La presidenta hondureña, Xiomara Castro, dijo que consideraría cerrar una base militar estadounidense si la administración entrante de Trump implementa la deportación masiva de ciudadanos hondureños.
En un discurso televisado el miércoles, Castro instó al presidente electo Donald Trump a entablar un diálogo “constructivo y amistoso” en lugar de recurrir a “represalias innecesarias” contra los ciudadanos hondureños.
Honduras se encuentra entre los países con mayor número de ciudadanos residiendo ilegalmente en Estados Unidos.
Los últimos datos disponibles del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos indican que aproximadamente 560,000 hondureños (casi el 5 por ciento de la población del país centroamericano) vivían en Estados Unidos como inmigrantes ilegales en 2022.
«Ante una actitud hostil de expulsión masiva de nuestros hermanos, tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en el campo militar», dijo Castro. «Sin pagar un centavo durante décadas, ellos mantienen bases militares en nuestro territorio, que en este caso perderían toda razón de existir en Honduras».
Se refería a la Base Aérea Soto Cano, ubicada a unas 50 millas al noroeste de la ciudad capital de Tegucigalpa.
Originalmente conocida como Base Aérea de Palmerola, la instalación fue establecida en 1982 bajo un acuerdo de asociación militar que data de 1954. Actualmente alberga a más de 500 militares estadounidenses y un número igual de civiles estadounidenses y hondureños.
La base sirve como cuartel general de la Fuerza de Tareas Conjunta Bravo, que comenzó como una fuerza expedicionaria temporal pero que desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en una presencia militar indefinida. Además de las operaciones de seguridad regional, la fuerza de tareas lleva a cabo una serie de misiones humanitarias, entre ellas la distribución de ayuda, el socorro en caso de desastres, los servicios médicos, el desarrollo de infraestructura y la formación de la policía y los bomberos locales.
Estados Unidos ha brindado un importante apoyo humanitario a Honduras a lo largo de las décadas.
Según el Departamento de Estado, entre el año fiscal 2020 y 2023, el Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) entregaron más de 785 millones de dólares en asistencia bilateral, regional y humanitaria a Honduras. En 2023, se asignaron 42.5 millones de dólares adicionales de dinero de USAID a Honduras, El Salvador y Guatemala, dijo USAID en un comunicado de 2023.
Los críticos de Castro, incluido su aliado político convertido en líder de la oposición Salvador Nasralla, advirtieron sobre la implicación de poner en peligro la relación del país con su socio comercial más importante por cuestiones de inmigración.
“Esta decisión no solo compromete nuestra relación histórica con Estados Unidos, sino que podría tener graves consecuencias económicas”, dijo Nasralla, ex primer vicepresidente que renunció al gobierno de Castro en abril, en un posteo en la plataforma de redes sociales X. “Un conflicto de esta magnitud abriría la puerta a aranceles devastadores sobre nuestras exportaciones, golpeando duramente nuestra economía ya frágil y dejando a miles de hondureños sin sustento. Honduras necesita aliados, no enfrentamientos absurdos”.
En marzo de 2023, Castro rompió relaciones diplomáticas con Taiwán a favor de China. El régimen comunista chino gobernante, a pesar de nunca haber gobernado Taiwán, proclama a Taiwán como una provincia rebelde y no descarta el uso de la fuerza para reunificar la isla democrática con el continente autoritario.
Ese mismo mes de junio, Castro firmó una serie de acuerdos con China durante su viaje a Beijing, entre ellos llevar la Iniciativa de la Franja y la Ruta a Honduras y fomentar las inversiones chinas en energía, infraestructura y telecomunicaciones.
Este cambio ha suscitado inquietud en Washington. Eric Jacobstein, subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo a los miembros del Congreso que la relación de Castro con China plantea riesgos potenciales para la seguridad, en particular si el gigante de las telecomunicaciones Huawei, respaldado por el Estado chino, estableciera operaciones cerca de Soto Cano.
“En lo que respecta a Huawei y nuestra presencia en la base de Soto Cano, eso es absolutamente crítico y sería muy preocupante si viéramos alguna presencia china en la base”, dijo Jacobstein en una audiencia del Congreso en octubre de 2023. “Esto es algo que hemos dejado claro, tanto pública como privadamente, a nuestros socios hondureños”.
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