El Túnel de Oriente, que con 8,2 kilómetros de longitud se convirtió en el túnel vial más largo en operación en América Latina, fue inaugurado este jueves por el presidente de Colombia, Iván Duque.
La megaobra, denominada Conexión Vial Aburrá Oriente-Túnel de Oriente, conecta al Área Metropolitana del Valle de Aburrá con el Valle de San Nicolás, dos regiones estratégicas del departamento de Antioquia, en el noroeste del territorio colombiano.
«Esta es una obra emblemática que muestra lo mejor de nuestra ingeniería y de nuestra capacidad creativa», expresó Duque en la ceremonia de inauguración, en la que destacó la unión entre los sectores privado y público para la consecución de la obra, que ha costado cerca de un billón de pesos (unos 288 millones de dólares).
La obra fue construida por la concesión vial Túnel de Oriente, compuesta por 74 empresas, entre otras AIA arquitectos e ingenieros asociados, El Cóndor, Topco y Estyma.
La multinacional española Indra, que ha liderado la modernización tecnológica de la movilidad de Medellín en los últimos años, se encargó que desarrollar el sistema de Detección Automática de Incidentes (DAI), compuesto por 109 cámaras, que estará interconectado para atender cualquier emergencia.
«Estamos orgullosos de haber participado en este gran proyecto con una solución que va a garantizar la seguridad y la salvaguarda de todos los usuarios del túnel», expresó a Efe el director de transporte de Indra en Colombia, Walid David.
Iván Duque explícó que la construcción se hizo cuidando el «patrimonio de acuíferos y el patrimonio de la montaña», al tiempo de elogiar «la lógica de la ingeniería, la ética del respeto por el medioambiente y la estética de una obra que es hoy admirada por todos los colombianos».
«Permitió un diseño donde la infraestructura bordea la naturaleza sin dañarla», resaltó el mandatario colombiano acerca del proyecto, que supuso excavar 17.376 metros de túneles en cuatro años.
Duque, al volante de un vehículo, encabezó una caravana que estrenó oficialmente la vía con la participación de coches antiguos que recorrieron un trayecto que ha requerido obras en 22,3 kilómetros, entre túneles, viaductos e intercambios viales.
Con la apertura del tramo construido, compuesto por el Túnel Seminario, Túnel Santa Elena 1 y Túnel Santa Elena 2, además de los 6 kilómetros de vías a cielo abierto, el tiempo de circulación desde Medellín hasta el aeropuerto internacional José María Córdova pasó de 45 minutos a 18 minutos.
El gobernador de Antioquia, Luis Pérez, calificó la obra de «proyecto revolucionario» y dijo sentirse orgulloso de ella y de entregarle a Antioquia y a Colombia un «nuevo símbolo de la movilidad y la ingeniería».
«Este tipo de obras nos sacan de la pobreza, aumentan la calidad de vida y mejoran las condiciones económicas», apostilló Pérez.
La megaobra cuenta, según sus constructores, con altos estándares de seguridad, entre los que destaca un sistema de ventilación, otro contra incendios y la realización de una vía de escape para emergencias y que a futuro funcionará como una segunda calzada para tráfico en un único sentido.
Según las proyecciones del secretario de infraestructura de Antioquia, Gilberto Quintero, por este conjunto vial «transitarán unos 16.000 vehículos al día», lo que favorecerá el crecimiento industrial, comercial y turístico.
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