El grupo terrorista libanés Hezbolá nombró a Naim Qassem como sustituto de su líder Hassan Nasralá, abatido recientemente, e Israel ya ha puesto una diana sobre su vida.
«Nombramiento temporal. No por mucho tiempo», escribió el lunes en X el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, junto a una foto de Qassem. «La cuenta regresiva ya comenzó».
Qassem, de 71 años, asumió el papel de líder en funciones después que Nasralá falleció durante un ataque aéreo israelí en Beirut, el 27 de septiembre. Se esperaba que el nuevo liderazgo de Hezbolá pasara al primo de Nasralá, Hashem Safieddine, pero el 22 de octubre se supo que Sfieddine también había muerto en un ataque aéreo israelí, casi tres semanas antes.
Siendo un miembro fundador de Hezbolá, Qassem sirvió durante más de 30 años como segundo al mando de Nasralá y se había convertido en un destacado portavoz del grupo, especialmente a medida que se intensificaba el enfrentamiento con Israel a lo largo de la frontera libanesa desde el pasado octubre.
También es uno de los pocos dirigentes de alto rango de Hezbolá que siguen con vida después de que los ataques aéreos selectivos de Israel diezmaran a gran parte de la cúpula del grupo en las últimas semanas.
En una severa advertencia, Israel dijo que Qassem podría correr pronto la misma suerte que sus compañeros.
«Su permanencia en este cargo puede ser la más corta en la historia de esta organización terrorista si sigue los pasos de sus predecesores Hassan Nasralá y Hashem Safieddine», se lee en un posteo de la cuenta X en árabe del gobierno israelí.
«No hay solución en Líbano salvo desmantelar esta organización como fuerza militar».
Qassem nació en 1953 en el sur de Líbano. Fue clérigo chiita hasta finales de la década de 1970, cuando se unió al movimiento Amal durante la Guerra Civil libanesa entre cristianos maronitas y musulmanes.
En 1979, tras la Revolución Islámica iraní, Qassem se separó de Amal, que se inclinaba hacia una dirección más laica. En 1982, junto con varios antiguos miembros de Amal que compartían su ideología islamista radical, fundaron Hezbolá.
En 1991, Qassem fue nombrado jefe adjunto del líder fundador, Abbas al-Musawi, que murió en un ataque israelí al año siguiente. Qassem continuó en este cargo cuando Nasralá se convirtió en el líder y fue su adjunto hasta la muerte de Nasralá.
Desde el asesinato de Nasralá, Qassem ha pronunciado varios discursos televisados, entre ellos uno el 30 de septiembre, en el que dijo a sus partidarios que su grupo «ocuparía la dirección y los cargos de forma permanente» y seguiría luchando contra Israel en solidaridad con los palestinos.
«Lo que estamos haciendo es lo mínimo (…). Sabemos que la batalla puede ser larga», dijo en un discurso de 19 minutos, pronunciado ante paneles de madera desde un lugar no revelado.
Las tensiones entre Israel y Hezbolá se prolongan desde hace décadas y se han intensificado en el último año, desde el ataque del 7 de octubre contra Israel perpetrado por Hamás —también un grupo terrorista respaldado por Irán— en el que murieron 1200 personas, miles resultaron heridas y más de 250 fueron secuestradas.
Los ataques de represalia de Israel en Gaza fueron respondidos ese mismo día con cohetes, misiles y aviones teledirigidos de Hezbolá en apoyo de Hamás, lo que llevó a Israel a devolver el fuego.
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