El gobernador de Luisiana ha ampliado esta semana su orden de uso de mascarillas en interiores, argumentando que las pruebas demuestran que las mascarillas pueden frenar la propagación del virus que causa el COVID-19.
«Creo que esto es increíblemente importante», dijo el gobernador demócrata John Bel Edwards en una reunión informativa.
Edwards se refirió a un nuevo estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en el que se constató que en las escuelas con obligación de utilizar mascarillas se reducía la transmisión del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) en comparación con las que no lo hacían.
Los investigadores dijeron que un «análisis crudo» de los condados de Maricopa y Pima mostró que «las probabilidades de un brote de COVID-19 asociado a la escuela sin un requisito de mascarilla fueron 3.5 veces mayores que las de las escuelas con un requisito de mascarilla temprana».
Los expertos están divididos en cuanto al uso de mascarillas para prevenir la propagación del virus del PCCh. Algunos estudios han indicado que tienen un efecto insignificante en la propagación.
«Sabemos que hay muchas menos alteraciones en las escuelas porque son muchos menos los niños que tienen que estar en cuarentena cuando se identifica un caso positivo en las escuelas cuando tanto el individuo que da positivo como los que están cerca de él llevan mascarillas», dijo Edwards.
El gobernador reconoció que los niños tienen una posibilidad remota de contraer casos graves de COVID-19, pero señaló que pueden transmitir el virus del PCCh como parte de sus argumentos para ampliar la orden. También afirmó que la reciente transmisión del virus estaba siendo impulsada por los jóvenes en las escuelas y que las mascarillas son necesarias para la protección ya que menos de la mitad de los habitantes de Luisiana están completamente vacunados.
«Con la variante delta, altamente transmisible, circulando por todo el estado, el uso de mascarillas en interiores es la forma de mantenernos seguros y proteger a nuestros seres queridos», dijo en un comunicado el Dr. Joseph Kanter, máximo responsable de salud de Luisiana.
La orden, que estará en vigor hasta el 27 de octubre, exige que las personas usen mascarillas en espacios cerrados en todo momento, excepto cuando estén en sus casas.
Se prevén excepciones para las personas que estén comiendo o bebiendo o en otras situaciones. Los niños de 4 años o menos están exentos.
Edwards dejó que la orden caducara anteriormente este año, pero la restableció a principios de agosto después de que el estado viera un aumento de los casos de COVID-19.
Luisiana ha visto recientemente un descenso en los nuevos casos y en las hospitalizaciones. Las hospitalizaciones en todo el estado se redujeron por debajo de 1000 por primera vez desde julio, según las autoridades. El porcentaje de visitas a las salas de urgencias relacionadas con el COVID-19 también ha bajado al 4.2%, mientras que los nuevos casos han disminuido durante más de un mes.
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