La actriz del Hollywood clásico Elizabeth Taylor fue una de las estrellas más populares de los años 50 y 60 con películas como «La gata sobre el tejado de zinc caliente» y «Cleopatra». Pero su vida dio un giro en 1982, cuando algunos graves problemas personales llegaron a su punto álgido.
Mientras se acercaba el final de su matrimonio con el exsenador de Virginia John Warner, Taylor se enfrentaba también a una grave adicción a las drogas y al alcohol. Los seres queridos de la actriz recordaron sus luchas en el último episodio del documental de la BBC «Elizabeth Taylor: Rebel Superstar», que detalla la vida y el legado del icono británico-estadounidense.
«Tenía dolencias físicas, especialmente problemas de espalda, para los que el uso de analgésicos era un recurso legítimo», dijo su hijo Christopher Wilding. «Cuando era pequeña, teníamos todos esos medicamentos milagrosos y te tomabas una pastilla. Ese era su enfoque: vivir mejor a través de la ciencia».
Sin embargo, los allegados a la ganadora del Oscar sabían que «abusaba del alcohol y de los analgésicos, incluidos los inyectables».
«Hablábamos con ella, pero las cosas llegaron a un punto en el que se decidió que sería necesaria una intervención», explicó Wilding. «Solo queríamos que recibiera ayuda. Los familiares cercanos volaron y vaya si fue difícil».
«Todos estábamos petrificados. Era una mujer formidable», añade.
Para sorpresa de Wilding, la estrella de «Cleopatra» accedió a buscar ayuda, pero solo si podía esperar hasta la mañana siguiente para ir a rehabilitación. Se alojó en la Clínica Betty Ford, donde «tuvo que hacer muchas cosas que nunca había tenido que hacer en su vida adulta».
«Tuvo que compartir habitación con un extraño. A todos se les asignaba una especie de vida, tareas domésticas», señaló Wilding. Su madre también hizo terapia y reflexionó sobre su pasado.
El legado de Elizabeth Taylor
Elizabeth Taylor nació en Londres el 27 de febrero de 1932, de padres estadounidenses. Tras recibir la doble nacionalidad británico-estadounidense, Taylor y su familia se trasladaron a Los Ángeles, donde debutó como actriz con un papel secundario en «There’s One Born Every Minute», de 1942, a la edad de diez años. Tras fichar por los estudios MGM, Taylor consiguió su primer papel protagónico a los 12 años, cuando interpretó a la fanática de los caballos Velvet Brown en «National Velvet».
A los 18 años, la actriz pasó a interpretar papeles más maduros. Sus primeros éxitos fueron «El padre de la novia», de 1950, donde actuó junto a Spencer Tracy, y «Un lugar bajo el sol», de 1951. A mediados de la década de 1950, Taylor consiguió papeles más complejos, como la protagonista femenina de «Giant» (1956) y «Raintree Country» (1957), que le valió su primera nominación al Oscar.
Taylor alcanzó la cima de su carrera a finales de la década y en los años 60 con sus papeles de Margaret «Maggie la gata» en «La gata sobre el tejado de zinc» (1958), Catherine Holly en «De repente, el último verano» (1959), por el que ganó su primer Globo de Oro, Gloria Wandrous en «BUtterfield 8» (1960), por el que ganó su primer Oscar, y su papel más conocido como Cleopatra VII en «Cleopatra» (1963).
Taylor hizo su última aparición en el cine en la película de 1994 «The Flinstones», donde interpretó el papel secundario de Pearl Slaghoople. También creó una colección de fragancias y una marca de joyas en sus últimos años.
En 2011, Taylor murió de insuficiencia cardíaca congestiva a los 79 años. Le sobreviven sus cuatro hijos: Michael Wilding, Jr., Christopher Wilding, Liza Todd y Maria McKenown, esta última a la que Taylor adoptó con su exmarido Richard Burton.
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