La candidata presidencial demócrata Kamala Harris propone aumentar el tipo del impuesto de sociedades como parte de su programa económico si gana la presidencia en noviembre.
El portavoz de la campaña de Harris, James Singer, confirmó en un comunicado el 19 de agosto que Harris respalda un aumento del tipo del impuesto de sociedades del 21% al 28%, la misma política presentada por el presidente Joe Biden en el presupuesto de su administración para el año fiscal 2025. Los cambios en el código tributario estadounidense requieren la aprobación del Congreso antes de ser promulgados.
Singer dice que Harris está a favor de la subida de tasas porque es la forma más «fiscalmente responsable de devolver dinero a los bolsillos de la gente trabajadora y garantizar que los multimillonarios y las grandes corporaciones paguen su parte justa».
«Como presidenta, Kamala Harris se centrará en crear una economía de oportunidades para la clase media que avance en su seguridad económica, estabilidad y dignidad», dijo.
Días antes, en un acto de campaña celebrado en Carolina del Norte el 16 de agosto, Harris esbozó su programa económico, que incluía la promesa de ofrecer ayudas a la vivienda a través de subsidios gubernamentales, hacer frente a la preocupación por la subida de los precios tras un periodo de elevada inflación y aumentar los créditos fiscales por hijos, entre otras promesas.
Según la Oficina Presupuestaria del Congreso, cualquier aumento del tipo del impuesto de sociedades podría recaudar miles de millones en impuestos. En sus estimaciones, la agencia federal encontró que un aumento del 1 por ciento en la tasa del impuesto de sociedades generaría 96,000 millones de dólares adicionales en impuestos de 2019 a 2028.
Sin embargo, los críticos de aumentar las tasas de impuestos de sociedades argumentan que solo alentaría a las empresas a abandonar el territorio estadounidense para ir a países con tasas más bajas. En el proceso, podría ver una disminución de puestos de trabajo disponibles en Estados Unidos.
«Las diferencias de impuestos entre países pueden influir en las decisiones de las empresas sobre cómo y dónde invertir», afirma la Oficina Presupuestaria del Congreso.
«En la medida en que las empresas trasladan sus inversiones y actividades a países con impuestos bajos con el objetivo de reducir su responsabilidad fiscal en casa, la eficiencia económica disminuye porque las empresas no están asignando recursos a su uso más productivo».
Bajo el mandato del candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, la Ley de Recortes y Empleos Fiscales de 2017 del gobierno federal redujo drásticamente el impuesto de sociedades del 35% al 21% en un esfuerzo por ayudar a impulsar la economía al hacer que sea atractivo para las empresas operar en los Estados Unidos. Muchas de las reformas fiscales de la ley expiran en 2025; quienquiera que gane las próximas elecciones tendrá la oportunidad de prorrogar el recorte fiscal de la era Trump o dejar que caduque.
Trump ha manifestado su intención de hacer permanente el modelo fiscal o incluso recortar aún más el tipo. En una rueda de prensa celebrada el 8 de agosto en el complejo turístico Mar-a-Lago, en Florida, argumentó que «nunca había visto a la gente salir elegida diciendo: “Les a vamos a subir los impuestos'».
Con información de Jacob Burg
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