El comentario del presidente electo Donald Trump sobre la posibilidad de que Estados Unidos recupere el control del Canal de Panamá vuelve a llamar la atención sobre la creciente influencia de la China comunista en el país latinoamericano.
El Canal de Panamá, que se inauguró en 1914 después de 10 años de construcción por parte de Estados Unidos, fue devuelto a Panamá en virtud de un acuerdo firmado en 1977 por el presidente Jimmy Carter. En 1999, Panamá tomó el control total del canal, que ahora es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, que conecta el océano Pacífico y el mar Caribe.
El 21 de diciembre, Trump recurrió a su cuenta de Truth Social para criticar a Panamá por cobrar «precios y tarifas de pasajes exorbitantes» a los buques de la Marina de Estados Unidos y los buques comerciales que pasan por el canal, al tiempo que expresó su preocupación por la creciente influencia del régimen comunista chino en la vía fluvial.
«Era responsabilidad exclusiva de Panamá, no de China ni de nadie más», escribió Trump.
Si Panamá no puede garantizar «la operación segura, eficiente y confiable» de la vía acuática, Estados Unidos «exigirá que se nos devuelva el Canal de Panamá, en su totalidad y sin cuestionamientos», agregó Trump.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, respondió a los comentarios de Trump diciendo que el canal no está controlado por China, Europa, Estados Unidos ni por ninguna otra potencia.
«Cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su área adyacente pertenece a PANAMÁ, y seguirá perteneciéndole», escribió Mulino en la plataforma de redes sociales X el 22 de diciembre.
Trump respondió al rechazo de Mulino en Truth Social el mismo día, escribiendo: «¡Ya veremos!».
«Un camino diferente hacia adelante»
El acuerdo de 1977 consta de dos tratados: el Tratado sobre la Neutralidad Permanente y el Funcionamiento del Canal de Panamá, también conocido como el Tratado de Neutralidad, y el Tratado del Canal de Panamá.
El Tratado de Neutralidad estipula que Estados Unidos puede usar su fuerza militar para proteger el Canal de Panamá de cualquier amenaza a su neutralidad, lo que esencialmente permite a Estados Unidos utilizar perpetuamente la vía acuática.
Brent Sadler, investigador principal de The Heritage Foundation, escribió en una publicación en X el 22 de diciembre que «las preocupaciones de Estados Unidos sobre el acceso seguro a esta vía acuática vital tienen fundamento».
«Después de todo, no es ningún secreto que China controla los puertos en ambos extremos del canal, dijo Sadler.
El representante Jesús «Chuy» García (D- IL) hizo eco del sentimiento de Mulino.
«El Canal de Panamá pertenece a #Panamá, y Trump debería dejar de amenazar con robar lo que no pertenece a los EE. UU.», escribió García en X el 22 de diciembre.
El exrepresentante Matt Gaetz (R-FL) escribió en X: «No le estamos quitando el canal a Panamá. Se lo estamos quitando a China».
El estratega político conservador Joey Mannarino dijo en X que Trump «está ofreciendo una manera diferente de avanzar» con respecto al Canal de Panamá.
«Es por eso que me gustó la elección de [Marco] Rubio como Secretario de Estado», afirmó. El mes pasado, Trump nominó a Rubio, un veterano halcón en cuanto a China, para secretario de Estado.
Rubio, quien visitó Panamá en mayo de 2018, compartió anteriormente sus preocupaciones sobre la influencia del Partido Comunista Chino (PCCh) en el Canal de Panamá.
El Canal de Panamá es «una ruta de tránsito importante para interceptar actividades ilícitas, pero el canal está rodeado de empresas del #PCCh», escribió Rubio en X en agosto de 2022.
«Debemos seguir dejando en claro que Panamá es un socio importante y advertir contra los intentos del PCCh de establecerse en nuestra región».
Lazos entre China y Panamá
El PCCh comenzó a establecerse en Panamá incluso antes de que el canal construido por Estados Unidos fuera entregado por completo al control panameño.
En 1997, Panamá otorgó una concesión a Hutchison Ports PPC, una división de la empresa Hutchison-Whampoa, con sede en Hong Kong, para operar el puerto de Balboa en el lado del Pacífico y el puerto de Cristóbal en la entrada atlántica del canal. Después de una fusión en 2015, Hutchison-Whampoa ahora se conoce como CK Hutchinson Holdings.
En 2021, bajo la presidencia de Laurentino Cortizo, la Autoridad Marítima de Panamá renovó la concesión con Hutchinson Ports PPC por 25 años más.
El predecesor de Cortizo, Juan Carlos Varela, quien fue presidente de Panamá de 2014 a 2019, tomó varias decisiones para fortalecer los lazos de su país con China.
En junio de 2017, Panamá rompió relaciones diplomáticas con Taiwán, una isla autónoma que el PCCh afirma que es parte de su territorio.
La decisión provocó críticas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán, que acusó a Varela de sucumbir a la presión económica de Beijing.
Cinco meses después, Panamá se convirtió en el primer país latinoamericano en unirse a la controvertida Iniciativa de la Franaja y la Ruta (BRI) del PCCh, una estrategia global de infraestructura que, según los críticos, pone a los países en desarrollo en «trampas de deuda» con el régimen.
Un consorcio chino formado por empresas estatales de China recibió un contrato de 1420 millones de dólares en virtud de la BRI para construir un cuarto puente sobre el Canal de Panamá en 2018, según los medios estatales chinos.
En diciembre de 2018, durante un viaje al exterior, el líder del PCCh, Xi Jinping, se reunió con Varela en Panamá. Los dos líderes firmaron varios acuerdos de cooperación en comercio, infraestructura, banca, educación y turismo.
El gigante tecnológico chino Huawei, cuyo equipo de comunicaciones fue prohibido en Estados Unidos por motivos de seguridad nacional, estableció un centro de distribución regional en la Zona Libre de Colón, en la entrada atlántica del Canal de Panamá, en 2015.
Cuando Varela visitó China en 2017, el expresidente panameño también se reunió con el fundador de Huawei, Ren Zhengfei, según el sitio web de Huawei.
Ren es exdirector de la Academia de Ingeniería de la Información del Departamento del Estado Mayor del Ejército Popular de Liberación de China.
En abril, la Comisión de Supervisión y Administración de Activos del Consejo de Estado de China, de propiedad estatal, informó en su sitio web que la Terminal de Cruceros Amador de Panamá, ubicada en la Isla Perico en la entrada del Pacífico del Canal de Panamá, comenzó a operar recientemente.
La terminal, construida por la empresa estatal China Harbour Engineering Company, podría convertirse en un «centro vital para la rotación de cruceros y el tránsito de pasajeros en América Central y del Sur», dijo la comisión.
La general del ejército Laura Richardson, excomandante del Comando Sur de Estados Unidos, declaró en marzo que las empresas estatales chinas «continúan en la puja por proyectos relacionados con el Canal de Panamá».
El abogado panameño Alonso Illueca, especialista en derecho internacional, publicó el año pasado un informe en el que analizaba la influencia del régimen chino en el país latinoamericano. Escribió que el control de China sobre los puertos de Balboa y Cristóbal «es solo una parte de la influencia que ejerce un actor disruptivo».
«Actualmente, China y el PCCh tienen un nivel significativo de influencia a nivel político e incluso influyen activamente en los valores y principios de la política exterior», dijo.
Illueca dijo que Panamá debería reconocer sus intereses estratégicos, reevaluar su relación con Beijing y darse cuenta de que el PCCh «es un actor que tiende a aprovecharse y explotar las debilidades estratégicas de otras naciones».
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