Los legisladores de Indiana han puesto en marcha una prohibición de los acuerdos de ciudades hermanas con países considerados «adversarios extranjeros» de Estados Unidos, sobre todo con China.
Esto se produce en medio de la creciente preocupación por la influencia de las potencias extranjeras en la gobernanza y la diplomacia locales de Estados Unidos. Otros adversarios extranjeros incluidos en la enmienda, que añadió la prohibición, son Cuba, Irán, Corea del Norte, Rusia y Venezuela.
Encabezada por el representante estatal demócrata Mitch Gore, la legislación pretende examinar y limitar el alcance del poder blando ejercido por estas naciones a través de intercambios culturales y económicos aparentemente benignos.
«Sé que (los acuerdos) se suelen presentar como formas de intercambiar cultura y buena voluntad. Y aunque eso puede ser cierto en la mayoría de los casos, creo que los acuerdos de ciudades hermanas con países que figuran como adversarios extranjeros merecen un poco más de escrutinio», declaró Gore, según el Indiana Capital Chronicle. «Es un método por el que estos países pueden ejercer cierto poder blando e intentar influir en los responsables políticos estadounidenses».
El estado tiene un total de 19 acuerdos de ciudades hermanas con homólogas chinas, dos con ciudades rusas y uno con una ciudad cubana, según una lista del capítulo de Indiana de Ciudades Hermanas Internacional.
Antecedentes legislativos
La prohibición se introdujo como parte de un proyecto de ley más amplio centrado inicialmente en los impuestos sobre bienes inmuebles, pero ampliado posteriormente para abordar cuestiones de administración estatal y local.
Este esfuerzo legislativo se vio influido por un informe del Washington Post que destacaba la intensificación del acercamiento diplomático de China a los líderes locales estadounidenses, ejemplificado por un viaje a China en 2023 del exalcalde de Carmel, Indiana, Jim Brainard.
La visita del Sr. Brainard, que incluyó la ratificación de un acuerdo de ciudades hermanas con Xiangyang (China), puso de relieve el potencial de este tipo de acuerdos para servir a objetivos geopolíticos más amplios.
La nueva alcaldesa de la ciudad, Sue Finkam, se retiró de la United States Heartland China Association (USHCA) tras tomar posesión de su cargo el 1 de enero de 2024, a pesar de la defensa que hizo Brainard de los acuerdos como plataformas para el diálogo y el intercambio cultural.
Su decisión se vio influida por una carta del representante estadounidense Jim Banks, republicano de Indiana, en la que instaba a desvincular la ciudad del Partido Comunista Chino, justificada principalmente por la cuota anual de afiliación de USD 25,000.
Banks elogió la acción de Finkam como una postura significativa contra la priorización de los intereses del Partido Comunista Chino.
Preocupaciones de seguridad y apoyo legislativo
La prohibición ha recibido el apoyo de diversos sectores, especialmente de Banks, que ha insistido en la necesidad de frenar la influencia del Partido Comunista Chino (PCCh) en el estado. Banks es miembro del Comité Selecto sobre el PCCh de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Banks ha criticado el uso estratégico que hace el PCCh de los acuerdos de ciudades hermanas para infiltrarse e influir en la formulación de políticas estadounidenses.
«El Partido Comunista Chino impulsa los acuerdos de ciudades hermanas para afianzarse aquí, no para ayudar a Indiana», declaró Banks al Capital Chronicle. «Me alegro que los legisladores estatales se centren en eliminar la influencia del Partido Comunista de nuestro estado, ya sea prohibiendo la compra de tierras (agrícolas) o los acuerdos de cooperación con nuestro principal adversario».
La legislación refleja una preocupación más amplia entre los legisladores sobre las formas en que los adversarios extranjeros pueden aprovechar las asociaciones locales para promover sus intereses estratégicos.
Oposición y debate
A pesar del apoyo, la ley ha recibido críticas de representantes de gobiernos locales que sostienen que constituye una interferencia indebida del estado en asuntos que a menudo se persiguen para obtener beneficios locales específicos, como el intercambio cultural y el desarrollo económico.
Jenna Bentley, representante de Accelerate Indiana Municipalities, destacó las diversas razones por las que los municipios suscriben estos acuerdos, desde motivaciones culturales a económicas, según el Capital Chronicle.
Brainard declaró al medio local «Current in Carmel» que la respuesta del congresista al reportaje del Washington Post y su visita a China eran «sintomáticas del atontamiento de Estados Unidos».
«La respuesta del representante Banks es sencillamente inmadura y poco práctica», afirmó Brainard. «China y Estados Unidos constituyen las dos mayores economías del mundo. Tenemos que dialogar, y tenemos que hacerlo a todos los niveles. Eso no significa que nos echemos atrás en nada importante, pero es fundamental que sigamos hablando a todos los niveles, no solo en el Departamento de Estado».
Ambigüedades y aplicación
El impacto de la ley sigue siendo objeto de debate, con ambigüedades en torno a su aplicación retroactiva y su efecto sobre los acuerdos existentes entre ciudades hermanas.
Aunque la legislación prohíbe la firma de nuevos acuerdos con adversarios designados, no está claro si obliga a rescindir los actuales.
Esta falta de claridad ha dado lugar a peticiones de interpretación jurídica y posiblemente de nuevas medidas legislativas.
Sus defensores sostienen que la prohibición tiene carácter retroactivo, pero señalan que la acción legislativa de este año no afecta al acuerdo de Indiana con la provincia china de Zhejiang.
El Capital Chronicle señala que Indiana ha mantenido el acuerdo de estado hermano desde 1987, según un documento de Indiana Economic Development Corp. de la era del gobernador Mike Pence, que fue firmado bajo la administración del exgobernador Robert Orr.
Gore dijo que presentó la enmienda para prohibir las ciudades hermanas con adversarios extranjeros el día después de que se publicara la historia del Washington Post, señalando que le gustaría que el estado de Indiana cancelara el acuerdo «por su cuenta», pero que no se oponía a «volver a abordarlo» en la próxima sesión de la legislatura.
La prohibición de Indiana de los acuerdos de ciudades hermanas con adversarios extranjeros marca un cambio en el enfoque del estado respecto a la diplomacia internacional y la gobernanza local.
Mientras que sus defensores argumentan que es necesaria para protegerse de la influencia extranjera, los críticos advierten que podría ahogar valiosos intercambios culturales y económicos.
Esta legislación refleja preocupaciones nacionales más amplias sobre la influencia de potencias extranjeras, en particular China, en los gobiernos locales de Estados Unidos.
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