Hasta 50 cubanos habrían muerto ahogados intentando llegar a los EE. UU. a través de Centroamérica. Llevaban meses desaparecidos y varios cuerpos finalmente fueron descubiertos el primer fin de semana de junio.
En vista que el expresidente de EE. UU., Barack Obama, buscó normalizar las relaciones con la dictadura comunista, habilitó el turismo hacia Cuba, mientras negó el acceso al asilo a quienes buscaban escapar de la isla. Ahora arriesgan sus vidas a intentar entrar de forma ilegal por México.
Cubanos ahora arriesgan sus vidas en la selva centroamericana
Por décadas, si tocaban tierra firme, los balseros cubanos podían acceder a la residencia en EE. UU., gracias a la política «pies secos, pies mojados». Así fue hasta que Obama la revocó, días antes de irse de la Casa Blanca.
Ahora, los cubanos exiliados cruzan la selva centroamericana y muchos mueren en el camino. Esta vez, al menos 12 cuerpos fueron identificados, luego de haberse ahogado mientras dormían junto al Río Darién que se desbordó y terminó con la vida de los isleños. 38 nombres más fueron reportados, pero todavía no han sido identificados.
«Del 23 al 25 de abril, en el sector de Almira-Panamá, una crecida del río Darién se llevó decenas de tiendas de campaña de emigrantes», indica Luis Guerrero Anaya, delegado de la Asociación de Derechos Humanos de Costa Rica, quien insiste que la cifra de cubanos fallecidos podría llegar a 50.
Asimismo informa que los cuerpos de 57 emigrantes, entre cubanos y haitianos, fueron enterrados en una fosa común en la localidad panameña de Bajo Chiquito.
Historias como estas no son inusuales. La artista Ana Olema cruzó el mismo río y uno de sus 40 acompañantes no sobrevivió.
Ella estuvo entre los manifestantes exiliados que protestaron fuera del Consulado de México en Miami, en vista de la situación precaria de los migrantes cubanos en los centros de detención en la frontera con Guatemala.
Exiliados denuncian convenio entre AMLO y los Castro
Allí denunciaron la complicidad de López Obrador con la dictadura castrista, con quién está alineado ideológicamente. Además, alegan que los cubanos reciben los peores tratos, así garantiza que no salgan de Cuba.
Los cubanos que lograron escapar de los centros de detención, denunciaron que las condiciones eran no solo insalubres (un anciano murió y una mujer embarazada perdió a su bebé a causa de la falta de higiene), sino que las zonas de migrantes están presuntamente bajo el control de mafias de Honduras.
Es decir, los cubanos no solo se enfrentan a la persecución de su gobierno que les empuja a salir, sino que además se enfrentan a gobiernos aliados, mafias, pandillas y a la furia de la naturaleza.
Y esta situación se agravó desde que Obama buscó normalizar las relaciones entre ambos países, tanto dentro como fuera de Cuba.
Para comenzar, en vista del aumento del turismo en la isla, el régimen empezó a vaciar sistemáticamente las calles de opositores para que evitar que sean vistos por los extranjeros.
Esto a su vez limita su comunicación, dado que los «centros de navegación» -donde se conectan a Internet- están en zonas turísticas. Y es que la conexión desde la casa es un lujo que recién está empezando a existir, entonces si no pueden transitar esas zonas, tampoco se pueden comunicar.
Dado que la industria del turismo es manejada por los guerrilleros devenidos militares del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, los mismos represores están a cargo de las zonas turísticas y, por tanto, de quién puede transitar o no libremente.
La persecución religiosa aumentó tras el acuerdo con Obama
Por último, la persecución religiosa se agravó en los días de la visita de Obama. Al pastor Mario Félix Lleonart Barroso, por ejemplo, le expropiaron de sus bienes, apresaron y torturaron para que no se manifieste en la calle.
«Nosotros le preferimos vivo lejos que muerto aquí», le dijeron sus feligreses, luego de múltiples amenazas contra su vida y la de su esposa, la teóloga Yoaxis Marchecho, junto a quien finalmente se exilió.
Desde que están los marxistas en el poder, los cristianos de todas las denominaciones han sido perseguidos. Pero desde las negociaciones con Obama, el hostigamiento llegó a su peor momento en el siglo XXI.
La suma de estos factores ha empujado a incontables cubanos a marcharse.
Pero lejos de Cuba la situación no es peor. Ya que Obama les quitó la posibilidad de migrar a EE. UU. directamente, ahora deben arriesgar sus vidas en la selva centroamericana, donde decenas mueren ahogados y los que no, quedan a merced de las mafias hondureñas y del gobierno de quién se ha declarado admirador de Fidel Castro: Andrés Manuel López Obrador.
Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
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