Los precios de la gasolina son los más altos de los últimos siete años, y van a seguir subiendo durante el invierno.
En todo Estados Unidos, el precio promedio actual del galón de gasolina es de 3.37 dólares. La última vez que alcanzó un promedio de 3.37 dólares el galón fue el 17 de septiembre de 2014, según los registros que lleva la AAA.
El promedio más bajo de la gasolina desde esa época fue de 1.76 dólares el galón el 29 de abril de 2020.
«Eso fue en lo más álgido de la pandemia, cuando todo el mundo se quedaba en casa. La demanda era baja a nivel mundial también, y desde entonces ha aumentado, un centavo aquí y un centavo allá», dijo Andrew Gross, portavoz de AAA, en una entrevista telefónica a The Epoch Times.
Esto demuestra hasta qué punto la demanda afecta a los precios. Otros factores son el impuesto federal sobre la gasolina, 18.4 céntimos por galón, y el impuesto estatal sobre la gasolina, que es el más alto en Pensilvania, con 58 céntimos por galón, y el más bajo en Alaska, con 8 céntimos por galón.
El coste del crudo supone entre el 50% y el 60% del coste por galón.
«A medida que el precio del petróleo suba, también lo hará en el surtidor», dijo Gross. «El crudo ha subido 24 días seguidos».
Aunque el precio promedio del galón el viernes fue de 3.37 dólares en todo el país, los precios varían mucho. La gasolina está a 2.96 dólares el galón en el condado de Brooks, Texas, muy cerca de las refinerías. Pero eso es mucho comparado con hace un año, cuando el coste promedio por galón en Texas era de 1.86 dólares.
El precio más alto del país está en el condado de Mono, California, donde los conductores están pagando 5.30 dólares por galón. El condado de Mono está muy lejos de las refinerías, dijo Gross. Hace un año, el promedio de California era de 3.19 dólares por galón.
Tomando como base un vehículo con un depósito de 16 galones, el año pasado en California costaba 51.04 dólares llenar ese depósito. Ahora cuesta 84.80 dólares. Es decir, 33.76 dólares más por tanque este año.
«El petróleo es una mercancía global. Se compra, se vende y se negocia a nivel mundial», dijo Gross. «Durante el periodo álgido del COVID, la producción se recortó en todas partes, y no nos hemos recuperado de ello. Cuando el precio cayó en territorio negativo del barril, no había incentivo para producir petróleo. Algunos taparon sus pozos», dijo.
«Es un retraso temporal, pero un retraso perjudicial. Va a llevar un tiempo que la producción se ponga al día con la demanda», dijo Gross. «Con la economía estadounidense recuperándose en comparación con la de hace un año, la producción de petróleo sigue estando por debajo de los niveles anteriores a la pandemia». Y con la previsión de un invierno frío, se destinará más petróleo a calentar los hogares, lo que mantendrá la demanda alta.
La demanda es mayor ahora, pero la producción no se ha puesto al día.
El coste del barril de petróleo era de 63 dólares en agosto y ahora es de 83 dólares el barril. Eso está haciendo subir los costes, pero también hace que los productores estén más interesados en producir.
«No veo que vaya a haber un descenso en el surtidor en un futuro próximo», dijo Gross. «No hay escasez de petróleo o gasolina en el país. Los consumidores solo están pagando más en el surtidor, por desgracia».
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