Un hombre de Florida mató accidentalmente a su hijo luego de confundirlo con unos ladrones que había reportado unas horas antes.
El sábado pasado, la policía del Condado de Sumter fue alertada por Lindsay McGeorge, de 50 años, quien reportó a tres personas que intentaron entrar a su domicilio, en el 2550 County Road 673 en Webster, Florida. El hombre afirmó a los oficiales que uno de ellos estaba armado con una pistola, de acuerdo a un comunicado de la Oficina del Sheriff del Condado de Sumter.
Los agentes revisaron en los alrededores y tras no encontrar a ningún sospechoso, determinaron la escena como «infundada».
Sin embargo ese mismo día la policía regresó durante la noche a la casa de McGeorge, donde encontró que el hombre había disparado mortalmente a su hijo, Jaiden McGeorge de 19 años, al pensar que se trataba de un ladrón.
Hasta el momento no se han presentado cargos contra McGeorge, «sin embargo, la investigación está activa y en curso», dijo la oficina del Sheriff.
El incidente generó diversos comentarios en redes sociales tras la publicación de la policía del Condado de Sumter.
«Era un chico tan dulce», describió un usuario que afirma haber estado con él en la escuela, «era algo autista y necesitaba a alguien para ayudarle todo el tiempo», agregó.
«Esto es tremendamente doloroso. Estoy seguro de que esto será muy difícil de superar para Lindsey», escribió otro internauta, refiriéndose al padre del joven.
Otro caso pero a la inversa se dio también en Florida, donde un joven de 15 años asesinó a su madre.
En noviembre de 2018 en su casa en la localidad de DeBary, en el centro de Florida, Cleavenger, de 46 años, y su hijo discutieron por las notas escolares y él la mató.
Gregory Ramos, el hijo, enterró el cadáver junto a una iglesia cercana al domicilio familiar y reportó la desaparición de su madre, pero acabó confesando el crimen a la Policía, según el sumario.
Ramos fue ayudado por dos amigos para ocultar la muerte de su madre, de los cuales uno fue sentenciado a 10 años de libertad condicional y otro a 364 días de cárcel y 14 años de libertad condicional.
En enero de 2021, Ramos fue sentenciado a 45 años de prisión, con la opción de que la condena sea revisada al cabo de 25 años, tras declararse culpable de asesinato en primer grado y de alterar pruebas.
El día que se le impuso la sentencia, Ramos, vestido con un uniforme naranja y encadenado, pidió perdón a toda su familia, rindió homenaje a su madre, a quien definió como “una persona bella”, y subrayó que no pretendía buscar “justificaciones” a lo que hizo.
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