Fan Yuanyan creció en una familia pobre en el período de las dinastías meridionales y septentrionales (420 – 589). Se ganaba la vida cultivando hortalizas.
Un día, cuando se dirigía a la puerta, Fan vio que alguien robaba verduras en su campo. Regresó a la casa y le contó esto a su madre. Ella le preguntó quién era el ladrón.
Él dijo: «No quiero tropezarme con él por miedo a herir sus sentimientos. Si te digo su nombre, por favor no se lo digas a nadie más”. Como resultado, el hombre y su madre guardaron su secreto.
Alguien atravesó una zanja para robar brotes de bambú en su propiedad. Fan cortó un árbol y construyó un puente sencillo para que sea más fácil para el ladrón cruzar la zanja y llegar a su bosque de bambú.
Los ladrones estaban muy conmovidos por su consideración y amabilidad. Se avergonzaron de su conducta y dejaron de robar. Después de esto no hubo más robos en toda la aldea.
Liu Huan, un erudito del Reino de Pei, actual provincia de Anhui, documentó las virtuosas obras de Fan debido al respeto que le profesaba. Durante los reinados del emperador Ming de Qi y el emperador Wu de Liang, fue invitado dos veces para servir en la corte imperial. Satisfecho con su sencilla vida y no interesado en la fama o la fortuna, declinó ambas invitaciones.
A pesar del incremento de la seguridad a lo largo de China en las últimas décadas, la delincuencia y el robo han ido en aumento. La corrupción del Partido Comunista Chino (PCCh) y de la sociedad en general, ha acelerado el declive de las normas morales, por eso los chinos que están despertando creen que disolver el PCCh y volver a los valores tradiciones es la única opción.
Fuente: El Libro de Liang, Volumen 51, Biografía de Figuras notables No. 45
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