Aunque la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA) informa que desde 1990 se construyeron más de 1.5 millones de nuevas viviendas resistentes al radón, muchos expertos creen que no es suficiente para controlar la amenaza cada vez mayor de este gas radiactivo inodoro que emana naturalmente de la tierra a escala mundial.
El gas radón se forma cuando el uranio, el torio o el radio se descomponen en las rocas, el suelo o las aguas subterráneas. Las personas pueden estar expuestas al radón principalmente al respirar el aire que se filtra desde los sótanos y a través de las grietas y huecos de edificios y viviendas.
En los últimos 34 años, se construyó un promedio de más de 44,000 nuevas viviendas resistentes al radón en todo Estados Unidos. Pero Kyle Hoylman, cofundador y director general de Protect Environmental, en Louisville, Kentucky, cree que eso apenas basta para marcar la diferencia.
«El hecho es que cada año construimos más casas con problemas de radón de las que arreglamos», declaró a The Epoch Times.
«Y no se trata solo de casas —son escuelas, guarderías, residencias de ancianos, edificios de apartamentos y otras estructuras comerciales».
Según la EPA, el radón es la primera causa de cáncer de pulmón entre los no fumadores y, en general, la segunda. El radón es responsable de casi 21,000 muertes por cáncer de pulmón al año.
La EPA indica que el costo que supone para un constructor la inclusión de elementos resistentes al radón en la construcción de una vivienda nueva puede variar mucho, dependiendo del tamaño de la vivienda y de su ubicación. La agencia también informa que los constructores a menudo pueden obtener formación sobre nuevas construcciones resistentes al radón a través de programas estatales y proveedores de servicios privados.
Hoylman explicó que la historia de cómo se descubrió la infiltración de radón en las viviendas se remonta a la década de 1980 en Pensilvania, donde un empleado de una central nuclear empezó a activar los detectores de radiación al pasar por ellas al llegar al trabajo.
«Descubrieron que estuvo expuesto al radón [en casa], y eso fue lo que inició todo el camino del descubrimiento del radón», explicó.
Actualmente, la EPA recomienda la eliminación del radón en los hogares con un nivel de radón igual o superior a 4 pCi/L (pinocuries por litro).
«Diferentes partes del país pueden tener niveles más altos de lo normal, como las zonas rocosas como las Montañas Blue Ridge o los Apalaches», dijo Hoylman. “Los hogares con pozos privados también pueden estar en riesgo si el radón está presente en el agua».
El World Population Review informa que Alaska tiende a tener los niveles más altos de radón, superiores a 10%. Los estados de Dakota del Sur, Pensilvania, Ohio y Washington también se encuentran entre los cinco que más radón producen, con niveles que oscilan entre 7.5 y 9.6. Mientras tanto, Luisiana tiene uno de los niveles más bajos, con solo 1.1. Mississippi, Florida, Arizona y Texas se encuentran entre los cinco estados con menos radón, con niveles de 1.2 a 2.1.
Normalmente, el radón entra en la casa desde el sótano y puede filtrarse hasta las zonas de estar y de dormir.
«Algunas de las viviendas más nuevas y eficientes desde el punto de vista energético permiten que entre menos aire fresco y, como resultado, el aire del interior de la vivienda experimenta menos circulación con el aire exterior», afirma Hoylman.
«Sin embargo, si más promotores empiezan a incluir elementos resistentes al radón en las nuevas construcciones, empezaremos a ver muchos menos incidentes de exposición al radón en las viviendas de todo el país».
La EPA recomienda a los contratistas utilizar una capa de grava de diez centímetros bajo los cimientos y, a continuación, colocar láminas de plástico o un retardador de vapor sobre la grava para evitar que los gases del suelo entren en la casa. También se recomienda instalar un tubo de ventilación, sellar y calafatear todas las aberturas y grietas e instalar una caja de conexiones eléctricas en el ático para un ventilador.
Para los propietarios que se enfrentan a un proyecto de mitigación del radón, los costos varían según el tamaño de la vivienda y el mercado, y oscilan entre los 1500 y 1900 dólares para una casa de tamaño medio en el Medio Oeste y entre los 2000 y 2400 dólares para una casa del mismo tamaño en el área metropolitana de Nueva York.
Hoylman dijo que los sistemas de mitigación del radón pueden instalarse dentro o fuera de la casa.
«Básicamente, funcionan como una aspiradora que extrae todo el aire de debajo de los cimientos y lo introduce en un sistema de ventilación antes que pueda ingresar en la vivienda», explica.
Las tuberías transportan el aire por encima del tejado.
«El reto es que sea rentable y estéticamente agradable», afirma.
En la actualidad, solo 37 estados exigen que se informe sobre el radón en las transacciones inmobiliarias.
RadonResources.com también informa que siete estados no tienen formularios de divulgación del radón: Alabama, Arkansas, Idaho, Dakota del Norte, Virginia, Virginia Occidental y Wyoming. Solo 11 estados exigen ahora construcciones nuevas resistentes al radón: California, Florida, Illinois, Maine, Minnesota, Nueva Jersey, Oregón, Rhode Island, Texas, Washington y Virginia Occidental.
«El hecho es que el radón está presente en todos los hogares, con niveles variables», declaró a The Epoch Times Insoo Park, fundador y director ejecutivo de Ecosense.
«Mi trabajo consiste en detectar la cantidad de radón. Una lectura única de más de 4 no mata, pero hay que vigilarlo durante 12 meses para ver qué pasa a lo largo del año».
Con sede en Silicon Valley, California, Ecosense suministra sistemas de vigilancia del radón de última generación para edificios residenciales y comerciales. Los monitores de radón en tiempo real de la empresa incorporan una tecnología patentada de detección por cámara de iones de alta precisión, junto con un software de análisis y procesamiento que puede proporcionar resultados precisos sobre el radón en cuestión de minutos en lugar de días.
«Actualmente, hay alrededor de 30 estados en los que el nivel de radón supera los niveles aceptables de la EPA», dijo Park, «y uno de cada 15 hogares en los EE.UU. se encuentra en el nivel de peligro de radón. Esto podría tener graves consecuencias para cualquiera que viva allí, especialmente para los niños pequeños».
La propia casa de Park en San José registraba originalmente niveles de radón de 8 y 9.
«Quería crear un dispositivo que controlara constantemente el radón para poder ayudar a otros y hacer que se pudiera prevenir con la mitigación adecuada», dijo.
La Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR) señala que las pruebas son la única forma de saber si hay radón en una vivienda. La NAR también anima a los vendedores de viviendas a realizar pruebas en sus casas antes de ponerlas a la venta y, si es necesario, a buscar soluciones en caso de que los niveles superen 4.
Ecosense lanzó recientemente su campaña Radon-Free, una iniciativa diseñada para aumentar la concienciación sobre los riesgos para la salud causados por el gas radón tóxico.
«Con demasiada frecuencia, recibimos mensajes sinceros de clientes que realmente desearían haber conocido antes el peligro del radón», dijo Park.
Hoylman estuvo de acuerdo, diciendo que «con pruebas adecuadas, remediación y construcción adicional resistente al radón, el envenenamiento por radón es totalmente prevenible hoy en día».
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