El Comisario de Migración alemán ha sugerido que los inmigrantes ilegales que llegan a la Unión Europea a través de la frontera con Bielorrusia sean deportados a Ruanda.
Joachim Stamp, representante especial de Alemania para los acuerdos sobre migración, afirmó que la UE debería utilizar las instalaciones de la nación del este de África, creadas para ocuparse de los miles de inmigrantes ilegales que cruzan el Canal de la Mancha hacia Gran Bretaña.
El gobierno conservador de Gran Bretaña acordó el trato con Ruanda en 2022, pero fue desechado por el nuevo primer ministro Sir Keir Starmer después de que los laboristas ganaran las elecciones generales de julio.
El gobierno de coalición de Olaf Scholz se ha visto presionado para adoptar una postura más dura en materia de inmigración tras un apuñalamiento masivo vinculado a ISIS en un «Festival de la Diversidad» en Solingen el mes pasado que dejó tres muertos y ocho heridos.
En junio, un inmigrante afgano mató a cuchilladas a un policía alemán en Mannheim.
Las críticas a las políticas de inmigración del gobierno alemán han provocado el aumento de la popularidad del partido antiinmigración Alternativa para Alemania, que la semana pasada obtuvo el control en el estado oriental de Turingia.
La frontera oriental de la Unión Europea se ha convertido en los últimos años en punto de entrada de miles de inmigrantes ilegales.
Bielorrusia, estrechamente alineada con Rusia, tiene fronteras con Polonia, Lituania y Letonia, y las bandas de traficantes de personas la utilizan cada vez más como puerta trasera para entrar en la UE.
Stamp, miembro del partido liberal FDP, integrante de la coalición centrista gobernante, afirmó que el modelo de Ruanda debería utilizarse específicamente para perseguir y disuadir a los inmigrantes ilegales que utilizan las porosas fronteras orientales de la UE.
10,000 personas al año
En un podcast de Table Media subido el jueves, Stamp dijo: «Mi sugerencia sería que nos concentráramos en este grupo. Son unas 10,000 personas al año».
«Actualmente no tenemos ningún tercer país que se haya presentado, con la excepción de Ruanda», añadió.
En el podcast Stamp descartó utilizar el modelo de Ruanda con todos los que entran ilegalmente en la UE, por ejemplo en barco por el Mediterráneo.
Dijo que el presidente de Ruanda, Paul Kagame, había expresado públicamente su voluntad de continuar con el modelo, a pesar de que el gobierno británico había puesto fin a su plan.
Según la propuesta de Stamp, las Naciones Unidas supervisarían el proceso de solicitud de asilo en Ruanda.
Stamp también sugirió eliminar el «elemento de conexión» del nuevo Sistema Europeo Común de Asilo, que exige que los procedimientos de asilo externo se lleven a cabo en países donde el solicitante tenga una conexión social.
La función de Stamp depende del Ministerio del Interior alemán.
Ni la ministra del Interior, Nancy Faeser, ni Scholz, ambos socialdemócratas de centro-izquierda, se han pronunciado sobre la propuesta de Stamp.
En diciembre, la UE acordó nuevas normas para gestionar la llegada de inmigrantes ilegales y solicitantes de asilo, un acuerdo que se consideró un gran avance tras casi una década de desacuerdos políticos en los 27 miembros del bloque.
El acuerdo no entrará en vigor hasta finales de 2025.
En abril de 2022, la entonces ministra británica del Interior, Dame Priti Patel, firmó con Ruanda lo que denominó un acuerdo «pionero en el mundo».
En junio de 2022, los primeros vuelos que llevaban inmigrantes ilegales de Gran Bretaña a Ruanda fueron detenidos después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminara que existía un «riesgo real de daño irreversible».
Patel —que el miércoles fue eliminado en la primera vuelta de las votaciones para el liderazgo del Partido Conservador, ahora en la oposición— fue posteriormente destituido por el entonces Primer Ministro Rishi Sunak, pero perseveró con el plan de Ruanda a pesar de los obstáculos legales.
El Tribunal Supremo del Reino Unido dictaminó que Ruanda no podía considerarse un país «seguro» y, por tanto, no era un lugar apropiado para el plan de deportación.
A principios de este año, el gobierno de Sunak impulsó en el Parlamento la Ley de Seguridad de Ruanda (Asilo e Inmigración).
La legislación confirmaba que Ruanda era un país seguro, pero el plan nunca llegó a ponerse en marcha, ya que los conservadores perdieron las elecciones generales de julio y el entrante Sir Keir desechó inmediatamente la política sobre Ruanda.
Con información de Reuters.
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