Las personas que se recuperaron de una infección previa de COVID-19 tienen una mejor protección contra la variante Delta del virus del PCCh que aquellos que recibieron la vacuna de Pfizer-BioNTech, según un estudio realizado en Israel.
«Este análisis demostró que la inmunidad natural ofrece una protección más duradera y fuerte contra la infección, la enfermedad sintomática y la hospitalización causada por la variante delta», dijeron los investigadores del centro de salud Maccabi Healthcare y la Universidad de Tel Aviv.
«Este es el mayor estudio observacional en el mundo real que compara la inmunidad natural, obtenida a través de una infección previa por el SARS-CoV-2, con la inmunidad inducida por la vacuna, proporcionada por la vacuna de ARNm BNT162b2», añadieron.
La inmunidad natural se refiere a la inmunidad que una persona conserva después de haberse recuperado de un virus, en este caso el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), conocido como nuevo coronavirus o virus SARS-CoV-2.
El 25 de agosto se publicó en MedRxiv una preimpresión del estudio, que aún no ha sido revisado por pares.
Los investigadores utilizaron datos de Maccabi Healthcare Services, el segundo mayor servicio de salud de Israel, entre el 1 de marzo de 2020 y el 14 de agosto de 2021. Llevaron a cabo un análisis estadístico de las personas elegibles de tres grupos de estudio: las personas que recibieron dos dosis de la vacuna de Pfizer; los no vacunados que previamente sobrevivieron a una enfermedad de COVID-19 y los que fueron infectados previamente y posteriormente recibieron una dosis de la vacuna.
Los casos se observaron durante el periodo comprendido entre el 1 de junio y el 14 de agosto de 2021, que corresponde al momento en que la variante Delta, más contagiosa, se convirtió en la cepa dominante del virus del PCCh en Israel.
Los investigadores descubrieron que las personas totalmente vacunadas con la vacuna de Pfizer tenían 13.06 veces más probabilidades de contraer la variante Delta del virus del PCCh, y 27.02 veces más riesgo de contraer la enfermedad sintomática, en comparación con los que se habían recuperado de una infección anterior de COVID-19. Las cifras se aplican cuando se comparan los casos en los que el primer evento de infección se produjo entre enero y febrero de 2021.
Cuando los investigadores compararon todos los casos de infección previa entre marzo de 2020 y febrero de 2021 con los vacunados entre enero y febrero de 2021, descubrieron que el grupo vacunado tenía 5.96 veces más probabilidades de contraer la variante Delta y 7.13 veces más riesgo de padecer la enfermedad sintomática, en comparación con los previamente infectados.
Los resultados sugieren que la inmunidad natural obtenida por haber sobrevivido a una infección previa de COVID-19 puede disminuir con el tiempo contra la variante Delta, escribieron los autores.
Los autores a su vez señalaron que los vacunados tenían un mayor riesgo de hospitalizaciones relacionadas con COVID-19 en comparación con los que se habían infectado previamente y tener 60 años o más aumenta el riesgo de infección y hospitalización.
Más información
En otro análisis, los autores compararon a las personas previamente infectadas con las que lo estaban pero tenían una dosis de la vacuna. Ellos descubrieron que el grupo con una dosis de vacuna tenía una probabilidad marginal 0.53 veces menor de reinfectarse con la variante Delta.
Los autores afirman que los resultados sugieren que las personas previamente infectadas «parecen obtener una protección adicional con un tratamiento posterior de una sola dosis de vacuna», pero «no pudieron demostrar la significación» en la cohorte.
Ellos reconocieron una serie de limitaciones, como que el estudio solo observó la protección de la vacuna o la inmunidad natural contra la variante Delta. Además, el estudio solo observó la protección de la vacuna de Pfizer y no analizó otras vacunas ni los efectos de una tercera dosis o un refuerzo de la vacuna de Pfizer.
También señalaron que, dado que las pruebas de detección de COVID-19, como el PCR, no son obligatorios en el protocolo de Israel, el número real de infecciones asintomáticas puede haber estado infrarrepresentado en el estudio, ya que estas personas no suelen acudir a hacerse pruebas.
Los autores del estudio también reconocieron que ciertos comportamientos sanitarios, como el distanciamiento social y el uso de mascarillas, pueden desempeñar un papel de confusión en el estudio.
Desde que la variante Delta comenzó a propagarse a partir de junio, el ministerio de Sanidad israelí informó en dos ocasiones —a principios y finales de julio— de un descenso de la eficacia de la vacuna contra la infección, así como de una ligera disminución de su protección contra la enfermedad grave.
Los científicos y las agencias siguen investigando si es necesaria una tercera dosis de vacuna como refuerzo. El 24 de agosto, Israel amplió la edad de las personas elegibles para que reciban una tercera dosis de la vacuna Pfizer, hasta los mayores de 30 años.
En medio de la continua propagación de la variante Delta, Israel volvió a ordenar mascarillas en los interiores y a limitar las reuniones. También intensificó las pruebas rápidas de detección del virus y a reinstaurar su programa de pasaporte de vacunación contra COVID-19, «Green Pass», de fines de julio.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.