El 6 de junio, el ejército israelí atacó una escuela de Gaza que, según dijo, era un bastión del grupo terrorista Hamás con hasta 30 combatientes de Hamás en su interior.
El director de la oficina de medios de comunicación de Hamás en Gaza rechazó las afirmaciones de Israel de que la escuela de la ONU en Nuseirat, en el centro de Gaza, había ocultado un puesto de mando de Hamás. Alegó que el ataque mató a más de dos docenas de civiles que buscaban refugio.
Según el ejército israelí, se habían tomado todas las medidas necesarias para reducir el riesgo de víctimas civiles antes del ataque.
«Confiamos mucho en los datos de inteligencia», declaró el portavoz militar, teniente coronel Peter Lerner, quien acusó a los combatientes de Hamás y la Yihad Islámica de utilizar deliberadamente las instalaciones de la ONU como bases de operaciones.
«No tengo conocimiento de que haya habido víctimas civiles y sería muy, muy cauteloso a la hora de aceptar cualquier cosa que diga Hamás», añadió.
El ataque se produjo tras el anuncio por parte de Israel de que iniciaría una nueva campaña militar en el centro de Gaza dirigida contra los terroristas de Hamás que utilizan tácticas de insurgencia de ataque y fuga.
Conversaciones para un alto el fuego
Israel se ha mantenido firme al afirmar que los combates continuarán durante las conversaciones de alto el fuego.
La propuesta de tregua presentada la semana pasada por el presidente Joe Biden ha llegado a un punto muerto después de que el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, respondiera diciendo que cualquier plan de alto el fuego tendría que implicar un final completo y permanente de la guerra de Gaza, incluida la retirada de todas las tropas israelíes.
Las conversaciones de alto el fuego han sido infructuosas desde una breve tregua de una semana en noviembre. El grupo terrorista ha exigido repetidamente el fin de los combates y la retirada de Gaza, mientras que Israel solo ha ofrecido pausas temporales y ha prometido seguir luchando hasta destruir al grupo terrorista.
Mientras tanto, Washington ha estado presionando para que se resuelvan las conversaciones sobre el alto el fuego. El 5 de junio, el director de la CIA, William Burns, se reunió en Doha con altos cargos de los mediadores Qatar y Egipto para debatir la propuesta.
Sin embargo, a pesar de las repetidas afirmaciones del presidente Biden de que el alto el fuego estaba cerca, todavía no se ha llegado a ningún acuerdo.
El conflicto de Gaza comenzó con el brutal ataque de Hamás del 7 de octubre, en el que murieron más de 1200 personas y el grupo terrorista tomó casi 240 rehenes. La guerra ha causado la muerte de decenas de miles de gazatíes, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás. No diferencian entre combatientes y civiles.
Desde la tregua de una semana del pasado noviembre, alrededor de la mitad de los rehenes han sido liberados. Actualmente aún no está claro cuántos de los rehenes restantes siguen con vida.
Antes del conflicto, Hamás contaba con unos 20,000-25,000 combatientes terroristas, según estimaciones estadounidenses. Israel ha informado de la pérdida de unos 300 soldados desde el inicio del conflicto.
Al mismo tiempo, las tensiones entre Israel y el grupo terrorista Hezbolá, apoyado por Irán y que opera desde Líbano, siguen siendo elevadas.
A pesar de atribuir la propuesta de alto el fuego del presidente Biden a una iniciativa israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró que «las afirmaciones de que hemos aceptado un alto el fuego sin que se cumplan nuestras condiciones son incorrectas». Las condiciones se refieren a la destrucción de Hamás y la liberación de todos los rehenes.
Mientras tanto, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, rechazó cualquier posibilidad de que se detenga la ofensiva israelí en medio de las negociaciones de alto el fuego.
«Cualquier negociación con Hamás se llevaría a cabo solo bajo el fuego», dijo en declaraciones recogidas por los medios israelíes.
Con información de Reuters.
De NTD News
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