Interferencia extranjera no alterará elecciones de EE.UU. significativamente: jefa de ciberseguridad

Por Tom Ozimek
02 de octubre de 2024 5:49 PM Actualizado: 02 de octubre de 2024 7:31 PM

Jen Easterly, directora de la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras (CISA), afirmó que los sistemas electorales de Estados Unidos son tan seguros que los adversarios extranjeros no podrán manipular el resultado de las elecciones presidenciales de 2024 de forma «concreta».

La Sra. Easterly hizo estas declaraciones en una entrevista concedida el 2 de octubre a The Associated Press, en la que afirmó que las potencias extranjeras tratan activamente de influir en los votantes estadounidenses y sembrar la discordia, pero que carecen de capacidad para interferir en la infraestructura electoral básica, como la emisión y el recuento de votos.

«Los actores malintencionados, aunque lo intentaran, no podrían tener un impacto a escala tal que tuviera un efecto concreto en el resultado de las elecciones», declaró Easterly al citado medio.

Las agencias de inteligencia estadounidenses mantienen su preocupación por las operaciones de desinformación e influencia de potencias extranjeras de cara a las elecciones del 5 de noviembre. Una reciente actualización de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) advirtió de que países como Rusia, Irán y China están intensificando el uso de la inteligencia artificial (IA) para influir en la opinión pública de Estados Unidos.

Según el informe del ODNI, la IA acelera las operaciones de influencia extranjera. Los esfuerzos de Rusia incluyen el uso de IA para producir contenido engañoso relacionado con las elecciones, desde audio y vídeos falsos hasta narrativas inventadas. Irán se centra en generar artículos de noticias falsas y publicaciones en las redes sociales para avivar las divisiones entre los votantes estadounidenses. Los esfuerzos de China son más indirectos, con el objetivo de dar forma a la percepción global de sus propias políticas, a la vez que amplifican los problemas internos de Estados Unidos, como la inmigración ilegal y la política de drogas.

La Sra. Easterly reconoció estos intentos de influir en la opinión pública estadounidense y señaló que China está «muy interesada» en influir en las elecciones de 2024. Sin embargo, subrayó que hasta ahora no se habían detectado actividades cibernéticas dirigidas a los sistemas de votación estadounidenses.

«No hemos visto ninguna actividad cibernética específica diseñada para interferir en la infraestructura o los procesos electorales reales», dijo Easterly.

Varias encuestas señalan una preocupación por la integridad de las elecciones estadounidenses, incluidas las dudas sobre su honestidad y apertura y las posibles repercusiones de la IA o la injerencia extranjera.

Una encuesta, realizada por el Consejo de Asuntos Públicos, reveló que sólo el 37% de los estadounidenses cree que las elecciones de 2024 serán «honestas y abiertas».

Otra encuesta de la Universidad del Sur de Florida reveló que la mayoría de los votantes estadounidenses cree que el gobierno federal no ha hecho lo suficiente para disuadir a los actores extranjeros de interferir en las elecciones presidenciales de este año.

Otra encuesta, publicada en mayo por el Imagining the Digital Future Center de la Universidad de Elon, reveló que el 78% de los estadounidenses cree que las próximas elecciones se verán influidas por «abusos» relacionados con contenidos generados por IA que se difunden en las redes sociales.

«Muchos no están seguros de poder clasificar la basura que saben que contaminará el contenido relacionado con la campaña», dijo Lee Rainie, director del Digital Future Center, en una declaración.

En marzo, The Epoch Times informó sobre la creciente influencia de los memes políticos en el discurso electoral.

En aquel momento, Pamela Rutledge, directora del Media Psychology Research Center, declaró a The Epoch Times que las falsificaciones profundas —que son imágenes, vídeos y audio realistas creados normalmente por software de IA generativa— pueden engañar a la gente, y de hecho lo hacen.

Según Rutledge, aunque el contenido sea obviamente falso o de baja calidad, los mensajes pueden seguir siendo persuasivos si confirman los prejuicios políticos de la gente.

Con la colaboración de Austin Alonzo.


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