Kamala Harris le dijo el sábado a State of the Union (Estado de la Unión) de CNN que no creería nada de lo que el presidente Donald Trump diga sobre una nueva vacuna COVID-19, y está de acuerdo con las preocupaciones de los medios de comunicación, según lo informado por The Washington Post, de que el presidente está buscando usar la vacuna para su capital político en las próximas elecciones.
En cambio, Harris dijo que seguirá buscando a expertos en salud para obtener información sobre la eficacia de una posible vacuna. Si Trump anunciara que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha otorgado una autorización de uso de emergencia (EUA) para una vacuna, ella «no tomaría su palabra» y tendría que buscar una fuente de información creíble.
«Diré que no confiaría en Donald Trump y que tendría que ser una fuente de información creíble que hable sobre la eficacia y confiabilidad de lo que sea que esté hablando», dijo ella.
Trump dijo el jueves que una vacuna podría ser lanzada «potencialmente» a fines de octubre.
«Se entregará antes de fin de año, en mi opinión, antes de fin de año, pero en realidad podría incluso entregarse antes de fines de octubre», dijo a los periodistas en la Casa Blanca mientras hablaba de todo el impulso del gobierno, bajo la Operación Warp Speed, para hacer todo lo posible para avanzar en la creación y entrega de una vacuna o terapéutica adecuada para uso de emergencia por parte de aquellos que opten por hacerlo.
Las pruebas de la fase 3 se pueden finalizar antes: Fauci
El Dr. Anthony Fauci, un experto en enfermedades infecciosas y miembro del Grupo de Trabajo sobre el Coronavirus de la Casa Blanca, dijo a Kaiser Health News que, en la investigación de vacunas, los miembros de la Junta de Monitoreo de Datos y Seguridad pueden finalizar anticipadamente la Fase Tres de los ensayos clínicos si encuentran resultados provisionales de un ensayo clínico abrumadoramente positivos o negativos.
Dijo que si los datos mostraban que una vacuna COVID-19 era «segura y eficaz», los investigadores tendrían la «obligación moral» de finalizar el ensayo antes de tiempo y acelerar la distribución de la vacuna más allá de la población del ensayo.
Fauci agregó que «no le preocupaba que la presión política» influyera en la decisión de los miembros de la junta, generalmente expertos en ciencia de vacunas y bioestadística, quienes actúan de manera independiente, ya que no son empleados del gobierno.
El comisionado, Stephen Hahn, se hizo eco de la posición de Fauci el lunes por la noche durante una entrevista con CBS, diciendo que el «estándar legal, médico y científico» para otorgar el uso de emergencia de las vacunas no es que se completen los ensayos de la Fase Tres, sino que los «beneficios superan el riesgo».
“Nuestra autorización de uso de emergencia no es lo mismo que la aprobación total”, agregó.
En cuanto a las acusaciones de que la FDA está cediendo a la presión de Trump para usar la vacuna como capital político, antes de las elecciones generales, Hahn dijo: «Tenemos una convergencia de la pandemia de COVID-19 con la temporada política, y simplemente vamos tener que superar eso y ceñirnos a nuestros principios fundamentales”, según el Financial Times.
“Esta será una decisión de ciencia, medicina y datos. Esta no va a ser una decisión política”.
La agencia ha prometido que no otorgará un EUA a menos que la vacuna muestre más del 50 por ciento de eficacia en los ensayos de fase tres, un listón más alto que el requerido por la ley.
Trump ha negado que la presión del gobierno para una distribución más rápida de las vacunas esté relacionada con las próximas elecciones, rechazando las críticas de sus oponentes políticos.
«No es por las elecciones», dijo Trump sobre sus esperanzas de un posible lanzamiento de una vacuna para octubre. «Sería bueno porque queremos salvar a la gente».
Extremadamente improbable
A pesar de los comentarios esperanzadores de Trump, el jefe del programa Operation Warp Speed de la administración, Moncef Slaoui, dijo a NPR el jueves que es “extremadamente improbable” que se apruebe una vacuna antes de las elecciones, ya que los datos de los ensayos clínicos en etapa tardía no serán procesados.
“Existe una probabilidad muy, muy baja de que las pruebas que se están ejecutando en este momento puedan [completarse] antes de fines de octubre y, por lo tanto, podría haber, si se cumplen todas las demás condiciones requeridas para una Autorización de uso de emergencia, una aprobación», dijo. “Creo que es extremadamente improbable, pero no imposible y, por lo tanto, es lo correcto estar preparado, por si acaso”.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) instruyeron a los estados el miércoles para comenzar a preparar la logística de la distribución generalizada de una vacuna antes del 1 de noviembre.
El virus del PCCh (Partido Comunista Chino), el patógeno que causa la enfermedad COVID-19, ha matado a unos 188.000 estadounidenses hasta el sábado. El mes pasado, Trump acusó a la FDA de retrasar el lanzamiento de una vacuna antes del 3 de noviembre.
Hasta ahora, el gobierno ha gastado más de USD 10,000 millones preparándose para el lanzamiento de ocho vacunas candidatas.
Resistencia a las vacunas
Sin embargo, el despliegue de la vacuna se enfrenta a otro desafío, ya que, según una encuesta de PBS NewsHour/Marist, uno de cada tres estadounidenses optará por no recibir una vacuna COVID-19.
El candidato presidencial demócrata y exvicepresidente Joe Biden dijo el miércoles: “¿Por qué pensamos, si Dios quiere, que cuando recibimos una vacuna que es buena, [eso] funciona… por qué creemos que el público hará fila para estar dispuesto a tomar la inyección? Hemos perdido mucha confianza, el pueblo estadounidense, en lo que ha dicho [la administración Trump]».
La encuesta mostró que el 71 por ciento de los demócratas probablemente se vacunarían, mientras que solo el 48 por ciento de los republicanos optarían por hacerlo. Para los votantes independientes, el 61 por ciento de los encuestados dijeron que se vacunarían.
Está previsto que un comité asesor de expertos independientes en vacunas se reúna con la FDA para discutir sobre las vacunas COVID-19 el 22 de octubre.
Tom Ozimek y Zachary Stieber contribuyeron a este informe.
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