La economía estadounidense se contrajo un 1.5% en el primer trimestre de 2022, tras un aumento del 6.9% en el cuarto trimestre de 2021, debido a un déficit comercial récord y a una inflación elevada en 40 años, según los datos revisados publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales el 26 de mayo.
La contracción se revisó a la baja en 0.1 puntos porcentuales respecto a la estimación «anticipada» publicada en abril de 2022.
La actualización fue impulsada por las revisiones de los inventarios privados y las inversiones residenciales, que no fueron tan fuertes como se informó inicialmente, incluso cuando el gasto de los consumidores fue revisado al alza.
Los beneficios ajustados de las empresas estadounidenses antes de impuestos en el primer trimestre cayeron por primera vez desde el segundo trimestre de 2020 a una tasa del 2.3%, después de un repunte del 0.7% en el último trimestre de 2021, debido a un resurgimiento de los casos de COVID-19 por la variante ómicron y a una disminución de los pagos de asistencia gubernamental por la pandemia.
La situación se ha atribuido en parte a que los consumidores estadounidenses gastaron más en importaciones extranjeras, que superaron a las exportaciones de Estados Unidos, junto con un menor gasto gubernamental y menores inventarios empresariales.
También se produjo una ralentización en la reposición de productos en las tiendas y en los inventarios de los almacenes, tras la acumulación en la temporada de compras navideñas de 2021.
El gasto de los consumidores en el informe revisado se elevó a un sólido 3.1 por ciento desde el 2.7 por ciento inicial, y los desembolsos de los hogares representan alrededor del 70 por ciento de la actividad económica nacional.
Los beneficios de las empresas siguieron siendo fuertes, con un crecimiento del 12.5% en términos interanuales, y la inversión empresarial, otro pilar de la economía, siguió siendo sólida.
El índice de precios al consumo de abril de 2022, que mide los costes de los bienes y servicios, incluidos los alimentos, los automóviles, la gasolina, la atención sanitaria y el alquiler, subió un 8.3% con respecto al mismo mes del año anterior.
Los precios en abril han subido un 0.3 por ciento desde marzo, mientras que se espera que el índice de precios alcance el 4.7 por ciento a finales de 2022.
Los economistas prevén que el PIB se acelere y reanude su crecimiento en el segundo trimestre hasta alcanzar una tasa anual del 2 por ciento o ligeramente superior.
La Oficina Presupuestaria del Congreso prevé que el PIB crezca un 3.1 por ciento en 2022, gracias al fuerte gasto de los consumidores y a una mayor demanda de servicios.
La oficina presupuestaria espera que el crecimiento se ralentice ligeramente en los próximos dos años, con una previsión de PIB del 2.2 por ciento en 2023 y del 1.5 por ciento en 2024, y una predicción de que la inflación se mantendrá en niveles elevados a corto plazo.
A pesar de la ralentización del crecimiento y de la inflación récord, los empresarios han seguido añadiendo más de 400,000 puestos de trabajo durante 12 meses consecutivos, y la tasa de desempleo se acerca a un mínimo de medio siglo.
Sin embargo, en términos mensuales, los ingresos promedio por hora cayeron un 0.1% en marzo, teniendo en cuenta el repunte de la inflación, y los ingresos reales cayeron un 2.6% en abril en términos mensuales.
La Reserva Federal subió la tasa de referencia de los fondos federales en 50 puntos básicos el 4 de mayo y ha insinuado subidas de tasas de la misma magnitud para las próximas reuniones de junio y julio.
La Fed está intentando subir las tasas de interés lo suficiente como para frenar el crecimiento y la inflación sin provocar una recesión, reportó Fox Business.
Los responsables de la política del banco central intentan subir las tasas de interés rápidamente para acercar los precios al consumidor a su objetivo del 2 por ciento.
Entre los economistas encuestados por la Asociación Nacional de Economía Empresarial, más de la mitad de los encuestados se mostraron escépticos de que la Fed pueda llevar a cabo su estrategia, y pronosticaron un 25 por ciento de probabilidades de que la economía estadounidense se hunda en la recesión en el transcurso del año.
La mayoría de las estimaciones muestran que la economía sigue expandiéndose a un ritmo sólido, pero el crecimiento ha empezado a ralentizarse desde que la Reserva Federal subió las tasas de interés.
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