PONTIAC, Michigan —Un hombre que compró un arma con su hijo cuatro días antes de un tiroteo en un colegio de Michigan se dirige a juicio, acusado de no haber tomado medidas que podrían haber evitado que el adolescente matara a cuatro estudiantes e hiriera a otros.
Nadie dice que James Crumbley supiera lo que Ethan Crumbley planeaba hacer en la preparatoria Oxford el 30 de noviembre de 2021. Pero los fiscales alegan que su «negligencia grave» fue una de las causas de la violencia.
Es el segundo acto de los fiscales: La madre del tirador, Jennifer Crumbley, fue condenada por los mismos cargos de homicidio involuntario hace un mes. Son los primeros padres estadounidenses acusados de tener responsabilidad penal en un tiroteo masivo cometido en una escuela por un niño.
La selección del jurado en el caso de James Crumbley comenzó el martes con más de 300 personas citadas en la corte del condado de Oakland, al norte de Detroit, para rellenar un cuestionario de una página y esperar una posible llamada a la sala.
La jueza Cheryl Matthews dijo que buscaba «pensadores independientes» que pudieran ser imparciales aunque conocieran la condena de Jennifer Crumbley.
«Ese caso está cerrado», dijo Matthews a la primera tanda de 15 personas.
El juez y los abogados trataron de averiguar si había experiencias personales o fuertes opiniones sobre las armas, las enfermedades mentales y la policía. Una mujer del grupo dijo que ni siquiera estaba familiarizada con el tiroteo en la escuela.
Otra mujer que dirige un restaurante dijo que los agentes de policía son clientes habituales.
«¿Tienes una tienda de donas?», preguntó Matthews en un momento de humor.
La jueza predijo que el miércoles se elegiría un jurado.
Rick Convertino, abogado defensor del área de Detroit y ex fiscal federal, dijo que las autoridades no se «extralimitaron» al juzgar a los padres Crumbley.
«Creo que la fiscalía hizo un trabajo excelente al unir los eslabones de la cadena» durante el caso de Jennifer Crumbley, dijo Convertino, que no participa en los juicios. «Lo que condujo a los horribles tiroteos podría haberse evitado fácilmente con un simple y ordinario cuidado».
James Crumbley, acompañado por Ethan, de 15 años, compró una pistola Sig Sauer de 9 mm el fin de semana de Acción de Gracias de 2021. El chico la llamó su «nueva belleza» en las redes sociales. Su madre, también en las redes sociales, describió el arma como un regalo de Navidad y llevó a Ethan a un campo de tiro.
Pocos días después, los padres fueron a la preparatoria Oxford para hablar de un dibujo violento en la tarea de matemáticas de Ethan Crumbley, que iba acompañado de frases atormentadoras: «Los pensamientos no paran. Ayúdenme. El mundo está muerto. Mi vida es inútil». En el papel había una pistola parecida a la Sig Sauer.
Los padres «optaron por el silencio» en lugar de revelar la compra del arma y la visita al campo de tiro, dijo el fiscal adjunto Marc Keast en un escrito judicial.
Los Crumbley no se llevaron a Ethan a casa, y el colegio no se lo exigió. Pero los padres se marcharon con una lista de servicios de salud mental de la zona. El consejero escolar Shawn Hopkins dijo que Jennifer Crumbley citó su trabajo como razón para mantener a su hijo en clase.
«No recuerdo que James hablara de ese tema», declaró.
Nadie —ni los padres ni los empleados de la escuela— comprobó si había un arma en la mochila del chico, y el tiroteo se produjo aquella tarde.
James Crumbley llamó al 911, diciendo frenéticamente: «Creo que mi hijo tomó la pistola».
Convertino predice que la llamada será una «prueba extraordinaria y poderosa» para los fiscales, que argumentarán que el padre no guardó el arma y la munición de forma segura.
Sin embargo, los abogados defensores afirman que los padres no podían prever un tiroteo masivo.
El caso «plantea la cuestión de cuándo un padre cruzará la línea subjetiva de la ‘buena crianza’ y se hará responsable penalmente de los actos independientes de un adolescente», dijeron Mariell Lehman y Shannon Smith en una presentación judicial.
Ethan, que ahora tiene 17 años, cumple cadena perpetua por asesinato y terrorismo. Cuando se declaró culpable, declaró al juez que había utilizado su dinero para comprar el arma y que ésta no estaba guardada bajo llave en casa.
Jennifer Crumbley volverá a la corte para conocer su sentencia el 9 de abril. Su pena mínima de prisión podría llegar a 10 años.
Ambos padres llevan más de dos años en la cárcel. No pudieron pagar una fianza de 500,000 dólares cada uno, tras su detención en el estudio de arte de un amigo en Detroit. Insistieron en que no intentaban huir.
Por Ed White.
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