Hay miles de millones de fragmentos de ADN en una dosis de vacuna de ARNm contra COVID-19, dice estudio

08 de noviembre de 2023 12:31 PM Actualizado: 08 de noviembre de 2023 12:31 PM

Un nuevo estudio preimpreso sometido a revisión por pares descubrió miles de millones de fragmentos residuales de ADN en los viales de la vacuna contra COVID-19 basada en ARNm.

El autor principal del estudio, el virólogo molecular David Speicher, doctor en virología, declaró a The Epoch Times que su estudio es «el mayor estudio» sobre los restos de ADN en las vacunas contra COVID-19 realizado hasta la fecha.

«En nuestro estudio, nosotros medimos las copias del ADN de la espiga, del ori (origen de replicación) y de los genes potenciadores SV40», dijo el Sr. Speicher a The Epoch Times. «Las cargas del potenciador-promotor SV40, ori y la espiga del virus, en Pfizer, son de hasta 186,000 millones de copias por dosis».

La espiga a la que él se refiere es la secuencia de ADN de la proteína de espiga del virus SARS-CoV-2, que puede transcribirse a una espiga en el ARNm para ser utilizada en las vacunas contra COVID-19 basadas en ARNm para ser traducidas como proteína de espiga. Los otros dos ADN —los genes potenciadores del SV40 y el ori— ayudan a facilitar la replicación del ADN de la espiga.

Sin embargo, las vacunas finales de ARNm solo deben incluir ARN y no instrucciones residuales de ADN para la producción de la espiga.
Los investigadores secuenciaron el material genético de 27 viales de vacunas basadas en ARNm de 12 lotes diferentes. Diecinueve viales eran de Moderna y ocho de Pfizer.

«Es necesario seguir trabajando para investigar si hay algo en estas vacunas que realmente se esté integrando en el genoma humano y qué efecto puede causar eso», escribió el autor principal.

¿Por qué hay ADN en las vacunas de ARNm?

Las vacunas de ARNm están hechas de ADN.

Inicialmente, Pfizer informó de que utilizaría una maquinaria de PCR para producir el ADN de las vacunas de ARNm. La máquina de PCR haría primero muchas copias de ADN, y luego el mismo ADN se secuenciaría en ARN.

Sin embargo, debido a que este proceso no sería lo suficientemente rápido para satisfacer la demanda, Pfizer anunció que en su lugar utilizaría bacterias para producir el ADN de la espiga en modo masivo. A continuación, el ADN producido a partir de las bacterias se recogería y se secuenciaría en ARN en una máquina.

El informe de fabricación de Moderna presentado a la Agencia Europea del Medicamento también reveló que la empresa utiliza el ADN de un plásmido para producir las vacunas. Un plásmido es una cadena de ADN circular, común en las bacterias y ciertos parásitos. El de los plásmidos es circular, mientras que el ADN humano es lineal.

El uso de bacterias para producir genes y proteínas es un proceso biotecnológico estándar empleado en la producción de productos farmacéuticos.

Para que las bacterias repliquen el ADN de la proteína de espiga, los científicos primero tienen que introducir el ADN de la proteína de la espiga en las bacterias. A medida que las bacterias se multiplican, también lo hace el ADN de la proteína de espiga que estas transportan.

Sin embargo, el ADN de la espiga no puede introducirse solo. Otras secuencias se introducirían todas juntas en un ADN bacteriano circular —como el ori, que señala la replicación del ADN; el gen potenciador SV40, que fomenta una mayor replicación del ADN; y un gen de resistencia a los antibióticos, que ayuda a los científicos a identificar las bacterias que llevan el gen.

Cabe señalar que el gen potenciador SV40 es una secuencia genética del poliomavirus virus simio 40 (SV40), un virus ADN conocido por causar cáncer en animales de laboratorio. El gen no es el mismo virus SV40.

Una vez extraídos el ARNm y el ADN de las bacterias, se supone que se eliminaría el ADN.

Sin embargo, no se eliminó de forma eficaz, como sugieren los miles de millones de copias de ADN de la espiga, el ori y el potenciador del SV40 detectados en las vacunas de Pfizer. En las vacunas de Moderna también se encontraron varios millones de copias de ADN del ori y la espiga, pero no se detectó el gen potenciador SV40.

