La imparcialidad es un ideal moral importante, por el cual uno se abstiene de dar un trato preferencial a alguien, sino que trata a todos de manera justa y equitativa. Requiere dejar de lado los intereses personales y los prejuicios, como los sentimientos por amigos y familiares, la negatividad hacia los oponentes e incluso los enemigos, o los prejuicios a favor o en contra de cualquier persona en función de sus antecedentes, posición social u otras características.
Qi Xi (620-545 a. C.) fue el Ministro del Estado de Jin durante el período de primavera y otoño. Era una persona altruista y de mente abierta que manejaba los asuntos de forma recta y justa.
El texto enciclopédico clásico chino «Lüshi Chunqiu» de alrededor del 239 a. C., también conocido como «Los Anales de Lü Buwei», primer ministro del estado de Qin, registró que cuando Qi Xi recomendaba a personas para el servicio público, sólo deseaba que los buenos fueran designados y le tenía sin cuidado si las personas que recomendaba se habían opuesto a él, o si eran de su familia.
Un día, el Duque de Jin le preguntó a Qi: “Hay una vacante para magistrado de condado en Nan Yang. ¿A quién podría asignarse para este puesto?”.
Qi respondió: “Xie Hu podría ser asignado para este puesto”.
El Duque dijo: “¿No era Xie Hu su enemigo? ¿Por qué lo recomendó?”.
“Su Alteza estaba preguntando quién podría manejar este trabajo ¡no quién es mi enemigo!”, dijo Qi.
El Duque entonces designó a Xie Hu como magistrado del condado de Nanyang. Resultó ser que en verdad hizo un buen trabajo y la gente estaba llena de alabanzas hacia él.
Luego de un tiempo, el Duque le hizo a Qi otra pregunta: “Necesitamos un oficial de alto rango del ejército en la capital. ¿Quién podría manejar este puesto?”.
Qi respondió: “Qi Wu puede hacerlo”.
El Duque dijo: “¿No es Qi Wu su hijo? ¿Cómo puede recomendar a su propio hijo?”.
“Su Alteza estaba preguntando quién podría manejar este trabajo como oficial de alto rango del ejército, ¡no estaba preguntando quién es mi hijo!”, dijo Qi.
El Duque entonces designó a Qi Wu en el puesto. Realmente hizo un buen trabajo y recibió elogios de todo el mundo.
Cuando Confucio escuchó sobre ésto, dijo a sus estudiantes: “Recomendar a su enemigo no es ser adulador; proponer a su hijo no debería ser para beneficio propio; sólo cuando uno tiene alto mérito puede recomendar a gente así. ¡Por consiguiente, Qi Xi, fue realmente altruista y justo!”
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