Los informes sobre el calentamiento global publicados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas subestiman el papel del Sol en el proceso de calentamiento, al tiempo que culpan falsamente a los seres humanos, según un estudio publicado el mes pasado.
En 2021, Ronan Connolly, científico del Centro de Investigación Medioambiental y Ciencias de la Tierra (CERES, por sus siglas en inglés), y sus colegas publicaron una revisión en la que expresaban su preocupación por los múltiples informes publicados por el IPCC. Los informes del IPCC concluían que el calentamiento global desde mediados del siglo XX había sido provocado esencialmente por el hombre, descartando las causas naturales del proceso. La revisión de 2021 fue impugnada en un artículo de 2022 por dos investigadores del clima que afirmaron que la revisión era «defectuosa», que «no debería tratarse como creíble» y que la decisión del IPCC de descartar la actividad solar como motor principal del cambio climático «sigue intacta».
En un estudio publicado el 27 de septiembre en IOP Science, un equipo de 20 investigadores del clima dirigido por el Sr. Connolly intentó desacreditar el artículo de 2022 y reafirmar la revisión de 2021. Descubrió que el IPCC puede haber «subestimado sustancialmente el papel del Sol en el calentamiento global», según un reciente post de CERES.
La revisión 2021 señaló que los informes del IPCC tenían dos fallos importantes:
-Para su análisis, los informes del IPCC utilizaron datos sobre la temperatura global de la superficie que estaban «contaminados por sesgos de calentamiento urbano», lo que significa que sólo se tuvieron en cuenta los registros de temperatura de las regiones urbanas. Las zonas urbanas tienden a ser más cálidas que el campo debido a la actividad humana y a diversas estructuras. Aunque las zonas urbanas sólo representan un pequeño porcentaje del territorio, estos lugares constituyen la mayoría de los registros termométricos utilizados en la estimación de las temperaturas globales.
-Los informes del IPCC sólo utilizaron un pequeño conjunto de datos de un gran conjunto de datos relacionados con la Irradiancia Solar Total (IST), que mide la energía radiante emitida por el sol que incide sobre la atmósfera terrestre. Y este pequeño conjunto de datos utilizado por el IPCC llegó mayoritariamente a dos conclusiones: que ha habido muy pocos cambios en la IST en los últimos siglos o que la IST ha disminuido ligeramente desde la década de 1950.
Al analizar los datos que mostraban un aumento de las temperaturas en las regiones urbanas y poco o ningún cambio en la Irradiancia Solar Total, los informes del IPCC culparon a la actividad humana del calentamiento global, descartando el papel del sol en el proceso.
En el artículo de 2022, los dos investigadores del clima criticaron la revisión de 2021, señalando lo siguiente:
-Las técnicas matemáticas utilizadas en la revisión eran inadecuadas, y debería haberse utilizado un conjunto diferente de técnicas.
-Los registros de la IST considerados en la revisión no estaban actualizados.
En el estudio del 27 de septiembre, el Sr. Connolly y su equipo abordaron estas cuestiones, encontrando «pruebas aún más convincentes de que las afirmaciones del IPCC sobre las causas del calentamiento global desde 1850 son científicamente prematuras y puede ser necesario revisarlas», decía el posteo del CERES.
El estudio
En el artículo de 2022, los investigadores del clima utilizaron un único registro de temperaturas de superficie, que sólo contenía datos de regiones urbanas. Mientras tanto, el reciente informe del IPCC sobre el calentamiento global de 2021 sólo tuvo en cuenta un conjunto de datos de Irradiancia Solar Total (IST) en sus cálculos.
El estudio del 27 de septiembre adoptó un enfoque más exhaustivo y evitó estas limitaciones del informe de 2021 del IPCC y del artículo de 2022 de los investigadores del clima:
-Utilizó cinco registros de temperatura superficial: (a) sólo estaciones meteorológicas rurales, (b) todas las estaciones disponibles, ya fueran urbanas o rurales, (c) sólo las temperaturas de la superficie del mar, (d) la anchura de los anillos de los árboles como indicadores de temperatura y (e) los registros de longitud de los glaciares como indicadores de temperatura.
-También utilizó 27 registros actualizados de la IST, todos ellos correspondientes al periodo comprendido entre 1850 y 2018.
El estudio concluyó que, dependiendo del conjunto de datos de la Irradiancia Solar Total (IST) y de los registros de temperatura de la superficie utilizados en el estudio, la conclusión sobre qué está impulsando el calentamiento global puede cambiar.
Algunas combinaciones de la IST y los registros de temperatura de la superficie sugerían que el calentamiento podía explicarse como «mayoritariamente natural», como la actividad solar. Otras combinaciones sugerían que era «principalmente antropogénico», o impulsado por el hombre. Algunas sugerían que el calentamiento era «tanto natural como antropogénico».
«Aunque cada uno de nosotros tiene su propia opinión científica sobre cuál de estas opciones es la más realista, nos preocupa la amplia gama de conclusiones científicamente plausibles, aunque contradictorias entre sí, que aún pueden extraerse de los datos», afirma el estudio.
Hablando de los resultados, el Dr. Willie Soon, autor del estudio, dijo que «si el IPCC hubiera prestado más atención a la investigación científica abierta que a intentar forzar un ‘consenso científico’ prematuro, entonces la comunidad científica estaría mucho más cerca de haber resuelto realmente las causas del cambio climático», según el posteo del CERES.
El Sr. Connolly destacó la importancia de mantenerse imparcial al realizar investigaciones. «En las investigaciones científicas, es importante evitar empezar el análisis con las conclusiones decididas de antemano. De lo contrario, podrías acabar con una falsa sensación de confianza en tus conclusiones. Parece que el IPCC se precipitó demasiado en sus conclusiones».
Estudios climáticos defectuosos
Muchos otros expertos también han advertido sobre los estudios y modelos climáticos defectuosos que se utilizan para impulsar la agenda climática.
En agosto, el Grupo de Inteligencia Climática Global (CLINTEL, por sus siglas en inglés) publicó su Declaración Mundial sobre el Clima, firmada por más de 1600 científicos y profesionales, afirmando que «no hay emergencia climática».
La coalición señaló que el clima de la Tierra ha variado desde que existe, y que el planeta ha experimentado varias fases frías y cálidas. La Pequeña Edad de Hielo no terminó hasta 1850, afirmaron.
«Por lo tanto, no es sorprendente que ahora estemos experimentando un periodo de calentamiento», decía la declaración. El calentamiento se está produciendo «mucho más despacio» de lo previsto por el IPCC.
«Los modelos climáticos tienen muchos defectos y no son ni remotamente plausibles como herramientas políticas», afirmó la coalición, añadiendo que estos modelos «exageran el efecto de los gases de efecto invernadero» e «ignoran el hecho de que enriquecer la atmósfera con CO2 es beneficioso».
En una entrevista concedida a The Epoch Times en 2021, Laszlo Szarka, geofísico que también es coautor del estudio del 27 de septiembre de 2023, afirmó que la definición de «cambio climático» se ha distorsionado en las tres últimas décadas.
Se «distorsionó en 1992 de un modo incompatible con la ciencia», dijo, señalando que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC, por sus siglas en inglés) excluyó las causas naturales de la definición.
El término cambio climático solía —y debe volver a— incluir no sólo los factores de origen humano, sino también los naturales, como las temperaturas, los patrones de viento y las precipitaciones, afirmó.
«El oscurecimiento de la definición clásica de cambio climático ha allanado el camino para que cualquier cambio en el clima se atribuya y contabilice a la emisión antropogénica».
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