El Inspector General Michael Horowitz dijo en una audiencia judicial en el Senado que la vigilancia sin fundamento legal es «vigilancia ilegal».
Su comentario se produjo después de que acusara a altos funcionarios del FBI de mal manejo de un esfuerzo fallido a través de una corte de la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés) para obtener autoridad de vigilar a Carter Page, un asesor de política exterior estadounidense que trabajó en la campaña electoral del presidente Donald Trump.
El presidente del Poder Judicial del Senado, Lindsey Graham (R-S.C.) le preguntó a Horowitz si hubía algún punto en que la vigilancia a Page fuera ilegal. Horowitz primero dijo que su informe fue enviado a los tribunales para tomar una decisión sobre si se deben presentar cargos contra alguien del FBI.
«Si no tienes una base legal para vigilar a alguien y sigues haciéndolo, ¿es eso malo?», le preguntó Graham a Horowitz.
«Absolutamente», contestó, añadiendo que «es una vigilancia ilegal».
«No es una vigilancia autorizada por la corte», agregó Horowitz.
La solicitud de la corte FISA incluía reclamaciones de un expediente no verificado de investigación de oposición sobre Trump. El ex oficial de inteligencia británico Christopher Steele compiló el expediente utilizando fuentes de segunda y tercera mano relacionadas con el Kremlin.
Hubo «preguntas significativas» «planteadas» sobre la «fiabilidad del informe Steele que se utilizó en las solicitudes FISA de Carter Page».
Añadió que «las solicitudes FISA dependían enteramente de la información de los informes Steele para apoyar la acusación de que Page estaba coordinando con el gobierno ruso las actividades de las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos».
La campaña de Hillary Clinton y el Comité Nacional Demócrata finalmente pagaron por el trabajo de Steele, un hecho que el FBI no reveló en la solicitud.
Varios funcionarios del FBI que participaron directamente en la preparación y firma de las solicitudes de detención de la FISA se han marchado o han sido despedidos de la oficina, entre ellos el director James Comey, el director adjunto Andrew McCabe y el subdirector adjunto Peter Strzok.
En su declaración ante el Comité Judicial, Horowitz dijo que su oficina está «profundamente preocupada» por los numerosos «errores básicos y fundamentales cometidos por tres equipos de investigación separados y cuidadosamente seleccionados en una de las investigaciones más delicadas del FBI».
Y ocurrió «después de que el asunto hubiera sido informado a los más altos niveles dentro del FBI; a pesar de que la información buscada a través del uso de la corte FISA se relacionaba tan estrechamente con una campaña presidencial en curso; y a pesar de que los involucrados en la investigación sabían que sus acciones probablemente estarían sujetas a un escrutinio minucioso», dijo Horowitz.
Horowitz concluyó que los errores equivalían a una falla que implicaba a la cadena de mando del FBI responsable de manejar las solicitudes FISA, incluidos los altos funcionarios.
«Creemos que esta circunstancia refleja un fracaso no sólo de los que prepararon las solicitudes FISA, sino también de los gerentes y supervisores de la cadena de mando de Crossfire Hurricane, incluidos los altos funcionarios del FBI que fueron informados a medida que avanzaba la investigación», declaró Horowitz. «Especialmente en los asuntos más delicados y de mayor prioridad del FBI, y especialmente cuando se solicita permiso judicial para utilizar una herramienta intrusiva como una solicitud FISA, corresponde a toda la cadena de mando, incluidos los altos funcionarios, tomar las medidas necesarias para garantizar que estén suficientemente familiarizados con los hechos y circunstancias que apoyan y potencialmente socavan la aplicación de una solicitud FISA, a fin de proporcionar una supervisión eficaz y coherente con su nivel de responsabilidad de supervisión».
Ivan Pentchuokov colaboró en la elaboración de este informe.
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