Existen dos formas de hierro —el de los alimentos de origen animal se denomina hemo y el de los alimentos de origen vegetal, no hemo. El hierro es un nutriente esencial cuyos efectos dependen de la forma en que se consuma, según un estudio con animales publicado en agosto en Nature Metabolism (NM).
Investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard descubrieron que una mayor ingesta de hierro hemo procedente de la carne roja y otros alimentos de origen animal puede aumentar el riesgo de diabetes de tipo 2 en un 26 por ciento. En cambio, la ingesta de hierro no hemo procedente de alimentos vegetales no se asoció a un mayor riesgo.
Los investigadores sugieren que seguir una dieta basada en vegetales puede ser eficaz para disminuir la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas.
El estudio se basa en investigaciones anteriores
Aunque investigaciones epidemiológicas anteriores relacionaron la ingesta de hierro hemo procedente de la carne roja con un mayor riesgo de diabetes, el estudio de NM aporta más claridad con nuevas pruebas que explican los factores subyacentes a esta relación.
«En comparación con estudios anteriores que se basaban únicamente en datos epidemiológicos, nosotros integramos múltiples capas de información, incluidos datos epidemiológicos, biomarcadores metabólicos convencionales y metabolómica de vanguardia», señaló en un comunicado de prensa Fenglei Wang, autor principal e investigador asociado del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard. Este estudio proporciona una «comprensión más completa» de la asociación.
Las pruebas
Se evaluaron los datos de una investigación de cohortes en la que participaron 204.615 individuos. A partir de 36 años de informes dietéticos, se observó la ingesta alimentaria de hierro hemo, no hemo y total, así como de hierro suplementario, y se comparó con el estado diabético.
Además, utilizando subconjuntos más pequeños de individuos, se examinaron los biomarcadores plasmáticos relacionados con la insulina, el azúcar en sangre y los lípidos sanguíneos, junto con los relativos a la inflamación y el metabolismo del hierro. También se midieron pequeños metabolitos moleculares, como los procedentes de la descomposición química o alimentaria.
Los resultados lo demostraron:
– Las personas con mayor ingesta de hierro hemo tenían un riesgo de diabetes de tipo 2 un 26% mayor que las de menor ingesta.
– El hierro hemo era responsable de más de la mitad del riesgo de diabetes de tipo 2 vinculado a la carne roja y de un porcentaje moderado de la probabilidad asociada a varios patrones dietéticos de diabetes de tipo 2.
– No se observaron vínculos entre la ingesta de hierro no hemo y el riesgo de diabetes de tipo 2.
Una mayor ingesta de hierro hemo también se relacionó con niveles anormales de biomarcadores y metabolitos asociados a la diabetes de tipo 2, entre ellos:
– Niveles elevados de leptina, triglicéridos, péptido C, proteína C reactiva y marcadores de sobrecarga de hierro.
– Niveles reducidos de biomarcadores saludables, como la adiponectina y el colesterol de lipoproteínas de alta densidad.
– La presencia de una docena de metabolitos sanguíneos, como la L-lisina, la L-valina, el ácido úrico y varios metabolitos lipídicos.
Según los investigadores, los resultados tienen importantes implicaciones para las directrices dietéticas destinadas a reducir el riesgo de diabetes de tipo 2.
«Este estudio subraya la importancia de las opciones dietéticas saludables en la prevención de la diabetes», afirma en el comunicado de prensa Frank Hu, profesor Fredrick J. Stare de nutrición y epidemiología. «Reducir la ingesta de hierro hemo, sobre todo el procedente de la carne roja, y adoptar una dieta más basada en plantas pueden ser estrategias eficaces para reducir el riesgo de diabetes».
El estudio también suscita preocupación por la adición de hierro hemo a las alternativas cárnicas de origen vegetal, que fomenta un sabor y un aspecto similares a los de la carne. Los investigadores afirmaron que se necesitan más investigaciones para determinar los efectos de esta práctica sobre la salud.
Opiniones diferentes
The Epoch Times se puso en contacto con la American Meat Science Association y otros miembros de la industria cárnica, que declinaron hacer comentarios sobre el estudio. Otras investigaciones hallaron diversos beneficios en la inclusión de la carne en la dieta.
Los investigadores del estudio abogan por seguir una «dieta más vegetal», pero no aclaran en qué medida recomiendan reducir la ingesta de carne roja.
Los nutricionistas pueden tener opiniones diferentes sobre el tema. La postura de la Academia Americana de Nutrición y Dietética es que las dietas vegetarianas y veganas bien planificadas aportan todos los nutrientes esenciales y pueden ayudar a prevenir y tratar ciertas enfermedades. También son apropiadas para todas las etapas de la vida, incluida la infancia y el embarazo.
