Un jurado concluyó que la muerte de un niño de tres años fue accidental luego que su padre lo arrolló con una camioneta de trabajo.
Guto Jenkins, un hombre de 32 años, recuerda como «una auténtica pesadilla» el día que, sin intención, mató a su hijo Ianto Jenkins de tres años.
Mientras jugaba con su bicicleta en la granja de su padre, ubicada en Carmarthenshire, al suroeste de Gales, en Reino Unido, Ianto fue arrollado con la camioneta con la que Jenkins se dirigía a realizar una entrega de tierra, el 3 de agosto del año pasado.
Jenkins declaró ante el tribunal forense de Pembrokeshire y Carmarthenshire, que «no tenía idea» de cómo fue golpeado su hijo y que no «vio, escuchó ni sintió nada inusual», de acuerdo a la BBC.
Ese día Ianto estaba con su hermana mayor y una prima que previamente habían acompañado a Jenkis a realizar una primera entrega de tierra, pero el niño le dijo que prefería quedarse en la granja antes de que saliera para un segundo viaje.
El hombre, quien trabaja para una empresa de construcción y además tiene su negocio de venta de tierra, dijo que antes de mover la camioneta para salir de la granja vio que el niño «estaba jugando muy lejos de la camioneta».
«Lo único en lo que puedo pensar ahora es que Ianto debe haber estado en un punto ciego o se había movido cerca dela camioneta mientras yo miraba en mi otro espejo o hacia adelante para asegurarme de que esta área estaba despejada», dijo Jenkins.
Menir Jenkins, la abuela de Ianto, en ese momento se encontraba con los niños y se dio cuenta que su nieto había fallecido cuando la hermana del niño corrió a decirle.
«Pude verlo tirado en el suelo y pensé que se había caído de la bicicleta y se había raspado la rodilla, pero cuando me acerqué y estuve a pocos centímetros vi que tenía la nuca abierta», dijo Menir, según informó Mirror.
Rápidamente llamó a su hijo y su nuera, Chloe Picton, de 27 años.
«Es una auténtica pesadilla con la que viviré el resto de mi vida […] El dolor y la culpa no desaparecerán», dijo Jenkins
Andrew Bamber, el patólogo dijo que la lesión en la cabeza del niño reflejaba que había sido impactada por algo «muy pesado», lo cual coincidía «con una camioneta y un remolque cargado con tierra».
Tras meses de investigación, un jurado de Llanelli emitió un veredicto de muerte accidental.
Un año después del incidente, Jenkins escribió en sus redes sociales que no ha pasado un día en que no piense en su hijo.
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