La embajada japonesa rechazó el viernes los recientes comentarios del presidente Joe Biden calificando a Japón —junto con otros tres países— de “xenófobos”. Catalogó los comentarios del presidente como “desafortunados”.
En un evento de recaudación de fondos en Washington el 1 de mayo, el presidente Biden clasificó en un mismo grupo a los aliados de Estados Unidos, Japón y la India, con los adversarios de Estados Unidos, China y Rusia, diciendo que sus desafíos económicos surgen de su negativa a aceptar inmigrantes.
“Saben, una de las razones por las que nuestra economía está creciendo es gracias a ustedes y a muchos otros. ¿Por qué? Porque damos la bienvenida a los inmigrantes”, dijo el líder estadounidense en el evento.
“Miren, piénsenlo. ¿Por qué China se está estancando tanto económicamente? ¿Por qué Japón tiene problemas? ¿Por qué los tiene Rusia? ¿Por qué los tiene la India? Porque son xenófobos. No quieren inmigrantes”, añadió.
La embajada japonesa refutó sus comentarios, diciendo que era «desafortunado que algunos de los comentarios no se basaran en una comprensión precisa de las políticas de Japón», informó Politico.
«Hemos planteado este punto al gobierno de Estados Unidos y hemos explicado una vez más las posiciones y políticas de Japón», dijo la embajada al medio de comunicación.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aclaró más tarde que la intención del presidente era transmitir un mensaje más amplio de que Estados Unidos es “una nación de inmigrantes”.
«Somos más fuertes por el hecho de que en nuestro ADN somos una nación de inmigrantes», dijo Jean-Pierre a la prensa, añadiendo que cree que «la mayoría de los líderes y aliados en todo el mundo» entenderían los argumentos más amplios detrás de los comentarios del presidente Biden.
Japón dijo que reconocía la aclaración de Estados Unidos de que el comentario del presidente Biden «no se hizo con la intención de socavar la importancia y la permanencia de la relación entre Japón y Estados Unidos».
Las declaraciones surgen apenas un mes después de que el primer ministro japonés, Fumio Kishida, realizara una visita oficial a Washington a principios de abril, durante la cual los líderes discutieron la profundización de la cooperación entre sus países en defensa y seguridad, y otros sectores.
Durante una cena de estado con Kishida, el presidente Biden dijo que Estados Unidos y Japón comparten “las mismas esperanzas, los mismos valores, el mismo compromiso con la democracia, la libertad y la dignidad para todos”.
La Casa Blanca afirmó que los ejércitos de los países cooperarán con una estructura de mando conjunto y desarrollarán, junto con Australia, una nueva red de defensa aérea contra misiles.
«Mientras nuestros dos países buscan garantizar una región segura y pacífica, Estados Unidos y Japón planean llevar a cabo operaciones de disuasión para hacer frente a actividades de escalada o provocación en torno a Japón», afirmó.
Estados Unidos y sus aliados, incluido Japón, han estado reforzando sus ejércitos para contrarrestar lo que consideran una amenaza creciente de China en el Mar de China Meridional y el Mar de China Oriental.
Esta no es la primera vez que el presidente Biden caracteriza a China como xenófoba. Hizo un comentario similar sobre Beijing durante su visita a la sede de United Steelworkers en Pensilvania el 17 de abril.
“Cuando me reúno con otros líderes mundiales, les digo: ‘¿Cambiarías lugares con China? ¿Cambiarías el lugar con sus problemas? Tienen una población en la que hay más personas jubiladas que trabajadoras”, afirmó. «Son xenófobos: no entra nadie más. Tienen problemas reales».
Los comentarios, que constituyen una de las críticas más duras al país comunista hasta el momento por parte de la administración, se produjeron mientras China continúa lidiando con una crisis inmobiliaria en curso, una demanda interna débil y una creciente deuda de los gobiernos locales. Los desafíos económicos internos de China contribuyen a una afluencia de productos chinos de bajo precio a los mercados internacionales, un tema que está generando cada vez más preocupación en Occidente.
Con información de Eva Fu y Reuters.
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