Las cifras de inmigrantes ilegales en Estados Unidos han alcanzado niveles sin precedentes en los últimos años, generando preocupaciones de todo tipo. Una de estas gira en torno a cómo pueden estar afectando al mercado laboral, contribuyendo a que bajen los salarios de los estadounidenses.
Steven Camarota, director de investigación del Centro de Estudios de Inmigración (CIS), dijo a The Epoch Times en español en un correo electrónico, que la presencia de un gran número de inmigrantes ilegales principalmente está afectando a los trabajadores más pobres del país.
“Aumentar la oferta de cualquier cosa, incluidos los trabajadores, tiende a bajar el precio. El precio del trabajo son los salarios”, explicó.
Esto es consecuencia de la ley de la oferta y la demanda. Al haber más mano de obra y más competencia, el precio disminuye.
Camarota explicó que la mayoría de los inmigrantes “tienden a tener niveles modestos de educación y por eso la mayoría de los estadounidenses no compiten con ellos por empleos”. Es decir, que en este sentido no representan una amenaza para la mayoría de los trabajadores estadounidenses.
Sin embargo, quienes terminan compitiendo con ellos en el campo laboral, son precisamente los estadounidenses que poseen niveles educativos más bajos, quienes terminarían recibiendo salarios inferiores, explicó.
Pero no solo el exceso de mano de obra afecta a estos trabajadores, sino que los inmigrantes ilegales que no cuentan con permisos de trabajo, suelen aceptar pagos menores por hacer las mismas tareas.
Esto puede representar un beneficio para los empleadores que ven reducidos sus costos, por lo que el precio para los consumidores también puede disminuir, según el testimonio del Sr. Camarota en septiembre del año pasado en su presentación en el Congreso, en una audiencia sobre el impacto de la inmigración ilegal en el mercado laboral.
Sin embargo, el Sr. Camarota dijo durante su comparecencia que “hay evidencia de que los inmigrantes ilegales impactan negativamente los salarios y el empleo de algunos trabajadores estadounidenses”, a pesar de los intentos de los defensores de los inmigrantes que argumentan que no hay suficientes trabajadores en Estados Unidos y por eso hace falta la mano de obra de inmigrantes.
Estos argumentos a favor de los inmigrantes se basan en las cifras de desempleo de la Oficina de Estadísticas Laborales, que muestran una baja tasa de desempleo en Estados Unidos, que en 2023 alcanzó el 3.6%.
Por otro lado, la agencia registró altas tasas de empleo, ya que más del 81% de los estadounidenses tiene un empleo. Este es otro de los argumentos de quienes aseguran que los inmigrantes no están perjudicando a los trabajadores estadounidenses.
¿Los inmigrantes quitan empleos a los estadounidenses?
Un análisis de Instituto de Política Económica (EPI) señala que “la idea de que los inmigrantes están empeorando las cosas para los trabajadores nacidos en Estados Unidos es errónea”.
Según el think tank, “el mercado laboral está absorbiendo inmigrantes a un ritmo rápido, al mismo tiempo que mantiene un desempleo récord para los trabajadores nacidos en Estados Unidos”.
Sin embargo, esto no toma en cuenta a un sector de trabajadores empleados en obras de construcción, limpieza y mantenimiento de edificios, servicio y preparación de alimentos, mantenimiento de jardines, ventas minoristas o procesamiento de alimentos.
En estos trabajos, que requieren menos educación y reciben salarios más bajos, los trabajadores tienen que enfrentar la mayor oferta de mano de obra inmigrante.
Por otro lado, se ha popularizado la idea de que los inmigrantes hacen el trabajo que los nacidos en Estados Unidos no quieren hacer. Pero, para el Sr. Camarota esta idea es falsa.
“Realmente no hay trabajos que los estadounidenses no hagan. La gran mayoría de los trabajadores en casi todos los empleos nacieron en Estados Unidos”, dijo a The Epoch Times.
En aquellas ocupaciones donde los inmigrantes ilegales representan el 15 % o más —que son un poco más de 20 actividades laborales— están empleados 5.7 millones de estadounidenses nacidos en Estados Unidos, según su informe.
Entre 474 ocupaciones a las que se dedican los inmigrantes ilegales identificadas por el CIS en un informe de 2018, sólo un puñado son “mayoritariamente de inmigrantes y ninguna está completamente dominada por inmigrantes”, ya sean legales o ilegales, señala el mismo informe. Además, en ninguna de ellas los inmigrantes representan una mayoría.
Las cifras ignoradas
El análisis del EPI dice que la tasa de participación laboral de los hombres estadounidenses en edad productiva sin título universitario “creció a un ritmo récord en cada uno de los últimos dos años”.
Por otro lado, el EPI asegura que, según las estadísticas, “aunque la proporción de inmigrantes en la fuerza laboral alcanzó un nivel récord en 2023, el crecimiento de la fuerza laboral inmigrante no se está produciendo a un ritmo sin precedentes”.
Esto podría estar relacionado con cifras que se están ignorando y dejan de lado la marcada disminución a largo plazo en la participación en la fuerza laboral entre los hombres en edad de trabajar nacidos en Estados Unidos que tienen una menor educación, señalada el informe del Sr. Camarota.
Por ejemplo, hay más de 40 millones de personas entre 16 y 64 años nacidas en Estados Unidos que “no forman parte de la fuerza laboral, casi 10 millones más que en 2000”, y esto “contribuye a profundos problemas sociales, desde el crimen y la dependencia de la asistencia social, hasta el suicidio y las sobredosis de drogas”, según varias investigaciones, citó Camarota.
El experto explica que utilizar la inmigración ilegal a gran escala para cubrir puestos de trabajo ha hecho que “los responsables de las políticas ignoren en gran medida la extremadamente preocupante disminución de la participación”.
Hay que considerar que bajo las políticas migratorias de la administración Biden, millones de inmigrantes ilegales han sido liberados en Estados Unidos.
El CIS estima que desde enero de 2012 hasta el año pasado, la cifra de inmigrantes ilegales liberados alcanzó 2.6 millones. A esto hay que agregarle unos 1.5 millones de los llamados “escapados”, que son detectados al ingresar al país, pero no se les detiene.
Además, están las personas que ingresan con visas legales pero exceden la estancia permitida, que se suman a las cifras de extranjeros que necesitan un trabajo para subsistir.
Probablemente unos 9 millones de todos esos inmigrantes ilegales se integraron a la fuerza laboral hasta el año pasado.
Si miramos las cifras actuales que ya superan los 1.7 millones de indocumentados detenidos al cruzar la frontera, según datos de la CBP, y consideramos que probablemente logren romper el récord del año anterior, los estadounidenses tienen razones para estar alarmados en muchos aspectos, no solamente por los empleos y los salarios.
Las preocupaciones abarcan la seguridad nacional, la seguridad pública, los recursos y servicios públicos, entre otros. Pero para el Sr. Camarota la solución es sencilla.
“Si simplemente hacemos cumplir nuestras leyes de inmigración, ayudaríamos a mantener los salarios más altos, lo que sería bueno para los estadounidenses con salarios más bajos y menos educados. Además, salarios más altos ayudarían a atraer a más estadounidenses a regresar al mercado laboral”, dijo.
Sin embargo, lograr lo anterior no es sencillo, ya que requiere atender muchos problemas sociales circundantes.
“Solucionarlo implicará cambiar las normas y restablecer la importancia y el valor del trabajo”, agregó en su informe.
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