El intento de derribar la estatua de la Emancipación en Washington terminó en un fracaso el viernes por la noche, mientras algunos de los convocados atacaron a los periodistas.
Un grupo llamado Freedom Neighborhood organizó una reunión que se suponía que terminaría con la estatua —que representa al expresidente Abraham Lincoln y a un esclavo liberado y pagado por esclavos liberados— en el suelo.
Fuertes barreras fueron colocadas alrededor del monumento el jueves por la tarde.
En un momento dado, el estudiante de la Universidad de Harvard, Glenn Foster, que organizó la manifestación, gritó: «¡Vamos a derribar ese [expletivo]!»
Una petición lanzada por otro activista local dice que la Estatua de la Emancipación debería ser retirada porque conmemora «la intención de sumisión de los negros en este país».
El grupo se enfrentó a la oposición, incluyendo a Cedric Turner, que se describió a sí mismo como descendiente del hombre negro representado en el monumento, y a Don Folden, un guía turístico del capitolio.
«Mucha gente aquí está hablando de derribar algo de lo que ni siquiera conocen la historia», dijo Folden a la multitud.
La situación cambió cuando parte del grupo, principalmente individuos vestidos como miembros del bloque negro de Antifa, atacaron a los reporteros, incluyendo a Vincent Shkreli del Daily Caller y a Jack Posobiec de One America News Network.
Posobiec dijo en las redes sociales que presentó un informe policial. El video muestra que fue asaltado mientras filmaba la manifestación.
Los manifestantes se alejaron de la estatua y bloquearon el tráfico mientras caminaban por las calles de la ciudad.
«Mostramos al mundo que podemos conseguir un cambio pacífico», dijo a un periodista, Aaron Covington, un organizador del grupo. «Esto no se trata de nosotros. Se trata de lo que Dios quiere que ocurra. Quiere que tengamos nuestro cambio».
Protegiendo las estatuas
El éxito en evitar que la estatua de la Emancipación sea derribada viene en medio de los esfuerzos de la administración Trump para proteger los monumentos.
El presidente Donald Trump anunció a finales del viernes que firmó una orden ejecutiva prometida a principios de la semana que dice que el gobierno federal procesará «en toda la extensión de la ley» a cualquiera que incite a la violencia y a la actividad ilegal, lo que incluye el daño de monumentos, memoriales o estatuas.
«El presidente Trump no tolerará la violencia y destrucción desenfrenada que ha ocurrido en las últimas cinco semanas», dice una declaración de la Casa Blanca anunciando la orden ejecutiva.
El fiscal general William Barr también dijo a finales del viernes que creó un grupo de trabajo dedicado a contrarrestar la violencia de los extremistas anti-gobierno.
«Tenemos pruebas de que los extremistas violentos anti-gobierno —incluyendo los que apoyan al ‘Boogaloo’, los que se auto-identifican como Antifa y otros— plantearán continuas amenazas de anarquía», dijo Barr en un memorándum a los funcionarios de alto nivel del Departamento de Justicia.
Algunos de los extremistas pueden estar fortalecidos por entidades extranjeras, añadió, escribiendo: «El Departamento de Justicia responderá a estos grupos violentos de la misma manera en que respondemos a otras redes de delincuencia organizada o terroristas, interrumpiendo sus actividades violentas y, en última instancia, desmantelando su capacidad para amenazar el estado de derecho».
Mimi Nguyen Ly contribuyó a este informe.
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