Cientos de miles de hongkoneses salieron a las calles en la tarde del 7 de julio para exigir al gobierno de la ciudad que elimine un controvertido proyecto de ley de extradición.
Sin embargo, esta marcha del domingo fue diferente de las pasadas: en lugar de dirigirse al gobierno, los manifestantes hicieron un llamamiento a los turistas de China continental. Se distribuyeron volantes a lo largo de la marcha que explicaban las preocupaciones de los ciudadanos sobre el proyecto de ley de extradición.
Los organizadores anunciaron en la noche que aproximadamente 230.000 personas participaron en la marcha. La policía local dio una estimación mucho más baja, diciendo que habían 56.000 personas durante el punto más alto.
El controversial proyecto de ley permitiría a cualquier país, incluida China continental, buscar la extradición de criminales sospechosos. La propuesta generó una oposición generalizada, ya que a muchos hongkongers les preocupó que si se aprobaba el proyecto de ley, Beijing podría presionar al gobierno de la ciudad para que entregue a los ciudadanos de cualquier nacionalidad para enfrentar un juicio en el opaco sistema judicial del régimen chino que a menudo no tiene en cuenta el estado de derecho.
Han habido tres protestas importantes en las últimas semanas: una marcha el 9 de junio que atrajo a 1.03 millones de personas; una marcha el 16 de junio que atrajo un histórico récord de 2 millones de participantes; y otra marcha el 1 de julio con más de medio millón de asistentes. Aunque la máxima autoridad de la ciudad, la presidente ejecutiva Carrie Lam, anunció el 15 de junio que el proyecto de ley se suspendería indefinidamente, muchos continúan pidiendo el retiro completo del proyecto.
Ventus Lau Wing-hong, uno de los organizadores de la última marcha, explicó que esperaba que los turistas de China continental pudieran conocer la verdad sobre por qué los hongkoneses protestaban, ya que el Partido Comunista Chino ha censurado las noticias o tergiversado los hechos en la cobertura de los medios estatales.
La ruta de la marcha llevó a los manifestantes a dos lugares que los turistas chinos visitan a menudo: el Tsim Sha Tsui, un popular distrito comercial con tiendas de lujo en el distrito de Kowloon, y la estación de tren West Kowloon, la terminal ferroviario express que conecta Guangzhou–Shenzhen–Hong Kong y que viaja desde y hacia las dos metrópolis del sur de China. La estación también contiene un puesto de control transfronterizo para los turistas de China continental que viajan a Hong Kong.
Los manifestantes comenzaron a marchar desde el punto de reunión inicial, el jardín Salisbury en Tsim Sha Tsui, alrededor de las 3:35 p.m. hora local, 25 minutos antes de lo programado originalmente, debido a la gran cantidad de manifestantes.
Según Stand News, un medio de Hong Kong, la gran participación obligó a algunos manifestantes a tomar una ruta alternativa al destino final, la estación de West Kowloon.
¿Por qué participan?
Un estudiante de último año de la universidad, Chan, se unió a la marcha con sus padres y dijo que participaron porque el gobierno de Hong Kong no ha escuchado sus voces, a pesar de las continuas protestas.
“No podemos permitir que este fuego se apague tan rápidamente. Aún no hemos recibido ninguna de nuestras demandas. Así que creo que cada vez que hay una llamada a la acción por Internet, debemos continuar y expresar nuestras opiniones, para que la comunidad internacional pueda seguir preocupándose por [el proyecto de ley de extradición]», dijo Chan en una entrevista con los reporteros de La Gran Época en Hong Kong.
Chan agregó que el proyecto de ley fue el último ejemplo de que Beijing viola el principio de «un país, dos sistemas», según el cual China prometió preservar la autonomía y libertades de Hong Kong cuando la soberanía de la ciudad fue transferida de Gran Bretaña a China en 1997.
“’Un país, dos sistemas’ ahora existen solo en nombre. Porque [Beijing] se ha infiltrado cada vez más en Hong Kong, ya sea manipulando las elecciones legislativas de Hong Kong o aprobando ciertas ordenanzas con total indiferencia hacia la independencia judicial de Hong Kong».
El Sr. Fung, un minorista, dijo que si no venía a unirse a la marcha de hoy, podría no tener la oportunidad de expresar sus opiniones en el futuro.
Mientras tanto, To Chi-kuen dijo a La Gran Época que él también había participado en el Movimiento de los Paraguas en 2014, cuando los ciudadanos tomaron las principales vías de tránsito durante 79 días para exigir el sufragio universal. Esas protestas terminaron sin cambios en el sistema electoral.
Dijo que Beijing no solo ha oprimido a los habitantes de Hong Kong sino también a su propia gente dentro de China continental.
«Queremos decirle a todos los chinos, que el [gobierno] que oprime tanto a los habitantes de Hong Kong como a los chinos continentales, es totalitario», dijo To.
Demandas de los manifestantes
A lo largo de la marcha, se pudo escuchar a los manifestantes gritando consignas como: «Liberen a los manifestantes que han sido arrestados, investiguen el uso excesivo de la fuerza policial, convoquen inmediatamente dos elecciones abiertas». El 10 y 12 de junio, 24 manifestantes fueron arrestados después de enfrentamientos con la policía, cuando los agentes lanzaron gas lacrimógeno, balas de goma y bolsas de frijoles en las multitudes; mientras que 12 fueron arrestados luego de los enfrentamientos del 1 de julio por la mañana. Otro manifestante fue arrestado recientemente por su presunta participación en el asalto al edificio del Parlamento el 1 de julio por la noche. Algunos ya han sido puestos en libertad bajo fianza.
El periódico local Apple Daily registró a varios de los que fueron arrestados por tomar acción en Internet, como el presunto lanzamiento de ataques cibernéticos al sitio web de la policía y la divulgación de información personal de los policías.
Las tres demandas, junto con el retiro total del proyecto de ley y una solicitud para que el gobierno retire su caracterización anterior de las protestas como «disturbios», fueron las cinco demandas presentadas por los organizadores de la marcha.
Los manifestantes han agregado recientemente la demanda del sufragio universal para que la ciudad elija a su jefe ejecutivo y a los miembros de su legislatura unicameral, haciéndose eco al Movimiento de los Paraguas. Actualmente, el presidente ejecutivo es elegido por un comité electoral compuesto principalmente por élites pro-Beijing, mientras que solo una parte de los legisladores del Parlamento son elegidos directamente por los electores en un área geográfica.
La oficina de Hong Kong de La Gran Época contribuyó con este informe.
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