Los republicanos de la Cámara de Representantes concluyeron, en un informe publicado el 2 de diciembre, que el caso construido hasta ahora por los demócratas encargados de la investigación de juicio político (impeachment), se basa completamente en evidencia de segunda mano, supuestos y especulaciones.
Los republicanos publicaron el informe de 123 páginas (pdf) cuando los demócratas del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes estaban finalizando un informe propio, que se espera sea presentado pronto ante el Comité Judicial de la Cámara. El presidente Donald Trump dijo que leyó el informe republicano durante su vuelo al Reino Unido.
Los republicanos consideran que los demócratas hasta ahora no han podido fundamentar la acusación núcleo de la investigación del impeachment: que Trump buscó aumentar sus posibilidades de reelección presionando a Ucrania para investigar al exvicepresidente Joe Biden, un potencial rival político. Si bien los demócratas afirman que la acusación ha sido probada, ninguno de los testigos que surgió antes del inicio de la investigación de las últimas semanas ofreció evidencia de primera mano que hable sobre la supuesta presión o condicionamiento ejercido por Trump hacia Ucrania para que cumpliera con su petición.
«La evidencia no respalda la acusación de que el presidente Trump presionó al presidente Zelensky para que iniciara investigaciones con el propósito de beneficiar al presidente en las elecciones de 2020″, señala el informe.
“La evidencia no respalda la acusación de que el presidente Trump encubrió el resumen de su conversación telefónica con el presidente Zelensky. La evidencia no respalda la acusación de que el presidente Trump obstruyó la investigación de los demócratas».
Los republicanos de la Cámara han criticado durante mucho tiempo la investigación del impeachment, y han dicho que esto es un intento de los demócratas de deshacer el resultado de las elecciones de 2016. El informe, preparado por personal republicano para el representante Devin Nunes (R-Calif.), el representante Jim Jordan (R-Ohio) y el representante Michael McCaul (R-Texas) respalda este reclamo.
«La investigación del impeachment de los demócratas, dirigida por el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff, es simplemente el resultado de su obsesión por volver a litigar los resultados de las elecciones presidenciales de 2016», señala el informe. «La evidencia no establece ningún delito impugnable».
Los demócratas dicen que el impeachment es la única herramienta constitucional diseñada para contrarrestar la corrupción por parte de un funcionario electo. Algunos han sugerido que faltan pruebas directas porque la administración Trump se ha negado a cumplir con las citaciones de documentos, mientras que algunos de los testigos clave, incluido el presidente, su abogado personal, Rudy Giuliani y el ex Secretario de Energía Rick Perry, se han negado a declarar.
Schiff escribió en Twitter el 3 de diciembre que los bloqueos de la Casa Blanca equivalen a una «obstrucción del Congreso».
«La evidencia de la obstrucción del Congreso por parte de Trump es abrumadora», dijo Schiff sin ofrecer evidencia. «Si permitimos que tenga éxito, significará que los futuros presidentes pueden simplemente ignorar las citaciones del Congreso y la supervisión, alterando fundamentalmente el equilibrio de poder y allanando el camino para la corrupción y la malversación de fondos sin control».
El informe republicano contrarresta el cargo de obstrucción al sugerir que la Casa Blanca tiene derecho a hacer valer el privilegio ejecutivo, especialmente en medio de un proceso de impeachment hiperpartidista en el que el presidente no ha recibido el debido proceso para defenderse. Schiff llevó a cabo audiencias de impeachment a puerta cerrada durante casi un mes antes de que la Cámara de Representantes en pleno autorizara la investigación en una votación de línea partidaria.
«La afirmación del presidente Trump de que desde hace mucho tiempo reclama privilegios ejecutivos es una respuesta legítima a un proceso injusto, abusivo y partidista, y no constituye una obstrucción a una investigación legítima de destitución», señala el informe.
Además de la acusación central acerca de que Trump presionó a Ucrania para investigar a Biden, los demócratas afirman que el presidente retuvo ayuda para Ucrania y creó la posibilidad de una reunión en la Casa Blanca como palanca para obligar al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky a cumplir con su petición. Tanto Trump como Zelensky han dicho repetidamente que no hubo quid pro quo ni presión.
El informe apunta a testimonios de testigos que sugieren que Trump era escéptico sobre Ucrania debido a su historial de corrupción, mucho antes de que ordenara una suspensión de la ayuda de seguridad. Los republicanos también sostienen que Trump tenía una preocupación válida sobre el papel de Hunter Biden en el directorio de una compañía de gas ucraniana, Burisma Holdings, en el momento en que su padre, Joe Biden, se desempeñaba como vicepresidente.
Trump sacó a relucir a Hunter Biden durante la llamada del 25 de julio con Zelensky, que ahora se encuentra en el centro de la investigación del impeachment. Trump le pidió a Zelensky que «investigara» el despido del fiscal general ucraniano Viktor Shokin.
A principios de febrero de 2016, la oficina de Shokin confiscó los bienes de Mykola Zlochevksy, el propietario de Burisma. En ese momento, Hunter Biden ocupó un puesto remunerado en el directorio de Burisma durante casi dos años. Semanas después, Shokin se vio obligado a presentar su renuncia. Joe Biden se ha jactado de forzar la expulsión de Shokin reteniendo USD 1000 millones en garantías de préstamos de Ucrania. El funcionario del Departamento de Estado, George Kent, declaró que señaló sus preocupaciones sobre el papel de Biden con Burisma a principios de 2015.
Además de evaluar que las pruebas reunidas hasta ahora no respaldan las afirmaciones clave de los demócratas, el informe republicano también subraya la falta de evidencia detrás de algunas de las afirmaciones secundarias presentadas por los demócratas.
Los republicanos concluyeron que no hay evidencia para establecer que el presidente orquestó un llamado «canal irregular» para implementar la política de Ucrania. Los tres funcionarios que formaban parte del presunto «canal irregular», el embajador Gordon Sondland, el enviado especial Kurt Volker y el secretario Perry, tenían responsabilidades oficiales vinculadas a Ucrania e informaban regularmente al Consejo de Seguridad Nacional y al Departamento de Estado, según el informe.
En otro caso, el informe apunta a testimonios de testigos que contradecían una afirmación de la denuncia anónima causante de la investigación del impeachment. En la denuncia se afirma que la Casa Blanca buscaba impedir la transcripción de la llamada Trump-Zelensky en un intento por proteger al presidente trasladando el documento a un sistema clasificado. Pero, Tim Morrison, asesor del presidente, testificó que el cambio al sistema clasificado fue el resultado de un error administrativo.
La Casa Blanca publicó la transcripción oficial (pdf) de la llamada del 25 de julio, un día después de que la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), anunciara el comienzo de la investigación del impeachment. Trump y sus partidarios han señalado la transcripción como la prueba definitiva de que no se cometieron irregularidades.
«En el centro del asunto, la investigación del impeachment involucra las acciones de solo dos personas: el presidente Trump y el presidente Zelensky», señala el informe. «El resumen de su conversación telefónica del 25 de julio de 2019 no muestra quid pro quo ni indicación de condicionalidad, amenazas o presión, y mucho menos evidencia de soborno o extorsión».
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