Elon Musk, director general de Tesla y SpaceX, ha sido noticia esta semana al convertirse en el mayor accionista de Twitter y entrar en su consejo de administración. Los conservadores esperan que Musk utilice su importante influencia para restablecer la libertad de expresión en Twitter y, posiblemente, restablecer la cuenta del expresidente Donald Trump.
El levantamiento de la prohibición de la página de Trump en Twitter será «una prueba de fuego para el cambio» en la plataforma de redes sociales, según Bill Flaig, que dirige un fondo de inversión que invierte en empresas que apoyan los valores conservadores.
«Diría que las dos empresas que más desagradan a los conservadores son las de redes sociales, Facebook y Twitter», dijo a The Epoch Times. «Twitter es una especie de pararrayos en la comunidad conservadora».
El 4 de abril, los archivos reguladores revelaron que Musk había tomado una participación del 9.2 por ciento en la compañía de redes sociales, pagando aproximadamente 2890 millones de dólares. Musk, que es un usuario frecuente de Twitter, ha criticado recientemente la plataforma de redes sociales y sus reglas.
En las últimas semanas, Musk acusó a Twitter de «no adherirse a los principios de la libertad de expresión» y anunció que estaba pensando «seriamente» en construir una nueva plataforma de redes sociales.
La inversión de Musk en Twitter es «un avance muy positivo», según Flaig.
Como accionista principal, Musk puede ahora cambiar o influir directamente en el equipo directivo, señaló Flaig. Además, la prominencia pública de Musk significa que puede tener más influencia en la gestión que un gran accionista típico.
El fondo de Flaig, American Conservative Values ETF (NYSE: ACVF), que cuenta con 35 millones de dólares en activos bajo gestión, se centra en valores estadounidenses de gran capitalización. El fondo afirma que actualmente está boicoteando a 27 empresas, ya que impulsan la agenda «woke», y Twitter está entre las empresas boicoteadas.
«Yo no me lanzaría a comprarla todavía, pero estamos reevaluando totalmente nuestra postura sobre Twitter», dijo Flaig. «La cultura de la empresa todavía tiene que cambiar».
En respuesta a una pregunta sobre la prohibición de Trump, un portavoz de Twitter dijo a The Mercury News el 5 de abril que «nuestras decisiones políticas no están determinadas por la junta directiva o los accionistas, y no tenemos planes de revertir ninguna decisión política».
El mes pasado, Musk hizo una encuesta entre sus 80 millones de seguidores de Twitter, preguntando si la plataforma se adhería a los principios de la libertad de expresión. Recibió 2 millones de votos, y más del 70 por ciento de los que respondieron votaron que no.
Free speech is essential to a functioning democracy.
Do you believe Twitter rigorously adheres to this principle?
— Elon Musk (@elonmusk) March 25, 2022
Musk tomó la participación en Twitter no solo para mejorar la libertad de expresión, según Flaig. La mayoría de los inversores activistas entran en una empresa creyendo que hay un valor que pueden desbloquear haciendo cambios en la estrategia empresarial o en la gestión, señaló.
«Así que, en última instancia, creo que ese es también su ángulo», dijo. «Creo que también está planeando hacer algo de dinero».
Las acciones de Twitter subieron casi un 30 por ciento esta semana después de que el multimillonario se convirtiera en el principal accionista.
El Grupo Vanguard, Morgan Stanley, BlackRock y State Street están entre los mayores accionistas de Twitter después de Musk.
Michael Arone, director de inversiones de State Street, dijo a Fox Business que esperaba que el nuevo accionista ayudara a Twitter a seguir avanzando en la dirección correcta, tanto en términos de libertad de expresión como de rentabilidad.
«Musk podría tratar de influir en la apertura de la plataforma y en la forma de controlar los contenidos o presionar para invertir en el modelo de suscripción de forma más agresiva», escribió Ali Mogharabi, analista senior de renta variable de Morningstar, en una nota reciente.
Musk ha afirmado que la plataforma obstaculiza la libertad de expresión, sobre todo desde que Parag Agrawal sustituyó a Jack Dorsey como director general.
«Musk ya ha indicado que no estaba de acuerdo con el nombramiento de Agrawal y que desea algunos cambios. Esto crea un poco más de incertidumbre sobre cómo Agrawal y la empresa pueden responder al nuevo mayor accionista de la firma», escribió Mogharabi.
«Al mismo tiempo, estas noticias seguirán atrayendo la atención de los usuarios y su participación en la plataforma, y posiblemente la aumentarán, atrayendo más dólares de publicidad».
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