Este lunes, Guatemala declaró a Hezbolá como un grupo terrorista y advirtió de su presencia en Latinoamérica.
“En el Consejo Técnico de Seguridad acabamos de declarar a Hezbolá como un grupo terrorista”, declaró el presidente Alejandro Giammattei durante la presentación de la iniciativa de ley para la prevención del lavado de dinero.
“Necesitamos no solo la declaración del grupo terrorista (…) que ya tiene presencia en América Latina, sino [que] necesitamos el marco regulatorio que nos asegure que no vaya a haber dinero con el cual [se] estén financiando desde el país para poder perjudicar a otros países”, dijo en la conferencia de prensa del 12 de octubre.
“En consecuencia se justifica su prevención y su represión”, añadió.
El mandatario guatemalteco dijo durante la conferencia que el «financiamiento del terrorismo constituye una amenaza a la paz y seguridad nacional e intencional», reconociendo que, junto con el lavado de dinero, ha sido motivo de preocupación para la comunidad internacional.
El presidente guatemalteco había prometido, desde diciembre del año pasado, que cuando asumiera el cargo designaría al movimiento chiíta libanés como grupo terrorista.
La comunidad judía de Guatemala felicitó al gobierno de Giammattei por su decisión.
“Como guatemaltecos, como judíos y a la vez como ciudadanos del mundo, agradecemos al gobierno de Guatemala el haber tomado esta valiente decisión, que coloca a nuestro país del lado correcto de la historia, al unirse en una lucha global en contra del terrorismo, y en la construcción de un mundo más seguro para todos”, escribió en una carta Rebecca Permuth, presidenta de la comunidad.
Con esta medida, Guatemala se suma a Colombia, Argentina, Paraguay, Brasil, Perú y Honduras, otros países de la región que han declarado como terrorista a Hezbolá.
Conocido como “El Partido de Dios”, Hezbolá es considerado el brazo armado terrorista de Irán. Fue fundado en el Líbano en el año 1982 como respuesta a la incursión de Israel.
Con un brazo armado, y otro político que cuenta con representación en el parlamento libanés, sus efectivos paramilitares fueron entrenados, organizados y fundados desde un principio por la Guardia Revolucionaria Iraní.
De acuerdo con el departamento del Tesoro de Estados Unidos, Irán es uno de los principales financiadores de Hezbolá con 700 millones de dólares al año, que incluyen una partida en armamento militar y apoyo político.
En América Latina, Hezbolá tiene una mayor presencia en Venezuela.
El secretario de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, afirmó en junio que existe amplia evidencia recopilada por la DEA y el Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre los estrechos vínculos entre el régimen de Maduro y Hezbolá.
Almagro dijo que uno de los ejemplos más relevantes es Tareck El Aissami, el actual ministro del Petróleo, que condujo una operación de venta de miles de pasaportes venezolanos en la embajada de dicho país en Damasco, los cuales terminaron en manos de Hezbolá.
Por su parte, la portavoz del secretario de Estado Mike Pompeo reveló a Venezuela 360 que el régimen de Nicolás Maduro le estaría dando refugio a integrantes de Hezbolá en Venezuela.
Almagro señaló que investigaciones independientes han mostrado que, fuera de Venezuela, el grupo terrorista ha incursionado en actividades de narcotráfico en toda Latinoamérica.
Más de 20 países de la región firmaron un comunicado en enero, en el cual resaltaban la necesidad de promover e implementar las iniciativas hemisféricas de lucha contra el terrorismo y reafirmaron su compromiso de redoblar los esfuerzos para combatir las fuentes de financiación del terrorismo.
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Con información del reportero de La Gran Época, Eduardo Tzompa.
A continuación
Irán y Hezbolá en Venezuela.
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