Investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard han identificado una bacteria como posible causa de enfermedades cutáneas que producen prurito, como el eccema o la dermatitis, y -lo que es más importante- de posibles tratamientos eficaces para ayudar a evitar la molesta irritación.
En un estudio publicado en el número del 22 de noviembre de la revista Cell, los investigadores informaron de que la exposición a la bacteria Staphylococcus aureus (S. aureus) provocó que el sistema nervioso de ratones enviara señales de la piel al cerebro. Los investigadores también realizaron el experimento en laboratorio utilizando células humanas.
«Hemos identificado un mecanismo totalmente novedoso detrás del picor: la bacteria Staph aureus, que se encuentra en casi todos los pacientes con la enfermedad crónica dermatitis atópica. Demostramos que la picazón puede ser causada por el propio microbio», dijo el autor principal Isaac Chiu, profesor asociado de inmunobiología en Harvard, en un comunicado.
Durante el experimento, los científicos inyectaron S. aureus bajo la piel de ratones. Los ratones del experimento se rascaron tanto que se dañaron la piel. El experimento demostró que el S. aureus liberaba una sustancia química que activaba una proteína llamada proteasa V8 en las fibras nerviosas que transmiten señales de la piel al cerebro. Estas señales dicen efectivamente al cerebro: «Me pica la piel». Sin embargo, cuando la piel se trata con Vorapaxar, un medicamento anticoagulante aprobado por la FDA, la proteína se bloquea, por lo que la señal no puede llegar al cerebro. El tratamiento alivia los síntomas de picor y minimiza el daño cutáneo. Los investigadores creen que el medicamento utilizado en el estudio, que suele emplearse para tratar a personas con problemas de coágulos sanguíneos, podría reutilizarse como tratamiento contra el picor en personas con dermatitis o eccema.
«El picor puede ser bastante debilitante en pacientes que sufren afecciones crónicas de la piel. Muchos de estos pacientes llevan en la piel el mismo microbio que ahora hemos demostrado por primera vez que puede provocar prurito», afirma en un comunicado Liwen Deng, primera autora del estudio e investigadora postdoctoral en el laboratorio Chiu.
Según los científicos de Harvard, esta nueva investigación añade una pieza importante al rompecabezas que desde hace tiempo se plantea sobre el prurito. Anteriormente, los investigadores creían que el picor provocado por el eccema y la dermatitis se debía a la inflamación causada por esas afecciones. Sin embargo, durante el experimento, el equipo de investigadores observó que los ratones no experimentaban inflamación. De hecho, las células asociadas a la inflamación que suelen provocar el picor tras la exposición a bacterias no estaban implicadas en el experimento.
Según la Asociación Nacional de Eczema, más de 31 millones de estadounidenses tienen alguna forma de eczema. El eczema puede comenzar durante la infancia, la adolescencia o la edad adulta y puede variar de leve a grave. Muchas personas utilizan la expresión «brote» para describir una fase del eccema en la que experimentan uno o más síntomas agudos o efectos secundarios de picor prolongado. Estos brotes pueden durar muchos días o incluso varias semanas. La asociación también afirma que no existe una causa principal del eccema, aunque entre los factores que contribuyen a él se encuentran un sistema inmunitario hiperactivo, la genética, el medio ambiente y el estrés.
Los investigadores siguen sin saber por qué las bacterias provocan picor. Su teoría actual es que, al igual que ocurre al toser o estornudar, el acto de rascarse puede contribuir a la propagación de la bacteria. El S. aureus es un tipo de germen que aproximadamente el 30 por ciento de las personas llevan en la nariz, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La mayoría de las veces, el estafilococo no causa ningún daño, sin embargo, a veces causa infección. S. aureus puede causar una infección, conocida como VISA/VRSA. Las infecciones por VISA/VRSA suelen tener el aspecto de granos, forúnculos u otras afecciones cutáneas. Cuando las bacterias estafilocócicas entran en el torrente sanguíneo, pueden causar afecciones mortales como sepsis, neumonía, endocarditis o infección ósea.
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