Según un nuevo informe del Senado, las mujeres embarazadas de China, Rusia y otros países vienen a menudo a Estados Unidos para dar a luz y obtener así la nacionalidad estadounidense para sus hijos, a pesar de que eso es contrario a la ley.
«Este informe pone al descubierto una industria que abusa de la ciudadanía por derecho de nacimiento en Estados Unidos ayudando a ciudadanos extranjeros a comprar la ciudadanía estadounidense para sus hijos», declaró el senador Rob Portman (R-Ohio), el republicano de mayor rango en la Comisión de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado (SCHSGA).
“El turismo de maternidad provoca cortocircuitos y degrada el proceso de naturalización de EE.UU. al monetizar el privilegio de la ciudadanía estadounidense, a veces incluso a expensas de los contribuyentes estadounidenses”, dijo Portman en un comunicado que acompaña a la publicación del informe que fue preparado por investigadores republicanos en la SCHSGA.
La “ciudadanía por derecho de nacimiento” está incorporada en la Enmienda 14 de la Constitución y garantiza la ciudadanía estadounidense a todas las personas nacidas dentro de los límites geográficos del país, independientemente del lugar donde nacieron sus padres.
“El turismo de maternidad” se refiere a las madres embarazadas que viajan a Estados Unidos para obtener la ciudadanía estadounidense para sus hijos. Estos turistas a menudo citan las oportunidades educativas y profesionales superiores disponibles en Estados Unidos como su justificación para hacer ese viaje.
“Obtener la ciudadanía estadounidense para sus hijos es una apuesta segura, un fondo de emergencia para una vida mejor”, dice el informe.
“Los beneficios de la ciudadanía estadounidense requieren poca explicación y deben ser apreciados por todos aquellos a quienes se les presenta un privilegio tan único. Los turistas de maternidad seguramente entienden los beneficios, pero no comprenden el privilegio de la ciudadanía estadounidense”.
“El turismo de maternidad es problemático porque cortocircuita y degrada el proceso de naturalización de Estados Unidos. La ciudadanía estadounidense no es un plan de respaldo”, continuó el informe.
Un gran obstáculo para los esfuerzos del comité para medir el alcance total del problema del turismo de maternidad es el hecho de que el Departamento de Estado no tabula específicamente a cuántas de esas personas se les permite ingresar a Estados Unidos en un año determinado, según un alto asistente del Congreso que pidió no ser identificado.
El informe señaló que el Departamento de Estado reconoció que “cada año nacen miles de niños de visitantes con visa B. Esta estimación se basa en informes de las embajadas y consulados de EE.UU. que han observado un número creciente de solicitantes de visas B que mencionan el parto como su propósito principal para viajar a Estados Unidos”.
La Visa B permite a los no ciudadanos ingresar a Estados Unidos temporalmente con fines comerciales o turísticos. El informe dijo que los funcionarios del Departamento de Estado también reconocieron que permitir que los no ciudadanos “obtengan visas para viajar a Estados Unidos principalmente para obtener la ciudadanía estadounidense para un niño crea una vulnerabilidad potencial a largo plazo para la seguridad nacional”.
Los ciudadanos rusos y chinos se han mostrado especialmente activos a la hora de aprovechar el sistema de EE.UU. para fines de turismo de maternidad. Dos de las principales empresas en la industria del turismo de maternidad se perfilan ampliamente, incluida Miami Mama, de la cual el informe observó:
“Miami Mama afirmó trabajar con renombrados médicos de Florida que dieron a luz a los niños de ‘estrellas del cine y del deporte estadounidenses y rusas y otras celebridades mundialmente famosas’”.
“La empresa ayudó a los clientes a seleccionar un hospital que cumpliera con sus preferencias y recomendó un médico en función de su embarazo. Según el sitio web, varios médicos también hablaban ruso”.
Un aviso del Departamento de Estado en 2015 abrió las compuertas para el turismo de maternidad en el que las madres pagan a empresas privadas con sede en Estados Unidos para organizar su atención médica y los costos asociados.
El aviso afirmaba que tales visitas a Estados Unidos eran legales e instruía a los funcionarios consulares de EE.UU. a no negar visas con ese propósito. “Esto significó que los turistas de maternidad ya no tenían que tergiversar el propósito de su visita a Estados Unidos”, según el informe.
Rápidamente surgió una industria artesanal en Estados Unidos para ayudar a las futuras madres que buscaban dar a luz en Estados Unidos. Pero el Departamento de Estado revisó su aviso en 2020 después de que la SCHSGA iniciara la investigación que condujo al presente informe.
Sin embargo, incluso bajo el aviso revisado de 2020, los funcionarios consulares de EE.UU. “tienen instrucciones de no ‘preguntar directamente a una solicitante de visa si está embarazada a menos que [ellos] tengan una razón articulada específica para creer que [la solicitante] puede estar embarazada y planea dar a luz en Estados Unidos’”, señaló el informe.
Después de revisar los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EE.UU., los investigadores del Senado identificaron tres tendencias importantes.
“Los turistas de maternidad a menudo hacían importantes declaraciones en efectivo al ingresar a Estados Unidos. Estas declaraciones oscilaron entre varios miles y varios cientos de miles de dólares.
“Si bien la mayoría de las declaraciones en efectivo oscilaron entre USD 20,000 y USD 50,000, los [datos de CBP] para un turista de maternidad de 2019 informaron una declaración en efectivo de USD 301,400 para gastos médicos”, dice el informe.
“Los turistas de maternidad a menudo viajaban a Estados Unidos varias veces para asegurar la ciudadanía de numerosos niños. Era común que esos turistas mencionaran las oportunidades educativas y profesionales en Estados Unidos como la razón para hacerlo”, continuó el informe.
“En varios casos, el comité identificó a turistas que recibieron ajustes superiores a USD 25,000. Como resultado, en algunos casos, el estado donde nació el niño se vio obligado a pagar la diferencia pendiente sobre los costos totales incurridos por el turista de maternidad”, según el informe.
En uno de esos casos, el turista de maternidad pagó solo USD 4000 de una factura hospitalaria total de USD 34,000, dejando el saldo a cargo de los funcionarios de California.
El informe ofreció dos recomendaciones.
En primer lugar, que el “Departamento de Estado y la [CBP] deben fortalecer su asociación para realizar un seguimiento más completo de la actividad del turismo de maternidad en Estados Unidos”, y, en segundo lugar, que “el Congreso debe aclarar por ley que la Ley de Inmigración y Nacionalidad no autoriza la emisión de visas a visitantes temporales por placer que solo viajan a Estados Unidos para obtener la ciudadanía para su hijo”.
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