El hijo de un practicante de Falun Gong encarcelado en China ha emitido una petición urgente para la liberación de su padre, afirmando que corre el riesgo de sufrir torturas y abusos en medio de los intensos esfuerzos del régimen por suprimir su fe.
Ding Lebin, residente en Berlín, hizo esta emotiva petición un año después de que su padre, Ding Yuande, fuera condenado a tres años de prisión por un tribunal de la provincia de Shandong en diciembre de 2023. Los legisladores europeos y la familia han afirmado que el castigo se debe únicamente a la fe del hombre en Falun Gong.
Esta disciplina espiritual, que consiste en ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, es brutalmente perseguida por el Partido Comunista Chino (PCCh) desde 1999, después de que entre 70 y 100 millones de personas la practicaran, superando el número de miembros del Partido.
Desde marzo, el padre de Ding está encarcelado en la prisión de la provincia de Shandong, uno de los centros más mortales del país para los practicantes de Falun Gong.
Desde descargas con porras eléctricas hasta torceduras de dedos con palos, los practicantes recluidos en este centro han informado sobre más de una docena de brutales métodos de tortura que soportaron mientras eran castigados por negarse a renunciar a su fe.
Según Minghui, un sitio web que documenta la persecución a Falun Gong, también hubo algunos métodos inusuales de maltrato en la prisión de la provincia de Shandong, como ser obligado a sentarse en un diminuto taburete hasta 18 horas, a menudo mientras veían vídeos de propaganda, y ser privado de necesidades básicas como comida, agua y sueño. En un caso, un estudiante universitario murió en junio de 2009 después de que le dieran un bollo al vapor al día mientras permanecía incomunicado en una pequeña celda durante más de 50 días.
Ding declaró a The Epoch Times que teme que su padre pueda ser víctima de trabajos forzados, tortura o incluso ser asesinado por sus órganos. «Todos los días me preocupa su seguridad», dijo.
Cuando la Unión Europea conmemoró el Día de los Derechos Humanos el 10 de diciembre, su brazo diplomático planteó específicamente la difícil situación del padre de Ding, diciendo que el bloque «sigue preocupado y pide la liberación inmediata e incondicional» del anciano Ding, entre otros.
El Parlamento Europeo adoptó en enero una resolución en la que instaba a Beijing a liberar a Ding Yuande, junto con otros practicantes de Falun Gong perseguidos. En ella se instaba a la Unión Europea y a sus 27 Estados miembros a imponer sanciones contra los responsables, con medidas como denegarles visados, congelar sus activos, expulsarlos de los territorios de la UE y procesarlos por sus delitos.
Frank Schwabe, comisario federal alemán para la libertad de religión o creencias, también destacó la «represión masiva» de grupos religiosos por parte del régimen chino en el Día de los Derechos Humanos.
«Me gustaría mencionar a Ding Yuande, que ha estado encarcelado injustamente durante mucho tiempo», dijo Schwabe en una declaración en X.
Los defensores de los derechos se hicieron eco de esta petición, instando al PCCh a liberar al padre de Ding y a poner fin a su brutal campaña contra el grupo religioso.
«El gobierno chino debe poner fin a la persecución de los practicantes de Falun Gong, que dura ya 25 años», dijo Jasna Causevic, de la Sociedad para Personas Amenazadas (STP), una organización sin ánimo de lucro con sede en Alemania, en un comunicado el 10 de diciembre. «Los responsables deben comparecer ante la justicia».
Crece la preocupación por la intensificación de los esfuerzos del PCCh para acabar con Falun Gong.
The Epoch Times informó a principios de este mes que en una reunión secreta de 2022, el líder del PCCh, Xi Jinping, ordenó personalmente una nueva estrategia global para suprimir a los practicantes de Falun Gong. La nueva campaña se centra en batallas legales en Estados Unidos y en una campaña de desinformación a través de personas influyentes en las redes sociales y algunos medios de comunicación occidentales, que aparentemente parecen independientes del régimen.
En medio de la intensificación de los esfuerzos del régimen por silenciar las voces disidentes, Ding se mantiene firme en su búsqueda de la libertad para su padre.
«No hablo solo por mis padres», dijo Ding. «Abogo por todos los practicantes que siguen siendo perseguidos».
Hizo un llamamiento a la Unión Europea y a sus 27 Estados miembros para que impongan sanciones a los funcionarios del PCCh implicados en la persecución, que ha provocado que un número incalculable de practicantes haya sido encarcelado, torturado y asesinado por su fe.
Ding dijo que, debido a la implacable campaña, lleva más de una década separado de sus padres en China.
«Todos guardamos un deseo», dijo Ding. «Que esta persecución termine rápidamente y que todos los practicantes de Falun Gong puedan reunirse con sus seres queridos lo antes posible».
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