Los intentos de restringir la producción de petróleo y gas natural en Estados Unidos tendrían consecuencias negativas para el medio ambiente, según un informe reciente, que llega en un momento en que la administración Biden ha tomado varias medidas para frenar la actividad nacional de combustibles fósiles.
En los últimos años, ha surgido un “movimiento político centrado en América del Norte y Europa” que se enfoca en detener la producción de petróleo y gas en estas regiones, según el informe The Environmental Quality Index (pdf) publicado este mes por el Institute for Energy Research (IER). «La gran ironía es que este movimiento político—que pretende proteger el medio ambiente—tiene como consecuencia que la producción de petróleo y gas natural se desplace de los países con las normas medioambientales más estrictas a países con normas medioambientales menos estrictas, o incluso funcionalmente nulas», señala el informe.
“Las reducciones o limitaciones en la producción nacional de petróleo de EE.UU. deben compensarse en el resto de los principales países productores de petróleo, que tienen normas medioambientales muy inferiores a las de EE.UU.».
El informe analizaba el Índice de Rendimiento Medioambiental (EPI) elaborado por la Universidad de Yale y descubrió que Estados Unidos tenía una puntuación EPI de 51.1. Mientras tanto, las 20 naciones productoras de petróleo más grandes fuera de Estados Unidos tenían una puntuación media de 39 en el EPI. Una puntuación más baja indica malos resultados en cuanto al impacto sobre el medio ambiente.
“Significa que el barril promedio de petróleo fuera de EE. UU. se produce en un país con un puntaje ambiental que es un 23,6 por ciento más bajo que el de EE. UU.”
Los 20 mayores productores de gas natural fuera de EE. UU. tenían un EPI promedio de 38.6, es decir, un 24.5 por ciento inferior al de EE.UU., lo que significa esencialmente que la degradación ambiental aumenta cuando la producción sale del país.
Una situación similar está ocurriendo en la industria minera, donde el presidente Biden ha impuesto una moratoria de varias décadas sobre miles de acres de tierra en el país alegando la necesidad de proteger el entorno natural.
Además de la pérdida de ingresos para las empresas estadounidenses, la autosuficiencia mineral nacional y la pérdida de puestos de trabajo nacionales bien remunerados, esta transferencia económica ha dado lugar al impulso de proyectos mineros en regiones conflictivas como el Congo, donde las empresas chinas explotan a los trabajadores, practican el trabajo esclavo y hacen caso omiso de los factores medioambientales.
Alto rendimiento mundial y bajas emisiones
Estados Unidos es el mayor productor mundial tanto de gas natural como de petróleo. Según el informe, solo tres naciones superan al país en calidad medioambiental en cuanto a producción de petróleo. En cuanto a la producción de gas, también solo tres naciones obtuvieron mejores resultados que Estados Unidos.
Sin embargo, entre estas naciones, ninguna produce el 25 por ciento del gas y el petróleo que produce Estados Unidos.
«Toda la producción de petróleo de los países con mejor puntuación en calidad ambiental representa solo el 35.7% de la producción estadounidense, y la de los países productores de gas solo el 33.4% de la producción estadounidense», señaló el informe.
“El gran tamaño de la producción de EE. UU. combinado con sus excelentes estándares ambientales, significa que la producción estadounidense reduce desproporcionadamente los daños medioambientales de la producción de petróleo y gas a escala mundial».
El informe también señala que mientras la producción estadounidense de gas natural y petróleo ha crecido en las últimas cuatro décadas, la contaminación y las emisiones «han disminuido constantemente en todas las fuentes”.
«Contrariamente a las descripciones populares de los medios de comunicación, la riqueza creada por el desarrollo energético en las economías libres mejora los resultados medioambientales al tiempo que mejora la vida de las personas», afirmaba el informe del IER.
Restricción de la producción estadounidense
Desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, la administración Biden ha tratado de llenar el vacío de la producción rusa ausente tratando de importar petróleo de países autoritarios como Venezuela.
El informe de la IER señaló que “el impacto ambiental del petróleo venezolano se ha vuelto cada vez más severo”. Anteriormente, los legisladores republicanos también habían criticado a la administración Biden por la decisión.
“El presidente Biden actualmente tiene más de 4400 solicitudes pendientes de permisos para perforar. No hay razón para perforar en el extranjero cuando tenemos una gran cantidad de energía limpia, asequible y fabricada en Estados Unidos”, declaró el representante Michael Burgess (R-Tex.) en un tuit el 30 de noviembre.
Biden es el único presidente desde Richard Nixon en licitar menos de 4.4 millones de acres de tierra en los primeros 19 meses de su primer mandato. Bajo Biden, el Departamento del Interior licitó solo 126,228 acres durante este período, y existe una moratoria en los arrendamientos de petróleo y gas.
Biden suspendió las licitaciones de producción de petróleo en Arctic National Wildlife que el expresidente Trump había abierto para la producción durante su mandato.
El Consejo Estadounidense de Exploración y Producción, una asociación comercial nacional que representa a las compañías independientes más grandes de exploración y producción de petróleo y gas natural en Estados Unidos, citó las políticas de la administración Biden como un lastre para la industria en una publicación de blog en mayo de 2022.
“Desafortunadamente, las políticas de esta administración están restringiendo el suministro al obstaculizar la producción en tierras y aguas federales, lo que dificulta la construcción de infraestructuras muy necesarias y desalentando el capital de la industria con políticas y retórica sobre el valor a largo plazo del petróleo y el gas estadounidenses».
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