La directora del Servicio Secreto de EE.UU., Kimberly Cheatle, aseguró este martes que había policías locales dentro del edificio usado por el tirador que abrió fuego contra el expresidente Donald Trump el sábado en Pensilvania.
“Había policías locales en ese edificio; había policías locales en la zona que se encargaban del perímetro exterior del edificio”, le dijo a ABC News en una entrevista exclusiva, refiriéndose a agentes del Departamento de Policía de Butler.
La directora, que confirmó en la entrevista que no piensa dimitir de su cargo, dijo que su agencia “sí compartió el apoyo a ese sitio en particular” y confirmó que el Servicio Secreto “era responsable del perímetro interior” del mitin en el que habló el expresidente Trump.
Su agencia también solicitó ayuda a la policía local para asegurar el perímetro exterior, indicando que la seguridad del edificio utilizado por el tirador, Thomas Matthew Crooks, estaba siendo gestionada por el departamento de policía local.
El Servicio Secreto es la entidad encargada de proteger a los líderes de Estados Unidos, incluidos los expresidentes y vicepresidentes, así como a sus familias. Sin embargo, en ocasiones, la agencia colabora con las fuerzas del orden locales o estatales para garantizar la seguridad.
“El Servicio Secreto tiene la tremenda responsabilidad de proteger a los líderes actuales y anteriores de nuestra democracia”, dijo Cheatle en una declaración, la primera desde el intento de asesinato del sábado. “Es una responsabilidad que me tomo increíblemente en serio, y estoy comprometida a cumplir esa misión”.
Las imágenes de vídeo tomadas en los alrededores de la concentración, así como los testigos que hablaron con The Epoch Times, indican que se vio a un hombre armado en el tejado del edificio antes del intento de asesinato. Algunos dijeron haber alertado a los agentes de policía sobre el individuo. En respuesta a esos informes, la Sra. Cheatle dijo que hubo un “período de tiempo muy corto” entre los informes sobre el tirador y el momento en que abrió fuego.
“Buscar a esa persona, encontrarla, identificarla y finalmente neutralizarla tuvo lugar en un periodo de tiempo muy corto, y eso lo hace muy difícil”, dijo la directora de la agencia.
The Epoch Times se puso en contacto el martes con el Departamento de Policía de Butler y con el Servicio Secreto en busca de comentarios.
En medio de la polémica sobre qué agencia o departamento debería haberse encargado de la seguridad del edificio, el Servicio Secreto emitió un comunicado a primera hora de la mañana del martes en el que negaba las afirmaciones de que estuviera echando culpas y eludiendo responsabilidades.
“Nuestra agencia cuenta con el apoyo de valientes agentes de policía y colaboradores locales. Estamos profundamente agradecidos por su inquebrantable compromiso y valentía. Cualquier sugerencia en sentido contrario es simplemente falsa”, declaró el portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi.
Pero la Orden Fraternal de Policía, un sindicato policial, montó una defensa del Departamento de Policía de Butler a raíz de las declaraciones de la agencia federal sobre la seguridad del mitin.
“Sea lo que sea lo que ocurrió en Butler, no fue un fallo de los agentes locales, estatales o federales sobre el terreno que respondieron a los disparos contra el expresidente Trump. Actuaron heroicamente y pusieron sus vidas en juego para proteger a todos en el evento y debemos reconocerlo”, dijo el presidente de la Orden Fraternal de Policía, Patrick Yoes, en un comunicado. “Esto es un fracaso a nivel de gestión o mando que no aseguró una debilidad obvia en la seguridad de este evento”.
En una rueda de prensa celebrada el sábado tras el intento de asesinato, los periodistas preguntaron al teniente coronel de la Policía Estatal de Pensilvania, George Bivens, qué agencia era responsable de la seguridad en el lugar del mitin.
“El Servicio Secreto siempre tiene la iniciativa a la hora de asegurar algo como esto, pero luego trabajan muy de cerca… Odio usar la palabra rutina, pero es un asunto bastante rutinario para todas nuestras agencias trabajar en conjunto con el Servicio Secreto”, dijo Bivens a los periodistas, añadiendo que el lugar de celebración, las amenazas potenciales y los recursos son factores que influyen en esas decisiones.
“Pero son ellos quienes dirigen la seguridad”, añadió.
Tras el incidente, el expresidente dijo que una bala disparada por el tirador, identificado por el FBI como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, le perforó la parte superior de la oreja derecha. El expresidente asistió el lunes a la primera noche de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, donde apareció ileso, salvo por un gran vendaje en la oreja.
Funcionarios de la policía estatal confirmaron que Corey Comperatore, de 50 años, murió en el incidente mientras intentaba proteger a los miembros de su familia de los disparos. Otras dos personas resultaron heridas y se encuentran estables, según las autoridades.
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