Por el contrario, algunos nutricionistas creen que incluir una cantidad prudente de carne en un plan de alimentación saludable puede ser beneficioso o incluso esencial. Las conclusiones del estudio deben situarse en un contexto más amplio y poner de relieve el papel de la carne roja en una dieta sana, declaró la dietista Amie Alexander a The Epoch Times en un correo electrónico. «Además del hierro, la carne roja es una fuente importante de proteínas de alto valor biológico, aminoácidos esenciales y diversos micronutrientes como el zinc y las vitaminas del grupo B», explicó.
Alexander anima a menudo a sus clientes a incluir con moderación cortes magros de carne roja, acompañados de una variedad de alimentos vegetales que aporten fibra y antioxidantes, lo que podría contrarrestar alguno de los riesgos asociados al consumo de carne roja.
«Preste atención a la calidad de la carne y, siempre que sea posible, opte por la alimentada con pasto o la ecológica, ya que su perfil de ácidos grasos es más deseable y contiene menos aditivos nocivos», aconseja.
Las personas con riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 deben tomar precauciones adicionales, añadió Alexander. Esto implica someterse a controles periódicos de biomarcadores —como los niveles de glucosa en sangre, los perfiles lipídicos y los marcadores de inflamación— para poder reajustar la dieta en función de las necesidades.
Otros riesgos asociados al hierro hemo
El estudio de NM es la última investigación que implica al hierro hemo como riesgo para la salud, pero estudios anteriores lo han relacionado con otras enfermedades crónicas.
Un metaanálisis publicado en la revista Nutrition, Metabolism, and Cardiovascular Disease que exploraba los efectos del hierro hemo y no hemo en el riesgo cardiovascular encontró resultados similares a los estudios sobre diabetes. Tras analizar 13 trabajos de investigación en los que participaron 252.164 individuos, descubrieron que una mayor ingesta de hierro hemo se relacionaba con un mayor riesgo, pero no asociaba ninguna consecuencia para la salud con la ingesta de hierro no hemo.
Otros estudios hallaron una correlación entre una ingesta elevada de hierro hemo y un riesgo elevado de padecer algunos tipos de cáncer, como el de mama, el de esófago y, sobre todo, el colorrectal. También se asocia con el síndrome metabólico, que se refiere a una combinación de obesidad abdominal, hipertensión arterial, lípidos sanguíneos poco saludables e hiperglucemia.
Fuentes de hierro hemo y no hemo
El cuerpo producirá glóbulos rojos —que transportan oxígeno a todos los tejidos corporales— independientemente de la fuente alimentaria de hierro. Además de la carne roja, las fuentes de hierro hemo son las aves de corral y el marisco. Las fuentes de hierro no hemo son las alubias, las legumbres, los frutos secos, las espinacas, el chocolate negro y los cereales enriquecidos.
El hierro hemo tiene menor biodisponibilidad, es decir, la parte del mineral que el organismo absorbe y utiliza.
Aunque la absorción no es el único factor que determina la biodisponibilidad, desempeña un papel clave.
Aproximadamente el 25 por ciento del hierro hemo y el 17 por ciento del hierro no hemo se absorben, y se calcula que entre el 14 y el 18 por ciento del hierro hemo y entre el 5 y el 12 por ciento del hierro no hemo son biodisponibles.
Cómo aumentar la absorción del hierro no hemo
La ingesta de hierro no hemo con alimentos con vitamina C mejora la absorción porque lo convierten en una forma más soluble. También contrarrestan los componentes de ciertos alimentos que inhiben la absorción, como el calcio de los productos lácteos y los antioxidantes polifenoles del café y el té.
Entre los alimentos con vitamina C se incluyen:
– Fresas
– Cítricos
– Brócoli
– Tomates
– Pimientos dulces
Reflexiones finales
Una gran cantidad de investigaciones apuntan a problemas de salud asociados con el consumo excesivo de carne roja. Tras analizar los estudios realizados hasta la fecha sobre el tema, una revisión de 2020 sugirió que la preponderancia de las pruebas indica el valor de comer más alimentos vegetales y menos carne roja.
La revisión evaluó las pruebas que relacionan la carne roja y procesada con las enfermedades y concluyó que, si bien son necesarias más pruebas, la información epidemiológica que muestra vínculos con ciertas afecciones crónicas, como la diabetes de tipo 2, es «amplia y consistente».
Aunque algunos científicos opinan que es necesario investigar más a fondo los efectos de la carne roja sobre la salud, parece que se puede ganar mucho adoptando una dieta más basada en las plantas. Esa dieta podría incluir carnes sanas alimentadas con pasto en menores cantidades. Las vísceras son especialmente nutritivas.
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