Greene también hizo referencia a los llamados de los medios de comunicación y de los legisladores para que la retiren de las asignaciones a los comités, calificándose a sí misma como la «mayor amenaza» para los demócratas y los «medios activistas» advirtiendo que estaba dando una paso adelante después de que el expresidente Donald Trump dejó el cargo.
“Me odian porque represento sus puntos de vista de America First (Estados Unidos Primero). Ellos creen que Trump se ha ido, así que nos atacan a ustedes y a mí. Él no se ha ido ¡y no retrocederemos y nunca nos rendiremos! ¡Nos NEGAMOS a ser cancelados!», añadió Greene.
Los demócratas en el Congreso están presionando al líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.), para que tome medidas contra Greene. McCarthy no ha abordado el asunto públicamente, pero al parecer planea reunirse con ella esta semana.
Los medios de comunicación y sus opositores etiquetan constantemente a Greene como partidaria de QAnon, un movimiento que incluye teorías de que algunas de las personas más poderosas del mundo están involucradas en el tráfico sexual, el abuso y el canibalismo de menores. Ellos no usan el mismo etiquetado contra los demócratas que promueven teorías infundadas de colusión entre Trump y Rusia.
La creciente división dentro del Partido Republicano enfrenta principalmente a legisladores pro-Trump contra detractores. Diez republicanos, incluida la presidenta de la Conferencia de la Cámara de Representantes, Liz Cheney (R-Wyo.), votaron el mes pasado para acusar a Trump, lo que generó críticas generalizadas dentro del partido.
Un comité de acción política recientemente lanzado busca destituir al republicano que respalde el juicio político impeachment contra Trump, mientras que otro tiene como objetivo oponerse a los republicanos que apoyen al expresidente.
Algunos conservadores prominentes apoyaron a Cheney, incluidos McConnell y McCarthy, quienes hasta ahora se resisten a los intentos de destituir a la hija del exvicepresidente Dick Cheney de su puesto de liderazgo.
Greene dijo en una entrevista publicada el lunes que planea reunirse pronto con Trump en su resort de Mar-a-Lago.
“Estoy entusiasmada de ir a visitarlo pronto y continuar llamándolo y hablando con él con frecuencia. Una gran noticia es que él me apoya al 100 por ciento y yo siempre lo he apoyado», dijo la legisladora en el programa One American News. “El presidente Trump siempre está aquí para la gente y no se irá a ninguna parte. Así que espero reunirme con él y conocer cuáles pueden ser sus planes futuros».
Greene dijo que el fin de semana habló con Trump por teléfono y que él la apoya. La oficina de Trump no ha respondido a las solicitudes de comentarios sobre el asunto.
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