La Guardia Nacional de Nueva York confirmó este jueves que desplegó a sus miembros para reforzar algunos centros de cuidados de larga duración.
Se desplegarán unos 120 médicos del Ejército y técnicos médicos de la Fuerza Aérea en 12 instalaciones de larga duración y en hogares de ancianos «para aliviar la escasez de personal», dijo la Guardia Nacional a través de un comunicado de prensa. La gobernadora Kathy Hochul, demócrata, ordenó la misión a principios de diciembre argumentando que había un aumento estacional de casos de COVID-19.
Las instalaciones están situadas «desde Long Island hasta Buffalo y al norte hasta la frontera canadiense», añade el comunicado.
Los efectivos fueron enviados a centros en Goshen, Syracuse, Rochester, Albany, Buffalo, Utica, Plattsburgh, Uniondale, Liberty, Vestal, Olean y Lyons, dice a continuación la Guardia Nacional.
«Al seleccionar a los soldados y aviadores para la misión, los planificadores de la Guardia Nacional de Nueva York buscaron médicos o técnicos médicos capacitados que al mismo tiempo no estuvieran trabajando en el campo de la atención sanitaria en su vida civil», se lee en el comunicado.
El ejecutivo del condado de Monroe, Adam Bello, confirmó a WHAM-TV que los miembros de la Guardia llegaron el sábado al Monroe Community Hospital para hacer frente a la escasez de personal.
«Así es cómo podemos ayudar, a corto plazo, a los sistemas hospitalarios para que, de nuevo, se active la conducción de los hospitales hacia las residencias de ancianos y para los residentes que no necesiten una cama de cuidados intensivos y que estarían mejor en un entorno de la residencia de ancianos», dijo Bello.
A principios de este año, miles de trabajadores sanitarios de Nueva York se vieron obligados a tomar un permiso no remunerado tras la aplicación de la orden de vacunación COVID-19 de Hochul, lo que provocó falta de dotación de personal. Ni Hochul ni la Guardia mencionaron la orden de vacunación en medio del despliegue de los efectivos.
En octubre, un juez federal dictaminó en una orden judicial que el personal sanitario de Nueva York puede rechazar la vacuna ya que el estado no explicó adecuadamente por qué a los trabajadores se les negaron las exenciones religiosas a la orden impuesta en agosto. Días después, la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Segundo Circuito confirmó la orden de vacunación de Nueva York para su personal sanitario.
Un hospital del estado de Nueva York, Kaleida Health, dijo en una declaración esta semana que despidió a 100 miembros del personal que no estaban vacunados, a los que previamente se les concedió una exención religiosa.
«Combinado con el anterior plazo de la orden de vacunación de noviembre, aproximadamente 200 miembros del personal fueron separados de la organización», indicó el hospital.
A la vez en Maine, la gobernadora Janet Mills, también demócrata, dijo que activó la Guardia Nacional de su estado para hacer frente a la escasez de personal, que sería causada por su orden de vacunación al personal sanitario.
Mills dijo que el despliegue de la Guardia Nacional estaba diseñado para «ayudar a aliviar las deficiencias de capacidad a corto plazo en los hospitales y mantener el acceso a los servicios de atención médica para los habitantes de Maine en medio de un aumento sostenido de COVID-19».
Cientos de trabajadores renunciaron o fueron despedidos debido a la orden de vacunación de Mills, que la Corte Suprema se negó a bloquear, dijeron los sistemas hospitalarios de Maine a los medios de comunicación.
Al mismo tiempo, el gobernador de New Hampshire, Christopher Sununu, pidió a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) y a la Guardia Nacional que ayuden a su estado a hacer frente a una oleada invernal de COVID-19.
«Nos indicaron que nos enviarían unas cuantas docenas de personas a New Hampshire para ayudar y el primer equipo de 24 individuos llegaría este mismo fin de semana», dijo el gobernador el miércoles.
Con información de Zachary Stieber
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