El 29 de agosto, las autoridades japonesas suspendieron, por preocupaciones de contaminación, otro millón de dosis de la vacuna anti-COVID de Moderna. Las dosis se encuentran en centros de distribución de dos regiones, según los gobiernos locales.
La última suspensión se produce un día después de que las autoridades informaran sobre dos hombres de unos 30 años que murieron tras recibir dosis de otros lotes contaminados de Moderna -alrededor de 1,63 millones de dosis-, que se estaban investigando a principios de este mes.
Okinawa, una prefectura japonesa compuesta por más de 150 islas, anunció en un comunicado que había suspendido, en un importante centro de vacunación de la ciudad de Naha, el uso de vacunas anti-COVID de Moderna, informó The Japan Times.
«Suspendimos el uso de vacunas anti-COVID de Moderna, ya que se detectaron sustancias extrañas», dijeron funcionarios de Okinawa.
También en la prefectura de Gunma, situada al norte de Tokio, se inactivaron los lotes contaminados por motivos similares, aunque un funcionario señaló que seguirán distribuyendo «lotes no afectados por el incidente».
Actualmente, más de 2,6 millones de dosis de Moderna están suspendidas en Japón. La semana pasada, se suspendieron tres lotes, que representan un total de 1,63 millones de dosis, por motivos de seguridad después de que se descubrieron «materiales extraños» en al menos 39 viales de la vacuna Moderna, provenientes de ocho sitios de vacunación.
El Ministerio de Salud de Japón solicitó a los centros de distribución que no utilicen los lotes suspendidos que se enviaron a más de 800 centros en todo el país.
Se encontró una pequeña sustancia negra en un frasco de la vacuna de Moderna en Gunma, dijo un funcionario de la prefectura. En Okinawa, se detectaron sustancias negras en jeringas y en un vial, y se encontró material rosa en una jeringa diferente.
El Ministerio de Salud del país dijo que algunos de los incidentes pueden deberse a que las agujas se insertaron incorrectamente en los viales, rompiendo trozos del tapón de goma.
Moderna dijo previamente que los informes de contaminación se referían a «material particulado» el cual, según ellos, no planteaba un problema de seguridad o eficacia.
La farmacéutica estadounidense y Takeda Pharmaceutical dijeron en un comunicado conjunto, el 28 de agosto, que fueron notificados de las muertes en Japón y las calificaron como un «evento trágico». Agregaron que actualmente no hay evidencia de que la vacuna haya causado esas muertes.
“En este momento, no tenemos ninguna evidencia de que estas muertes sean causadas por la vacuna anti-COVID de Moderna. Es importante realizar una investigación formal para determinar si existe alguna conexión”, afirmaron las empresas.
Las muertes de los dos hombres, de 30 y 38 años, se produjeron en agosto. Ambos sufrieron fiebre al día siguiente de recibir una segunda dosis, de uno de los lotes suspendidos, y murieron dos días después.
Casi 1000 personas en Japón han muerto después de recibir inyecciones de la vacuna de Pfizer. También se ha informado que 11 personas han muerto después de recibir la vacuna de Moderna. El Ministerio de Salud del país dijo que no ha establecido un vínculo de causalidad entre las vacunaciones y las muertes.
Al 30 de agosto, 15,969 ciudadanos japoneses habían muerto por COVID-19 desde el inicio de la pandemia, según funcionarios de salud. Una gran parte del país ha sido sometida a estrictas medidas en respuesta al virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa el COVID-19.
Con información de Reuters.
De NTD News.
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