La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado a The Epoch Times que no ha documentado ninguna muerte por la variante ómicron del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), causante del COVID-19.
Según la OMS, «en el caso de ómicron, no hemos tenido constancia de ninguna muerte, pero todavía es temprano en el curso clínico de la enfermedad y esto puede cambiar».
Cuando The Epoch Times se puso en contacto con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), enviaron su informe sobre la variante ómicron en Estados Unidos del 1 al 8 de diciembre. Muestra que no hubo muertes documentadas por ómicron durante ese periodo.
La última actualización epidemiológica semanal de la OMS, correspondiente al 7 de diciembre, mostraba que los 212 casos de ómicron documentados en dieciocho países de la Unión Europea (UE) eran leves o asintomáticos.
«Aunque en Sudáfrica se produjo un aumento del 82% de los ingresos hospitalarios por COVID-19 (de 502 a 912) durante la semana del 28 de noviembre al 4 de diciembre de 2021, aún se desconoce la proporción de éstos con la variante ómicron», señalaba el informe.
Ómicron también se ha detectado en Estados Unidos, primero en California y después en Colorado, Nueva York, Maryland, Utah y muchos otros estados.
El primer paciente estadounidense con la variante se identificó en San Francisco, dando positivo en las pruebas por COVID-19 el 29 de noviembre tras regresar de un viaje a Sudáfrica el 22 de noviembre.
Sin embargo, el Departamento de Salud Pública de California ha confirmado a Los Angeles Times que la variante estaba presente en las aguas residuales desde el 25 de noviembre.
Conocida originalmente como B.1.1.529, la variante saltó a los titulares internacionales el 26 de noviembre, poco después de que se detectara inicialmente en el sur de África.
Ese día, la OMS denominó a la B.1.1.529 como ómicron y la etiquetó como «variante preocupante».
Dos días después, en un informe técnico, dijo que la variante podía presentar un riesgo «muy alto», citando su gran número de mutaciones.
La Dra. Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica Sudafricana y una de las primeras doctoras en tratar a pacientes con ómicron, ha mantenido que ómicron es una variante leve.
«Permítanme ser clara: nada de lo que he visto sobre esta nueva variante justifica la acción extrema que el gobierno del Reino Unido ha tomado en respuesta a ella», escribió en The Daily Mail.
Por «acción extrema», la Dra. Coetzee se refería a «fuertes restricciones de viaje en los vuelos procedentes de todo el sur de África, así como a la imposición de normas más estrictas en el país sobre el uso de mascarillas, multas y cuarentenas prolongadas».
«No se sabe que nadie aquí en Sudáfrica haya sido [hospitalizado] con la variante ómicron, ni se cree que nadie aquí haya enfermado gravemente con ella».
Más recientemente, la Dra. Coetzee dijo a ThePrint que los síntomas de ómicron han sido leves tanto en los pacientes vacunados como en los no vacunados.
«Al principio de cualquier oleada, los niños y los jóvenes son los primeros afectados», dijo a ThePrint. «A medida que la ola avanza, empiezan a verse afectados más ancianos y personas con comorbilidades. Cuando eso ocurra, sabremos exactamente cuántos casos graves hay».
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