El exfiscal general de Estados Unidos, William Barr, reforzó el argumento del Comité del 6 de enero de que las elecciones presidenciales de 2020 fueron las «más seguras de la historia».
También hizo todo lo posible por desacreditar la afirmación del expresidente Donald Trump de que las elecciones de 2020 le fueron robadas.
Barr, un republicano nombrado por Trump, testificó en una declaración pregrabada que se emitió a nivel nacional el 13 de junio.
Ante el comité declaró que no vio ninguna prueba de fraude electoral a una escala que pudiera haber afectado al resultado de las elecciones presidenciales.
El documentalista Dinesh D’Souza no podría estar más en desacuerdo.
En su última película, 2000 Mules, D’Souza presentó pruebas detalladas de un esquema organizado de recolección ilegal de votos operado en las ciudades dominadas por los demócratas en los estados clave indecisos, en las semanas previas a las elecciones de 2020, un delito que muchos votantes y la campaña de Trump quieren que se investigue de forma independiente para determinar si podría haber alterado el resultado.
En colaboración con True the Vote, una organización de vigilancia electoral de interés público, D’Souza y un escuadrón de investigadores compraron 10 billones de pings de teléfonos móviles (señales de identidad únicas) para reconstruir los movimientos de los presuntos traficantes de papeletas.
Los estados incluidos en el estudio fueron Georgia, Pensilvania, Arizona, Wisconsin, Michigan y Texas.
El grupo también obtuvo y revisó miles de horas de grabación de vigilancia gubernamental de los buzones donde se podía ver a los presuntos traficantes, a los que llamaron «mulas», depositando múltiples papeletas en múltiples ocasiones.
Solo en Georgia se revisaron cuatro millones de minutos de vídeo de buzones.
El minucioso y costoso estudio, que duró 15 meses, se financió con donaciones de la organización de derechos humanos First Freedoms.
La revisión del vídeo formó parte del proceso que el grupo utilizó —junto con las entrevistas personales con los traficantes y la información de los informantes— para estimar el número de votos por correo fraudulentos que probablemente se depositaron en los buzones.
El experto en cibernética de True the Vote, Gregg Phillips, estima que se traficaron 4.8 millones de votos a nivel nacional en 2020.
Durante su declaración, Barr estalló en carcajadas al mencionar 2000 Mules.
Barr dijo que la investigación de rastreo de teléfonos móviles y las pruebas fotográficas del documental eran «poco impresionantes», y que sus conclusiones eran «indefendibles».
Según Barr, el documental «no estableció una recolección ilegal generalizada».
La portavoz de True the Vote, Catherine Engelbrecht, declaró a The Epoch Times que «más del 80 por ciento de los estadounidenses están preocupados por la integridad de las elecciones».
«Bill Barr pegó algunos golpes bajos con sus compañeros de su círculo, pero Estados Unidos no se ríe».
Engelbrecht dijo que el Departamento de Justicia bajo Barr hizo muy poco para investigar el fraude electoral de 2020.
«En su lugar, se burló del presidente Trump y desoyó las súplicas de ayuda de todo el país».
«Ahora, está apoyando al Comité del 6 de enero y su uso de datos de teléfonos celulares —tan confiables que ellos se apresuran a encarcelar a los estadounidenses sin un juicio.
«Sin embargo, cuando los mismos datos se utilizan para exponer patrones de abuso de buzones y fraude electoral, se muestra totalmente desinteresado», dijo Engelbrecht.
D’Souza retó a Barr eTwitter, a un debate público sobre el fraude electoral. «¿Qué dice usted, Barr? ¿Se atreve a respaldar sus carcajadas con argumentos que puedan resistir la refutación y el contrainterrogatorio?», escribió D’Souza.
«No se nos ha pedido que presentemos nuestras conclusiones a la comisión, ni lo haremos. Nunca se arriesgarán a darnos esa plataforma», dijo Engelbrecht a The Epoch Times.
«Su interés no es llegar a la verdad. Nunca lo ha sido».
D’Souza dijo a The Epoch Times que «las audiencias son una propaganda unilateral, no un intento de llegar a la verdad».
Las pruebas presentadas en 2000 Mules son «indiscutibles», e invita a la gente a juzgar por sí misma, afirmó repetidamente.
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, respondió rápidamente a la audiencia del 13 de junio, lanzando una refutación de 12 páginas.
Trump escribió que los demócratas «están desesperados por cambiar la narrativa de una nación fracasada (…) Ellos son los dueños de este desastre. Ellos esperan que estas audiencias alteren de algún modo sus fracasadas perspectivas».
«El 6 de enero nunca habría tenido lugar si no fuera por la inflexible negativa del principal agente de la ley de nuestro gobierno federal, Bill Barr, a que el Departamento de Justicia se involucre en la investigación de las elecciones del 3 de noviembre de 2020», dijo a The Epoch Times el activista conservador de Michigan, Robert Gelt.
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