Por qué son preocupantes las impurezas de ADN en las vacunas de ARNm

El ADN extraño introducido en la célula junto con el ARNm corre el riesgo de ser confundido con ADN humano. Si esto sucede, puede integrarse en el esquema celular.

La presencia de genes potenciadores del SV40 aumenta el riesgo de integración del ADN, afirma el autor principal, citando un estudio publicado en 1999 que constató el transporte maximisado de ADN mediante el potenciador del SV40. El periodo álgido de publicaciones sobre el SV40, en términos de ritmo global de publicación, abarcó desde la década de 1980 hasta 1999.

Si el ADN de la proteína de espiga se integra en el genoma del huésped, las células contendrán para siempre secuencias de la proteína de espiga. La integración de un ADN extraño en el genoma humano también puede causar cáncer, como demuestran los estudios de integración de ADN viral.

El gen potenciador SV40 es muy controvertido en el campo de las vacunas porque procede de un virus relacionado con el cáncer.

Se descubrió que algunas de las vacunas contra la polio administradas entre 1955 y 1963 estaban contaminadas con el virus SV40 completo. Sin embargo, los estudios han concluido que las personas vacunadas con el gen SV40 completo no corrieron un mayor riesgo de desarrollar cáncer.

Vacunas con más fragmentos de ADN están relacionadas con más efectos adversos

El documento de investigación sugirió además que los viales con mayores dosis de contenido de ADN podrían potencialmente causar más reacciones adversas como las encontradas en el Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS).

Estas vacunas solían ser los viales de tapa morada que requerían dilución antes de su administración. Si los farmacéuticos olvidaban diluir los viales, podían estar inoculando accidentalmente a los niños una dosis cinco veces superior a la recomendada. Por lo tanto, los efectos adversos más elevados también podrían estar relacionados con una dosificación incorrecta de las vacunas.

Los investigadores utilizaron dos técnicas para determinar las dosis de contenido de ADN: la fluorometría y el qPCR.

La prueba de fluorometría mostró que el contenido de ADN superaba entre 188 y más de 500 veces los límites de 10 nanogramos por dosis establecidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Sin embargo, la prueba qPCR indicó que los niveles de ADN detectados estaban por debajo de la norma reglamentaria.

Kevin McKernan, uno de los autores del estudio con 20 años de experiencia en secuenciación genómica, explicó que la discrepancia en las pruebas se debía a que mientras la fluorometría puede detectar ADN de doble cadena de cualquier tamaño, la qPCR solo puede detectar ADN que tenga 100 pares de bases o más. El Sr. McKerman anteriormente trabajó en el Proyecto Genoma Humano y que actualmente es director científico y fundador de Medicinal Genomics.

Sin embargo, aunque las pruebas qPCR arrojaron un resultado por debajo de las normas reglamentarias, el Sr. McKernan explicó anteriormente que las normas de la FDA se publicaron en una época en la que los restos de ADN en el vial solo sería ADN desnudo, que tendría dificultades para entrar en las células. Eso es diferente al de las actuales vacunas de ARNm. Ahora, el ADN puede empaquetarse en nanopartículas lipídicas, por lo que va transportado directamente a la célula.

¿Y ahora qué?

El autor principal declaró a The Epoch Times que es necesario seguir investigando la contaminación por ADN de las vacunas contra COVID-19.

También es necesario que otros laboratorios ensayen las pruebas de su equipo y reproduzcan su trabajo para llegar a una conclusión más precisa sobre el efecto que tienen la dosis de ADN en los síntomas posteriores a la vacunación.

Otras preguntas, que según el autor principal están sin respuesta, incluyen si la secuencia SV40 de las vacunas está provocando un «turbocáncer». Por lo que también se deberían realizar estudios en animales para determinar si los restos de ADN están provocando una respuesta inmunitaria.

Como se señala en los artículos recientes de The Epoch Times, la FDA se negó a retirar del mercado las vacunas Pfizer contra el COVID-19 a pesar de que expertos en vacunas como el Dr. Robert Malone hablaron sobre la contaminación del ADN en los viales. La Agencia Europea de Medicamentos también dijo a The Epoch Times que Pfizer no señaló que sus viales incluían genes SV40.


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