LYNDON, Vermont, EE.UU.—El gobernador de Vermont dijo el miércoles que las últimas tormentas que azotaron el estado deshicieron gran parte del trabajo de limpieza y recuperación realizado desde su último gran episodio de inundaciones hace sólo unas semanas, y pidió a los residentes a «permanecer juntos» ante el temor de que se avecina más mal tiempo.
Las tormentas eléctricas del martes provocaron otra ronda de fuertes inundaciones que arrasaron con caminos, aplastaron vehículos, arrancaron casas de sus cimientos y requirieron al menos dos docenas de rescates en botes en el noreste de Vermont. Algunas zonas registraron más de 8 pulgadas (20 centímetros) de lluvia.
Se esperan más lluvias torrenciales el miércoles, con posibles inundaciones repentinas en algunas áreas ya inundadas, dijo Jennifer Morrison, comisionada del Departamento de Seguridad Pública de Vermont, en una conferencia de prensa en Berlín, cerca de la capital del estado, Montpelier. Una alerta de inundación del Servicio Meteorológico Nacional estaba en vigor para el centro y norte de Vermont desde el mediodía hasta la medianoche.
«Esta vez, es especialmente fuerte luego de que los trabajadores pasaron las últimas tres semanas trabajando frenéticamente para recuperarse de las últimas inundaciones», dijo el gobernador Phil Scott en la rueda de prensa. «Es mucho peor que un puñetazo o una patada. Es sencillamente desmoralizador. Pero no podemos rendirnos. Tenemos que permanecer unidos y luchar contra el sentimiento de derrota».
Las tormentas de esta semana han vuelto a causar un poco de la destrucción que sufrió el estado a principios de julio, cuando las inundaciones también causaron la muerte de dos personas. Hasta el miércoles no se había informado de ninguna muerte causada por las últimas tormentas, pero Morrison dijo que «informaciones muy preliminares» indicaban que 50 viviendas habían quedado destruidas o sufrido daños importantes. Johnsbury, y las inundaciones han contaminado varios pozos que abastecen al pueblo de Lyndonville, según las autoridades.
«Me pongo más nervioso con cada tormenta. Todos estamos pendientes del tiempo», dijo Scott. Con suelos ya anegados e infraestructuras ya dañadas, «esto no hace más que añadir sal a la herida».
Semanas después de que Jason Pilbin viera cómo un conductor era arrastrado por las aguas de la inundación, su comunidad de Lyndonville, en el noreste de Vermont, volvió a ser devastada. El martes, alrededor de las 2:30 a.m., salió con una linterna y un faro para ayudar a algunos vecinos a evacuar y luego recogió sus medicamentos vitales unos 20 minutos antes de que su casa se partiera en dos. Después de eso, despertó a otra vecina para ayudarla a salir de su casa.
Hace casi tres semanas, Pilbin observó impotente cómo un hombre se ahogaba tras quedar atrapado mientras conducía en las inundaciones provocadas por los remanentes del huracán Beryl.
«Desafortunadamente, no pude salvarlo, pero sí pude salvar a estas personas», dijo. «Supongo que eso compensa en parte. Ha sido duro».
Mark Bosma, portavoz de la Agencia de Gestión de Emergencias de Vermont, dijo que los equipos de rescate en aguas rápidas realizaron aproximadamente dos docenas de rescates en botes en las áreas más afectadas durante la noche del lunes al martes. No ha habido reportes de lesiones graves o muertes durante esta ronda de inundaciones.
En St. Johnsbury, Vanessa Allen dijo que sabía que era posible que lloviera, pero que no esperaba el diluvio.
«Esto es devastador y completamente inesperado», dijo.
Su casa estaba situada entre dos caminos arrasados, por lo que no podía salir. Los caminos estaban llenos de baches y escombros. Cerca de allí, dijo, una casa había sido arrancada de sus cimientos y estaba bloqueando un camino.
«Parece apocalíptico», dijo. «Estamos atrapados. No podemos ir a ninguna parte».
El estado sufrió importantes inundaciones a principios de julio a causa de los remanentes del huracán Beryl. Las inundaciones destruyeron carreteras y puentes e inundaron granjas, y ocurrieron exactamente un año después de que Vermont y otros estados sufrieran una serie de graves inundaciones.
El aumento de las precipitaciones ha hecho que el estado y su terreno escarpado sean más susceptibles a las inundaciones, dijo Peter Banacos, oficial de ciencia y operaciones del servicio meteorológico.
El suelo del estado también se está anegando con mayor frecuencia, lo que aumenta la posibilidad de inundaciones, dijo Banacos.
La historia de Vermont de manipulación excesiva de sus ríos y arroyos también influye en el aumento de las inundaciones, dijo Julie Moore, secretaria de la Agencia de Recursos Naturales de Vermont. El aumento es «un reflejo de que hemos llegado a nuestros límites de capacidad para gestionar verdaderamente los ríos y mantenerlos en su lugar», continuó.
Las carreteras, puentes, alcantarillas e instalaciones de aguas residuales son especialmente vulnerables. El estado se encuentra en medio de un esfuerzo de varias décadas para «reemplazarlos o renovarlos teniendo en cuenta nuestro clima actual y futuro», dijo Moore.
Vermont también está trabajando para establecer estándares estatales para terrenos inundables.
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