Una mujer en China dijo que su marido desarrolló reacciones adversas graves después de recibir la vacuna COVID-19 fabricada en China, incluyendo fiebre alta prolongada y extensas erupciones. Los médicos dijeron que no podían descartar la posibilidad de que sus síntomas estuvieran relacionados con la vacuna.
La mujer, originaria de Beijing con el sobrenombre de Zhang, describió la historia de su marido en una publicación del 1 de marzo en la plataforma china de miniblogs Weibo.
El 17 de febrero, ella y su marido, de unos 30 años, recibieron sus primeras vacunas en un lugar convocado por su comunidad. Permanecieron allí 30 minutos en observación tras la inyección, y se fueron a casa sin sentir ningún síntoma desagradable.
Sin embargo, el 23 de febrero, su marido empezó a tener pequeñas erupciones en la piel. Un día después tuvo fiebre de 38.5 grados centígrados (101.3 grados Fahrenheit) o más, y más erupciones. Al principio pensaron que tenía urticaria, así que tomó un medicamento para ello. Pero el 26 de febrero, la fiebre persistía y aparecieron más erupciones en su cuerpo.
Al hombre le dolía todo el cuerpo y le picaba, y no podía dormir por la noche, dijo Zhang.
Dijo: «[Su] pecho, espalda, cintura, glúteos, brazos, piernas y pies están cubiertos [de erupciones]».
A las 5 de la tarde del 27 de febrero se trasladaron al Hospital Luhe de Beijing para recibir tratamiento, pero los médicos le pidieron que volviera al día siguiente.
El 28 de febrero, su marido se sometió a un análisis de sangre, una prueba de ácido nucleico, una tomografía computarizada y una prueba bioquímica. Todos los resultados fueron normales.
Hicieron una segunda visita el 29 de febrero.
«Excepto porque asumimos todos los gastos por nuestra cuenta durante todo el proceso», se quejó Zhang, «mi marido sintió más dolor durante todo el proceso. Aunque los médicos no identificaron claramente su estado como reacciones alérgicas post-vacunas, expresaron que no descartaban esa posibilidad».
Dijo que ni ella ni su marido habían tenido alergias antes, y añadió que él gozaba de una salud increíblemente buena y rara vez caía enfermo.
La mujer presentó una queja ante su comunidad y el Hospital Luhe de Beijing.
Las autoridades del hospital respondieron: «Esperemos a ver si el paciente se recupera. No busquemos responsables hasta que se recupere».
Zhang expresó su preocupación sobre cómo se podría demostrar que los síntomas de su marido eran reacciones alérgicas causadas por la vacuna cuando ya se haya recuperado.
Dijo: «Cuando estábamos en el programa de dermatología, un joven que estaba delante de nosotros en la lista de espera tenía los síntomas exactamente igual que mi marido. Él también desarrolló fiebre alta después de recibir la vacuna. Peor que la situación de mi marido, le salieron erupciones por todo el cuerpo. Se extendió hasta el cuello».
Y añadió: «Toda nuestra familia cree ahora que fue causada por la vacuna».
En una entrevista con el Apple Daily, con sede en Hong Kong, Zhang dijo que la vacuna que recibió su marido era del Instituto de Biotecnología de Beijing y se cree que fue desarrollada por el Grupo Sinopharm.
Aunque el hospital declaró que habían informado del incidente y que la salud de su marido estaba mejorando, Zhang admitió que su confianza en las vacunas nacionales había disminuido mucho.
Las vacunas COVID-19 fabricadas en China podrían causar reacciones, como se sugiere en un aviso de procedimientos de tratamiento para reacciones anormales a las vacunas COVID-19, que un equipo de asesores médicos dependiente del Consejo de Estado de China emitió a las comisiones regionales de salud el 23 de diciembre de 2020.
El documento interno fue designado como «no debe ser revelado al público».
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