Un nuevo informe de inteligencia sobre las principales tendencias e incertidumbres del futuro entorno estratégico de Estados Unidos advierte de una serie de «desafíos globales» que pondrán a prueba a las sociedades y provocarán impactos que podrían ser catastróficos, como alteraciones en la tecnología, crisis financieras y enfermedades.
El informe del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (pdf), que se publica cada cuatro años, examina las fuerzas y dinámicas que probablemente configuren el entorno de la seguridad nacional en los próximos 20 años. También describe cinco posibles escenarios para el mundo en 2040, tres de ellos definidos principalmente por la rivalidad entre Estados Unidos y China y otros dos afectados principalmente por una serie de problemas que se entrecruzan, como la salud y las amenazas terroristas.
Las fuerzas estructurales que establecen los parámetros de la evaluación se encuentran en las amplias categorías de demografía y desarrollo humano, medio ambiente, economía y tecnología. Entre ellas se encuentran el cambio climático y la degradación del medio ambiente, la continua presión migratoria mundial, las crisis financieras y el aumento de los niveles de deuda nacional, las nuevas enfermedades infecciosas junto con el aumento de las infecciones resistentes a los medicamentos, y las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y los organismos sintéticos con potencial aplicación en armas.
El informe advierte que todas estas tendencias contribuirán a «tensiones generalizadas en los Estados y las sociedades, así como impactos que podrían ser catastróficos».
«Estos impulsores estructurales pueden repuntar de forma impredecible, dando a algunos países la oportunidad de superar estos retos e incluso prosperar, mientras que otros, agobiados por una confluencia de tendencias menos favorables, tendrán dificultades», afirma el informe.
A los factores estructurales se suman las fuerzas del desequilibrio, la fragmentación y el enfrentamiento, que incluyen cuestiones como una mayor división y lucha a escala local, nacional e internacional. Según el informe, el aumento del pesimismo y la desconfianza en el gobierno, así como la hiperconectividad impulsada por las redes sociales, tienen el potencial de exacerbar las divisiones y alimentar las crisis de liderazgo.
Otra tendencia importante que identifica el informe es el declive de la democracia y el aumento de la autocracia, señalando que «la ola de democratización que surgió en todo el mundo tras el final de la Guerra Fría ha llegado a su cima, y los niveles globales agregados de democracia han comenzado a disminuir en los últimos años».
Algunos países están tratando de avivar esta tendencia, según el informe.
«En el exterior, China, Rusia y otros actores, de diversas maneras, están socavando las democracias y apoyando a los regímenes intolerantes. Este apoyo incluye el intercambio de tecnología y experiencia para la represión a través de lo digital», señala el informe.
Democracia frente a autocracia
La noción de un mundo en una encrucijada clave entre la democracia y la autocracia ha sido planteada en repetidas ocasiones por el presidente Joe Biden, quien en declaraciones de forma virtual en la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero dijo: «Nos encontramos en un punto de inflexión entre los que sostienen que, dados todos los retos a los que nos enfrentamos —desde la cuarta revolución industrial hasta una pandemia mundial— la autocracia es el mejor camino a seguir, según ellos, y los que entienden que la democracia es esencial— esencial para afrontar esos retos».
Repitiendo esta perspectiva en otras declaraciones el 7 de abril, Biden dijo: «Creo que esta generación va a estar marcada por la competencia entre las democracias y las autocracias, porque el mundo está cambiando muy rápidamente».
«Los autócratas apuestan por que la democracia no sea capaz de generar el tipo de unidad necesaria para tomar decisiones y entrar en esa carrera. No podemos permitirnos darles la razón. Tenemos que demostrar al mundo —y mucho más importante, tenemos que demostrarnos a nosotros mismos— que la democracia funciona».
Posibles escenarios
Uno de los escenarios del informe de inteligencia que se relaciona con este tema se llama «Renacimiento de las Democracias». Describe el mundo en 2040 como «en medio de un resurgimiento de las democracias abiertas lideradas por Estados Unidos y sus aliados», con crecientes restricciones a las libertades personales en China y Rusia que impulsan a innovadores y empresarios a huir y buscar refugio en Europa y Estados Unidos.
En este escenario, las asociaciones público-privadas florecen en Estados Unidos y otras sociedades libres, y los rápidos avances tecnológicos transforman la economía mundial, aumentando los ingresos y mejorando la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo.
Otro escenario, denominado «Un mundo a la deriva», ve a una China cada vez más beligerante que amplía su huella militar en Asia, pero que no es capaz de desafiar con éxito el liderazgo mundial, mientras que las naciones desarrolladas se encuentran a la defensiva debido a la agitación política, el tibio crecimiento económico y el aumento de las divisiones sociales.
En este escenario, China intensifica su desprecio por las reglas y normas internacionales, socavando aún más la cooperación internacional y acercando a su órbita a algunos Estados en decadencia con promesas de acceso al mercado y otros beneficios, dejando el sistema internacional «sin dirección, caótico y volátil».
Un escenario impulsado por los «desafíos globales en cascada», más que moldeado por la rivalidad entre Estados Unidos y China, es el llamado «Silos separados», que ve cómo la globalización se rompe y el mundo se fragmenta en bloques económicos y de seguridad más pequeños, con el comercio internacional interrumpido y las cadenas de suministro reorientadas.
«Para mantener la estabilidad interna en este mundo, los Estados adoptan modelos políticos mixtos que combinan elementos de democracia y autoritarismo, aumentando la vigilancia y potencialmente la represión», dice el informe.
Otro escenario, denominado «Tragedia y Movilización», ve al mundo «en medio de una catástrofe global», lo que lleva a una ola de disturbios que se extiende por todo el mundo y que desencadena trastornos y cambios revolucionarios.
El informe no indica cuál es el escenario que sus autores consideran más probable.
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