Una coalición de grupos de comercio de petróleo y gas demandó al gobierno de Joe Biden, desafiando las nuevas normas de emisiones que argumentan que efectivamente prohibirán la mayoría de los nuevos coches de gas y los híbridos tradicionales del mercado de Estados Unidos en menos de una década.
En una de las demandas presentadas por más de 30 organizaciones del sector, el Instituto Estadounidense del Petróleo (API) —el mayor grupo petrolero del país— se alega que la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) se extralimitó en sus funciones al adoptar las normas sobre emisiones de los vehículos ligeros y de tamaño medio, unas restricciones que califica de «arbitrarias, caprichosas, abusivas y contrarias a la ley».
La demanda, presentada el 13 de junio ante la Corte de Apelaciones del Circuito del Distrito de Columbia, pide a la corte que declare ilegal la norma de la EPA y la anule.
«La EPA se extralimitó en su autoridad en el Congreso con esta normativa que eliminará del mercado estadounidense la mayoría de los nuevos coches de gas y los híbridos tradicionales en menos de una década», afirmó en un comunicado Ryan Meyers, vicepresidente senior y consejero general de la API. «Hoy, estamos tomando medidas para proteger a los consumidores estadounidenses, a los trabajadores de la industria manufacturera de Estados Unidos y la seguridad energética de nuestra nación, ganada con tanto esfuerzo, de este mandato gubernamental intrusivo».
El jueves, una docena de organizaciones encabezadas por American Fuel & Petrochemical Manufacturers (AFPM) anunciaron otro recurso legal similar contra la misma norma de la EPA. En un comunicado de prensa, la AFPM señaló que un total de 36 demandantes están representados en tres recursos legales distintos contra la norma de la EPA.
La EPA publicó el 18 de abril las nuevas normas definitivas para los vehículos ligeros y medianos para los modelos de los años 2023 a 2027, con una versión actualizada que incorpora una serie de correcciones a la norma publicada en el Registro Federal el 13 de junio.
La norma definitiva entraría en vigor el 17 de junio y, cuando lo haga, supondrá los límites más estrictos jamás impuestos a las emisiones del tubo de escape, como parte de la estrategia de la administración Biden para acelerar la fabricación y adopción de vehículos eléctricos (VE).
Según la EPA, esta normativa reduciría las emisiones de carbono en 7200 millones de toneladas hasta 2055, a la vez que proporcionaría a la sociedad unos beneficios netos anuales estimados en USD 99,000 millones, incluidos USD 13,000 millones de beneficios anuales para la salud pública gracias a la mejora de la calidad del aire; USD 46,000 millones en reducción de costos anuales de combustible; y USD 16,000 millones en reducción de costos anuales de mantenimiento y reparación para los conductores.
Un portavoz de la EPA dijo a The Epoch Times en una declaración enviada por correo electrónico que la agencia no haría comentarios sobre litigios pendientes como cuestión de política.
Cuando las normas se anunciaron por primera vez el 20 de marzo, el administrador de la EPA, Michael S. Regan, las calificó como las normas de contaminación «más estrictas de la historia» que «consolidarían el liderazgo de Estados Unidos en la construcción de un futuro de transporte limpio» y que impulsarían la «histórica agenda climática» del presidente Joe Biden.
Más detalles
Los demandantes sostienen que las nuevas normas equivaldrán a prohibir la mayoría de los nuevos coches de gasolina y los híbridos tradicionales.
La EPA ha dicho que, según la norma final, la industria podría cumplir las normas de emisiones si el 56% de las ventas de vehículos nuevos son eléctricos en 2032, junto con al menos el 13% de híbridos enchufables u otros coches parcialmente eléctricos, y los vehículos de gasolina que obtengan más millas por galón.
En cuanto a los vehículos ligeros, se prevé que las normas den lugar a un objetivo medio para todo el sector, de 85 gramos por milla de dióxido de carbono en 2032, que se desglosan en 73 gramos por milla para los vehículos de turismo y 90 gramos por milla para los camiones.
Chet Thompson, presidente y CEO de AFPM, argumentó en una declaración que las normas promedio de la flota están destinadas a forzar el cambio a los vehículos eléctricos.
«La EPA también se extralimitó al finalizar los estándares de promedio de las flotas, en lugar de estándares concretos que todos los coches y camiones deben cumplir», dijo el Sr. Thompson. Dado que ningún vehículo de gasolina, diésel o híbrido tradicional puede alcanzar hoy los 85 gramos/milla, el esquema de promedios de la EPA, que ya está siendo impugnado para los estándares de 2023-2026, está claramente destinado a forzar la adopción de vehículos eléctricos».
«La elección de ignorar todas las demás emisiones del ciclo de vida del vehículo, excepto las del tubo de escape, pone a los vehículos con motor de combustión interna en una desventaja arbitraria».
En una entrada de blog, la AFPM dice que los fabricantes de automóviles han mejorado históricamente la eficiencia de combustible en alrededor de un 2 por ciento por año, pero que el cumplimiento de 85 gramos por milla requeriría múltiplos de esa tasa que son «sin precedentes y poco realistas».
Aunque la EPA y la Casa Blanca rechazaron la afirmación de que la norma equivaldría a una «prohibición» de los coches de gasolina, la AFPM argumenta que, según las normas, no todos los consumidores que quieran comprar un coche de gasolina podrán conseguir uno, y muchos más no podrían permitírselo.
El grupo sostiene que, con la nueva normativa de la EPA, la capacidad de los fabricantes de automóviles para vender nuevos coches de gasolina depende de si pueden vender muchos más vehículos eléctricos. Si no pueden vender suficientes VE por sí mismos, y si no hay un excedente de créditos para comprar a otros fabricantes de automóviles, entonces «los fabricantes individuales no tendrán más remedio que reducir la producción de coches de gasolina».
Las normas sobre emisiones de la EPA forman parte de la agenda sobre cambio climático de la administración Biden, una de las principales prioridades de la Casa Blanca desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo.
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